26 julio, 2012

Parasháh
 No.44
 DVARÍM/PALABRAS
9 del mes Quinto del año 5772
28 de Julio del 2012
Lectura de la Toráh:
DEVARIM 1:1 - 3:22 
Lectura de la Haftaráh:
 Ieshaiáhu/Is. 1:1-27
BRIT HA DASHA
galatas 4:8-20
Por
Julio Dam
Rebe Mesiánico
PARASHÁH
 DVARÍM/ASUNTOS
COMENTARIO DE LA HAFTARÁH
Ieshaiáhu/Is. 1:16:
”Lávense, límpiense, extirpen el mal de sus actos delante de Mis ojos.
 Dejen de hacer el mal. Aprendan a hacer el bien,
 busquen el camino recto; ayuden al oprimido,
consideren a los huérfanos, defiendan a la viuda.
 Vengan ahora y entendámonos juntos,
 dice ADONÁI.
Aunque sus pecados sean como la grana,
 se tornarán tan blancos como la nieve.
 Aunque fuesen rojos como el carmesí, será como la lana”.
“VENGAN AHORA Y ENTENDÁMONOS JUNTOS, DICE ADONÁI”

         ¿Quién no quiere “venir ahora y entenderse juntos” con Elohím?
¿Hay alguien que no quiera esto?
 ¿Quién no quiere que nuestros pecados
 se vuelvan blancos como la nieve
 y blancos como la lana?
Pero hay condiciones.
 ¡Vengan ahora y entendámonos juntos!
         ¿Qué es de lo que debemos lavarnos y limpiarnos
para “venir ahora y entendernos juntos” con Elohím?
         En primer lugar,
 debemos entender la buena voluntad de Elohím.
No nos dice:
 “No quiero hablar con ustedes, porque son pecadores”
o algo parecido, no.
 Nos da condiciones, es cierto,
 pero nos indica todo esto para nuestro bien,
 para poder estar en Su Presencia
 ¡y ser escuchados por la Máxima Autoridad sobre el Universo, nada menos!
         Entonces, si esto es así,
¿qué significa “lávense, límpiense,
 extirpen el mal de sus actos delante de Mis ojos.”?
         Para comenzar, debemos DECIDIR
“lavarnos, limpiarnos y extirpar el mal de nuestros actos”.
 Hay una enorme diferencia,
 una gigantesca distancia entre el entenderlo y el hacerlo.
 Hay personas que saben que están pecando
 y sin embargo, con cualquier excusa,
lo siguen haciendo,
porque no se han DECIDIDO.
 Una cosa es querer algo,
 y otra muy diferente y mucho más sólida es abrazarlo,
hacerlo parte de nuestra vida.
         Para seguir, ¿de qué debemos lavarnos y limpiarnos?
 Continuamente, diariamente,
nos estamos ensuciando los ojos al mirar lo que no debemos,
 los oídos, al permitirnos escuchar lo que no debiéramos,
porque nos ensucian la mente;
 las manos, al hacer lo que no es correcto hacer a los ojos de Elohím;
la boca, al decir palabras que no son dignas de Elohím y que Él prohibe decirlas,
 pero creemos que nadie nos está escuchando;
 los pies, al ir donde no debiéramos haber ido.
         Diariamente, estamos ensuciándonos,
 muchas veces sin darnos cuenta,
 continuamente, pensando, diciendo y haciendo lo que no es de Elohím,
sino de la gente mundana.
Esto es lo que Elohím llama
“pecado/jatáh”.
 Es pecado el pensar, el decir,
 y especialmente el hacer lo que no debiéramos,
 de acuerdo a los Mandamientos,
 a la Toráh.
 Y es así de fácil el estar en pecado,
 tanto que ni pensamos que lo estamos.
 “¡Sólo estoy pensando en algo incorrecto, pero ni siquiera alguien lo sabe!”
nos decimos a nosotros mismos, tratando de aliviar nuestro peso,
 o, directamente, de disculparnos a los ojos de Elohím.
         No entendemos que Elohím ve y escucha hasta nuestros pensamientos,
 y que éstos no son los que Él espera de un hijo suyo.
Ni hablemos de palabras impropias para un hijo de Elohím,
ni peor que peor,
de actos impropios, pecados, lisa y llanamente,
que es lo más significativo a los ojos de Elohím y del judaísmo,
 y por lo tanto, del judaísmo mesiánico,
 que está basado en los hechos,
no en los meros pensamientos,
aunque Elohím,
 como decíamos, mira y toma en cuenta todo.
         En Be Reshít 2:17
se nos habla del “árbol del conocimiento del bien y del mal”,
 algo que hemos creído siempre que entendíamos,
 pero no es así.
¡ELOHÍM ES EL ÚNICO QUE SABE EXACTAMENTE
QUÉ ESTÁ BIEN Y QUÉ ESTÁ MAL!
El “comer” del árbol sólo hizo que el hombre/ben Adám
 entrara a juzgar el lo que el creía que estaba bien o mal,
algo que está equivocado para comenzar.
         ¡Lo que dice Elohím en su Toráh está bien!
 ¡Y lo que dice Elohím en Su Toráh
que no hay que hacer está mal el hacerlo,
no importa lo que nosotros, meros seres humanos,
 pensemos sobre esto!
Es cuando nos salimos de esta regla que comienzan los problemas,
 y comenzamos a desviarnos del camino recto de Elohím
y a entrar a “comer” del árbol del bien y del mal.
Veamos un solo ejemplo,
por falta de espacio:
las imágenes religiosas.
 ¿Están mal, verdad?
 Depende de quién lo dice:
 Cuando Elohím manda hacer qruvím/querubines sobre el arca,
 ¡ESO ESTÁ BIEN!
Cuando es el hombre quien se hace imágenes de dioses,
 para “venerarlos”, está muy mal,
y se llama idolatría
 y es castigado con la muerte eterna en el infierno
 (Rev. 21:8).
 (Entendemos bien que este es un concepto difícil de entender y de aceptar,
pero es cierto y verdadero.
Estamos sólo comenzando a “entendernos juntos”.)
        
