MA-AHABTI TORATEJA.

Shalom, para que la leas muy lentamente, y analices cada una de las palabras de esta carta. Fue escrita por el Ramban.
MAZAL TOV,
Escucha, hijo mío, el consejo de tu padre y no te alejes de las enseñanzas de tu madre. Acostúmbrate a hablar tranquilamente con todo individuo y en todo momento. De este modo te alejaras de la ira, falla máxima del carácter que induce a los individuos a transgredir. Nuestros Sabios nos enseñan: “Quien este dominado por la ira, estará sujeto a la disciplina del Gehinom”, y así se nos enseña: “Destierra la ira de tu corazón y expulsa el mal de tu carne”. El mal se refiere al Gehinom, como está escrito: “los perversos están destinados al mal (Gehinom) “.
Entonces, cuando te alejes del enojo, comenzaras a actuar con humildad, la mejor cualidad que se puede poseer. La Tora nos enseña: “Por medio de la humildad viene el temor a Hashem (Dios)”. Con humildad, se intensificará tu temor a Dios, dado que siempre meditaras acerca de dónde vienes y hacia donde te diriges. Sabrás que en la vida eres frágil y asimismo que deberás enfrentar la muerte. Y tendrás presente Quién te juzgara por los actos y omisiones de tu vida; el Rey de la Gloria.
Como está escrito: “El cielo y el cielo de los cielos no pueden contenerte a Ti”, cuanto menos los corazones de los hombres. Asimismo está escrito: “¿No cubro yo el cielo y la tierra?, así pregunta Dios”.
Cuando hayas reflexionado seriamente en estos conceptos, temerás a tu Creador, y te cuidaras del pecado.
Por lo tanto estarás feliz contigo mismo y con lo que posees.
Cuando tus actos demuestren genuina humildad, cuando tengas una actitud modesta ante el hombre y temerosa ante Dios, y cuando tengas cautela frente a la transgresión, reposará en ti la Presencia Divina, y vivirás en
el Olam Habá (Mundo Venidero).
Hijo mío, comprende claramente que aquel individuo de corazón arrogante, aquel que se siente superior al resto de los hombres, se rebela sin duda contra la soberanía Divina. Un hombre con tal proceder se glorifica a sí mismo y pretende ataviarse con las vestiduras propias de Dios. Está escrito “Dios reina, y viste el manto de la grandeza”.

¿De qué puede enorgullecerse un hombre?
Si cuenta con riquezas, es Dios quien hace al rico y al pobre. Si posee honores, ¿a caso no pertenecen a Dios? Tal como está escrito: “La riqueza y el honor provienen de Ti”. ¿Cómo puede el hombre engrandecerse a sí mismo mediante la gloria de su Creador?”. Si el hombre se enorgullece de su sabiduría, debe comprender que Dios puede quitarle el habla y asimismo despojarlo de conocimientos.
Es por ello que todos los hombres son iguales frente a su Creador. En su furia, El derriba a los arrogantes; con su buena voluntad El eleva a los oprimidos. Por lo tanto hijo mío,
 hazte humilde y de este modo Hashem te elevará.
Por esta razón, te explicaré cómo comportarte con humildad y como mantenerte siempre al lado de Dios: asegúrate de que todas tus palabras sean dichas con un tono amable. Mantén tu cabeza gacha. Dirige tus ojos hacia la tierra, y tu corazón elévalo hacia el cielo. Cuando hables, no mires a nadie con desprecio. Considera a todos los hombres más grandes que tú. Si son más sabios o más ricos, hónralos. Si son más pobres que tú o si tú eres más sabio que ellos, considera que pueden tener mayores meritos que tú. Piensa que si dicha persona peca, lo hace por error, en tanto que tú transgredes deliberadamente.
Con todas tus palabras, acciones y pensamientos, y en todo momento, considera que
 estas frente a Dios
. Ten presente que Su Presencia esta sobre ti. La gloria de Dios abarca todo el universo.
 Exprésate con reverencia y temor, como lo haría un sirviente en presencia de su amo. Actúa con humildad con respecto a tus semejantes.
 Si te llaman, no respondas con un tono elevado, sino con suavidad, tal como lo haría alguien en presencia de su patrón.
Estudia Tora constantemente,
 de manera que internalices sus preceptos. Analiza atentamente el contenido de lo que has aprendido y llévalo a la práctica.
Evalúa tus actos día y noche. Así podrás vivir tus días en
Teshuva.
Quita los pensamientos mundanos de tu corazón
al momento de rezar. Prepara tu corazón ante Dios,
refina tus pensamientos,
y pondera tus palabras antes de pronunciarlas.
Compórtate de acuerdo a estas reglas
durante todos los días de tu vida. Así evitaras transgredir y
 tus palabras, acciones y pensamientos
 serán sagrados.
 Tu plegaria será integra, clara, sincera y placentera ante Dios, Bendito Sea,
como está escrito: “Cuando preparen sus corazones, Tu escucharás”.
Lee esta carta una vez por semana,
 así la internalizarás. Que ELOHIM te ilumine en tu camino,
 y que tengas éxito en cada paso.
Que seas merecedor del Olam Habá,
el cual está reservado solo para los virtuosos.

 Que cada día que leas esta carta,
el cielo responda a los deseos de tu corazón,
 desde hoy y por siempre.
 Amén. Sela.