APRENDAN A HACER EL BIEN
        
         ¿Qué significan estas palabras?
Elohím nos dejó mandamientos,
 especialmente los diez Mandamientos,
para, primero aprenderlos,
leyéndolos, y recordándolos,
 discutiendo y entendiéndolos hasta haberlos memorizado
 de una buena traducción, que tiene que ser judía.
         Una vez que tenemos estas bases sólidas,
 tenemos que preguntarnos en grupo,
como para discutirlo,
si fuese necesario—y lo es:
 “¿Para quiénes son los Diez Mandamientos?
 ¿Para los judíos sólo?
¿O para todos los creyentes?”
Si decimos “para todos los creyentes”
estamos admitiendo que el Shabát es para nosotros,
 y que debemos cumplirlo a cabalidad.
 ¿O no? ¿Son diez los Mandamientos, o nueve?
 “Lávense y límpiense”
 la mente, diría yo, imitando a Elohím.
 “Vengan ahora y entendámonos juntos,
 acerca de los Nueve, quiero decir, de los Diez Mandamientos”.
         Por otro lado,
¿qué es “aprender a hacer el bien”?
 ¿Qué es “hacer el bien”?
¿Qué es “aprender”?
         Ya explicamos más arriba que “el bien”
lo determina Elohím, no el hombre,
 ni su opinión de lo que es “bien” o “mal”.
¿Qué es “aprender”?
 Es intentar, fallar, y volver a intentar,
con toda nuestra voluntad,
 hasta que estemos, en realidad, aprendiendo.
         ¿Qué es, entonces, aprender a hacer el bien?
 Es tener la experiencia de hacer una buena obra
 (según la Toráh),
 que Elohím nos demande;
 y hacerla cada vez que se nos presente la oportunidad,
es decir, que la oportunidad toque literalmente la puerta de nuestra casa.
 En efecto, cada mendigo que toca el timbre de nuestra casa,
 o golpee el vidrio de nuestro automóvil,
pidiendo algo, es enviado por Elohím,
 y debemos prestarle nuestra total atención.
ESO es “hacer el bien”.
         Hacer el bien,
 también es cumplir un mandamiento,
 como ya dijimos, cumplirlo a cabalidad. 
Muchas veces, el hacer el bien no es tan pashút/simplote como esto:
entre darle la razón a alguien o a otra persona,
 el “bien” está en el grado de cumplimiento de la Toráh
 de cada persona en particular en ÉSE caso en particular.
 En otras palabras,
 si dos personas están discutiendo por algo,
y nos piden nuestra opinión, o nuestra intervención,
 para “hacer el bien” en ese caso particular,
 debemos pedir ayuda a Elohím,
 para que Su Rúaj intervenga y nos guie,
 y no seamos llevados por las simpatías personales
que podamos tener hacia una u otra de las dos personas,
terminando por darle la razón a quien corresponde
—según la guía de Elohím, y no la nuestra.
 Esto también es “hacer el bien”.
BUSQUEN EL CAMINO RECTO
        
         ¿Qué significa “buscar el camino recto”?
 Dice en Mt. 6:23:
“Busquen primero el Reino de Elohím y su camino recto
y el resto les será añadido”.
 ¿De qué “resto” está hablando Ieshúa aquí?
 Está hablando de lo que nos ocupa el noventa y nueve por ciento del día:
 nuestro empleo,
 nuestras preocupaciones,
 ocupaciones,
familia, conversaciones,
 lo que nos quita todo el tiempo
que tendríamos que estar en el Reinado de Elohím,
 haciendo Su Voluntad,
 que es justamente “buscar el camino recto”
y hacerlo.
Elohím sabe lo que necesitamos,
 cada día,
 cada minuto,
 cada año.
 No está “distraído”
 en otras cosas.
 Su atención está mucho más fija en nosotros
 que lo que nosotros estamos en Él.
 Cuando hagamos de esta verdad
 parte de nuestra vida,
 estaremos ya haciendo el camino recto
de que habla este versículo.
         ¿Qué es, aparte de esto, el camino recto?
Es ayudar al oprimido,
 al perseguido por el enemigo espiritual,
 orar por el enfermo,
liberar al que lo necesita,
aunque no lo sepa y crea que sólo tiene un problema sin importancia;
 amparar y ayudar a la viuda,
 a los pobres e indigentes.
 Es tener discípulos/talmidím,
que estén aprendiendo lo que nosotros estamos aprendiendo de Él.
 Es hablarles (si Elohím nos lo dice)
del judaísmo mesiánico
como salida para sus pobres vidas.
 Es, en síntesis, TRATAR DE HACER lo que hizo Ieshúa en Su vida terrena,
 cuando estaba en la tierra de Israel con nosotros,
 como Imánu’Él
(“Elohím entre nosotros”).
         El camino recto también es extirpar el mal de nuestros pensamientos,
 palabras y actos,
 como hablábamos al principio de esta parasháh.
 Evaluar todos los días,
 en cada momento,
qué estamos haciendo de mal,
 y qué estamos haciendo bien,
 para saber si estamos en el camino recto.
 Una manera más fácil y mucho más efectiva,
 es pedir la guía del Rúaj ha Kódesh de Elohím
para todos los días de nuestra vida,
 para que nos guíe en todo lo que hacemos
y debemos hacer ése día.
“VENGAN AHORA Y ENTENDÁMONOS JUNTOS, DICE ADONÁI”
        
         Si hacemos todo esto, Elohím nos dice:
 “Vengan, ahora, y entendámonos juntos”.
Es decir, limpios de todo pecado
—por lo menos hoy—
Elohím nos invita a estar en Su Presencia Sagrada y Bendita,
disfrutando de Su conversación
y de Su Presencia Iluminadora y eventualmente,
de Su Amistad.
         El resultado de esta obediencia nuestra de seguir Sus indicaciones,
 SU “árbol del bien y del mal”
y no el nuestro,
 es una amistad eterna,
 que traspasa los límites de lo conocido,
 para adentrarnos en lo desconocido,
 que es “entenderme y conocerme”,
 como dice el Tanáj en Jer. 9:24.
         Allí sí, haciendo Su voluntad,
y no buscando sólo la nuestra,
 estaremos en la posición privilegiada
 que nos promete Elohím:
 “Aunque sus pecados sean como la grana,
se tornarán tan blancos como la nieve.
 Aunque fuesen rojos como el carmesí,
será como la lana”.
          Nuestros pecados serán borrados,
 y nuestras vidas serán cambiadas para siempre,
 por estar en Sus caminos,
 y no en los nuestros.
         ¿Lo haremos, aunque sea por Él, por satisfacerlo?
 Esta es la “oferta”
 que Elohím nos ofrece en esta semana
 y que puede rendir frutos
para toda la eternidad.
 ¿Le vamos a hacer caso?
 ¿Sólo por este shabát, o por el resto de nuestras vidas?


FELIZ SHABATH.

20 julio, 2012

Parasháh
No.42
 MATÓT/TRIBUS
 2 del mes Quinto del año 5773
21 de Julio del 2012

Lectura de la Toráh:
 EN EL DESIERTO/BAMIDBÁR/”NÚM.” 30:2-32:42
Lectura de la Haftaráh:
 Irmiáhu/Jer. 1:1-2:3
Brit Ha Dasha:
Rom 8:28-39

Por
Julio Dam
Rebe Mesiánico

COMENTARIO DE LA PARASHÁH
“LOS DIEZ PASOS HACIA ELOHÍM”

En esta parasháh,
 se habla de 42 campamentos
 donde el Pueblo Judío acampó,
camino de la Tierra Prometida.
En años anteriores hemos hablado de algunos de ellos.
 En esta ocasión, tocaremos específicamente
 los primeros diez campamentos,
sus significados simbólicos y su relación con nuestra vida.
     
1.RAMSÉS

     “Ramsés” significa “dios sol”.
De allí salieron los israelíes,
 camino a Israel.
 Este nombre es bien significativo, porque de allí,
 podemos decir que todos salimos
 en nuestro peregrinar hacia Israel.

 Grandes, enormes sectas desparramadas en todo el mundo,
 que son llamadas “religiones” por todos,
 adoran al “dios sol”,
 que en Egipto era conocido como “Ramsés”
 pero en cada país con otro nombre.

 Esto es a la vez real, pero también simbólico.
Es real en el sentido de que hay billones de personas
 adorando al demonio sol,

 sólo que con nombres diferentes.
 Simbólico, porque representa nuestro propio pasado,
 repleto de engaños
y de falsificaciones,
 a las que seguíamos en nuestra ignorancia espiritual.
Este pasado, para nosotros, los judíos mesiánicos,
es el presente para muchísimos creyentes
 que nada saben de los engaños en que están sumergidos.
Como dijimos en nuestra parasháh pasada,
 ha satán se ve muy limitado en lo que puede hacer
 y por eso, su arma favorita es el engaño y la mentira.

 Puede mostrarnos un perro y llamarlo un ángel
 y efectivamente creemos que estamos contemplando un ángel
 y el que no sabe la diferencia,
 le cree a pies juntillas.

 Mas el salir del engaño
 no es tarea de Elohím,
 sino nuestra.

El nos dio y nos da todas las armas a Su alcance.
Internet es una de las armas más poderosas
 a favor de la Verdad y /o  de la mentira absoluta
que ha surgido en los últimos 20 siglos por lo menos.
 ¿Quiere usted saber el origen, para dar dos ejemplos solamente,
 de la Navidad o del domingo?
 No tiene más que entrar en Internet
y escribir esas dos palabras y “presto!”,
 tiene cientos de páginas que le revelan la verdad verdadera
 sobre estos dos engaños (de otros miles).
 Ya nadie puede alegar:
“Ah, pero yo no tenía idea que era pagano eso!
 ¿De dónde voy a saberlo?”
 Como vimos en la parasháh anterior,
 la faja de la verdad de Ef. 6
 nos ajusta TODA la armadura,
 y podemos usar las demás armas
 con mucha más eficacia si estamos rodeados de Verdad de Elohím.
 (En nuestro libro “¿Jesús era un niño cristiano que iba a la iglesia todos los domingos en Palestina, 3ª edición?”,
tocamos por lo menos cientos de estos engaños
 y los desenmascaramos:
¡hay cuatro errores en el título solamente!).
    De modo que en el campamento/majanéh de Ramsés
 debemos dejar todo lo que es engaño y mentira
 de ha satán
 y seguir adelante hacia el próximo campamento.


2. SUKÓT/CABAÑAS
   
     Sukót representa estar en la Presencia del Elohím de Israel.
 Esta es la experiencia más importante de nuestras vidas eternas.
Enfatizo la palabra “experiencia”
 y no “religión” o “doctrina”,
ya que las dos últimas palabras no tienen valor alguno,
mientras que lo único que, por lo menos el judaísmo mesiánico
 está detrás, es tener y transmitir esta experiencia con ADONÁI,
algo íntimo, personal,
 espiritual y para nada ritual o dogmático.
 Las religiones son inútiles
 y fuente de matanzas.
 La experiencia personal con ADONÁI
es enormemente útil
y fuente de felicidad,
shalóm y una vida confiada.

      Todos nuestros esfuerzos deberían estar encaminados
 a lograr y a mantener (dos cosas diferentes y extremadamente difíciles)
 esta relación.
Si tuviéramos que explicar esta relación
con una sola palabra,
 diríamos: “conversar”,
 ya que ésa es la definición, dentro del judaísmo mesiánico,
 de lo que el mundo o las religiones llaman “orar” o “rezar”.
 Si sólo tenemos un rezo,
 estamos en el primer escalón de la “rampa/sulám de Iaakóv”
en la aldea de Luz (cuando los ángeles subían y bajaban por ella).
 Si tenemos oración,
 ya estamos un poco más arriba.
 Mas si logramos tener una conversación,
y esa conversación es diaria,
 entonces estamos en MUY BUEN camino.
(En nuestro próximo libro a publicarse, “Cómo ser Amigo de Elohím” 2ª edición, hablamos en más detalle de esta relación fundamental,
 base de toda nuestra vida eterna).

3. ETÁM

 La próxima parada del Pueblo de Israel fue en Etám,
que significa “camino al mar”.
 El agua de mar (salada),
 como ya hemos revelado en nuestros libros,
es símbolo del amor ahaváh (sacrificial, espiritual)
 de Elohím por toda la humanidad.
En otras palabras,
 aquellos que dejan de adorar a demonios
 y encuentran al Único Elohím verdadero,
 comienzan a ir en camino hacia recibir el amor indiscriminado,
 sacrificial de Elohím.
Todos tenemos derecho a esta ahaváh,
pero no todos la notamos ni la apreciamos
Sólo aquellos que hemos salido de la obscuridad
y hemos encontrado la Verdad,
 estamos en condiciones de apreciar
y de beneficiarnos de la Ahaváh que viene de Él,
 sin merecerlo.

     4. PÍ AJIRÓT/LUGAR DE CAÑAS

    El cuarto campamento es Pí Ajirót/Lugar de cañas (o juncos).
 Los juncos son árboles marinos.
Como el mar es ahaváh de Elohím,
nosotros somos los árboles marinos
 que estamos rodeados de Su ahaváh,
 para que crezcamos rodeados de Su cuidado
 y de Su generosidad y de Su dádiva constante e invisible.
(Cada día que no nos pasa nada malo,
es porque Elohím nos está guardando,
pero no lo vemos, y por eso esa ahaváh,
 ese sacrificio y esa preocupación por nosotros, pasa desapercibida).
      Pí Ajirót es un lugar para deleitarnos de Su cuidado
 y de Su preocupación por nosotros
y para bendecirlo,
 todos los días,
por todo lo que hace por nosotros
pero que no nos damos cuenta.

        5.MIGDÁL/TORRE
  
          La torre/migdál
es símbolo de lo que hablábamos la parasháh pasada:
 el estar alertas siempre,
 el tener un guardia en una torre guardando nuestro campamento,
que es nuestra casa,
 nuestra vida y la de nuestra familia y sinagoga mesiánica.
 El estar regocijándonos en el lugar de cañas,
 nos puede fácilmente hacer creer que la vida es fácil
y que el peligro pasó,
 pero el peligro NUNCA pasó.
 Sólo que Elohím está atajándolo,
 por Su misericordia,
pero eso no significa que no debemos de estar constantemente en guardia
 y analizar las cosas que nos suceden día a día,
 para hurgar y ver si es algo normal
 o puede ser algo proveniente de un ataque espiritual.

              6. MARÁH/AMARGO

         Dentro de nuestra vida cotidiana,
no todo es “color de rosas”.
Siempre puede y hay, momentos amargos,
momentos de prueba.
 Siempre decimos en nuestras prédicas
 que la vida es una montaña rusa,
con sus subidas y sus bajadas.
 Estas bajadas deben ser aprovechadas para aprender
de lo que nos está pasando y esperar que la bajada pase y comience la subida,
que indefectiblemente vendrá.
 Muchos han sido enseñados que la vida con Elohím
 es un “pare de sufrir”,
pero no es así
 y más vale que ya lo entendamos.
 El sufrir es una manera de enseñanza
que tiene Elohím para cambiar nuestros errores
y nuestras desviaciones en camino recto.
 Debemos entenderlo así y no quejarnos,
sino que aprender y seguir adelante,
 esperando la subida de la montaña rusa,
 que pronto vendrá,
en cuanto aprendamos la lección amarga
 por la que estamos pasando.

    7. EILÍM/ROBLES

       Como ya dijimos, el sufrir nos hace más fuertes,
 como robles.
Ya no somos los débiles sobrevivientes de la esclavitud de Egipto/Mitzráim,
bajo el Paró,
 que es un símbolo de ha satán,
sino que hemos sido sacudidos
y solidificados por la mano de Elohím,
y ahora comenzamos a ser fuertes como robles
e igualmente capaces de aguantar tempestades y huracanes.

  8. SIN/ARCILLA
  
      La arcilla es símbolo del cambio que Elohím desea hacer de nosotros.
Nosotros somos las jarras y El es el alfarero.
 El desea hacer de nosotros jarras para honor,
 pero nosotros debemos dejarnos moldear por El
y no huir de Su mano de ahaváh,
 aunque a veces dolorosa.
 Nada sucede en nuestra vida diaria, hoy,
 que no sea Su voluntad para NUESTRO BIEN.
 Nada sucede que no sea para mejorarnos,
 para moldearnos de acuerdo a nuestro destino prefijado
 en Su omnisciencia.
 El sabe lo que es mejor para nosotros.
Él sabe las cargas hereditarias que llevamos en las espaldas.
Nosotros no las vemos.
El sabe de las cargas educacionales y familiares que cargamos a cuestas
y que nos impiden llegar a ser las jarras que El tenía preparadas para que seamos.
De modo que tenemos que dejarlo trabajar en nosotros,
aunque nos duela.

      9. DÓFKAH/GANADERO

    Si nos dejamos moldear,
 Elohím nos va a juntar con Su rebaño
 y dejaremos de estar solos
y sin rumbo
y llegaremos a ser parte de Él
y parte de Su plan para nosotros
y para todos aquellos que se dejen domar por el ganadero,
 por el Roé/Pastor de ovejas.
Mas debemos realmente ser ovejas y no cabras,
caballos dóciles y no asnos,
 de los que pegan patadas a sus amos.
     Este comportamiento exige sabiduría espiritual/jajmáh,
de la cual hay poco.
 Y esta sabiduría se traduce en docilidad,
 como ovejitas mansas,
 que se dejan trasquilar, lavar,
 y alimentar por su Amo.
Todos los días,
Elohím nos saca a pastar,
para alimentar a Su rebaño,
 pero algunos de nosotros ni siquiera nos hemos enterado
 que estamos siendo arriados hacia donde El desea,
y nos escapamos,
o pegamos patadas al Roé/Pastor,
 en rebeldía.

       10. ALÚSH/MUCHEDUMBRE

     Por último,
nos encontramos con la muchedumbre,
 con la gente del mundo,
que quiere invadir nuestro rebaño,
 que quiere deshacerlo,
 porque no soporta que seamos los elegidos de Elohím
 y hace todo lo que está a su alcance para pervertir ese privilegio,
desde desprestigiarnos
 y decir que no hay ni puede haber un “Pueblo Elegido”
(¿Quién puede discutir con Elohím?),
 hasta demonizarnos y satanizarnos,
 para que nadie se quiera acercar al Pueblo de Elohím
 y así sacar la bendición que eso produce.
     Mas nosotros debemos quedarnos tranquilos,
 sabiendo que todo tiene su premio y su castigo:
 hay bendiciones esperando para aquellos que han obedecido
 y hay maldiciones esperando para aquellos que no han querido obedecer
y se han rebelado.
     Nosotros debemos ser fuertes y aguantar firmes.
Faltan todavía en nuestras vidas 32 campamentos para recorrer.
Pero no debemos desmayar,
sino cantar y alabar a Elohím
 por lo que ha hecho por nosotros hasta ahora,
que es mucho.
     Pero más que nada,
 no debemos dejarnos influir por la muchedumbre,
 que en el fondo, sin quererlo,
 sabe que está perdida,
 y que está siendo manipulada por ha satán
 para tratar de hundirnos con ellos al destino que tienen prefijado.
 Debemos bendecir a nuestros enemigos
y a la vez, aislarnos con Elohím bajo Su talít
 (Teh./Sal. 91:5),
 porque sólo allí estaremos seguros. 

11 julio, 2012

Parasháh
 No.41
 PINJÁS
24 del mes Cuarto del año 5773
14 de Julio del 2012

Lectura de la Toráh:
 EN EL DESIERTO/BAMIDBÁR/”NÚM.” 25:10-30:1
Lectura de la Haftaráh:
1ª Reyes 18:46-19:21


Por
Julio Dam
Rebe Mesiánico

“CÓMO GENERAR UNIDAD”
 En esta parasháh,
 Pinjás, nieto del Primer Sumo Sacerdote Aharón,
 mata a un israelí y a su amante midianita,
 adoradores de un ídolo abominable
 (Ba Midbár/En el desierto/”Núm.” 25:1-8)
 y Elohím suspende el castigo a todo Israel
 por la justa acción de Pinjás.
 ¿Cómo se puede entender la complacencia de ADONÁI
 en matar a dos personas,
 una de ellas de Su Propio Pueblo Elegido?
Dice en Ro. 8:6:
 “Porque la intención de la mente es muerte,
 pero la intención del Rúaj es vida y shalóm”.
     Cuando juzgamos lo que leemos
o lo que nos sucede con nuestra mente,
 como dice Romanos,
 el resultado es muerte espiritual y mental;
 pero cuando tratamos de entender con el Rúaj,
 el resultado es vida espiritual y shalóm.
Así como no entendemos lo que hizo Pinjás,
 así tampoco entendemos ni discernimos
 lo que nos sucede a nosotros,
 ni lo que les sucede a nuestros miembros de nuestra familia,
 hermanos en la fe o amigos personales,
 porque juzgamos,
 discernimos enteramente con nuestra mente
 en vez de con nuestro rúaj,
 teniendo, como tenemos,
 a Ieshúa viviendo dentro nuestro.

La disposición de la mente,
 aún la de aquella que está con Elohím
y que está siguiendo o tratando de seguir a Ieshúa,
es de conflicto.
Generamos conflicto queriendo,
 sin querer,
 o “sin querer, queriendo”,
 pero el conflicto se genera,
 ya sea que queramos o no.

LAS DOCE “HABILIDADES”
 MÁS COMUNES
PARA CREAR DIVISIÓN

Generamos conflicto y división
por las siguientes doce “habilidades”:

1.   Comenzando discusiones.
2.   Creando grupitos de influencia,
 ya sea en la familia o nuestra sinagoga mesiánica
 y enfrentándolos entre sí.
3.   No perdonando,
sino siguiendo en nuestros antiguos “problemitas”
 con los que nos rodean.
4.   “Distribuyendo” chismes,
 algo que, algunos ni siquiera lo consideran como tal,
sino que creen
 que “sólo estoy hablando de lo que me pasó”.
5.   Traicionamos,
 con nuestra lengua
o con nuestros actos
a personas que nos han ayudado
en muchas maneras en el pasado.
6.   Hablamos mal a propósito de nuestras autoridades
 (a escondidas),
 mientras abiertamente los alabamos.
 (Una doble estocada en la espalda).
7.   Ponemos a una persona en contra de la otra.
8.   Mentimos a sabiendas que no es cierto
 lo que estamos diciendo.
9.   Somos racistas o elitistas,
 creando grupos de influencia
donde antes no existían.
10.       Usamos “nuestra justa ira”
contra los demás
como una excusa
 para evitar el contacto.
11.       Tenemos una actitud de “Yo tengo razón; tú estás equivocado”
en todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
12.       Actuamos sin preocuparnos
cómo nuestras palabras o actos
 van a afectar a los demás.

Dijo el Rav Shául en 1a Cor. 11:17:
 “Pero esto los denuncio y no los alabo,
ya que no para mejor sino para peor se reúnen”.

Todos tenemos nuestras propias ideas para todo,
 diferentes culturas,
 diferentes hábitos y maneras de hacer las cosas,
 que consideran la mejor.
 Como resultado,
 la desunión es la regla y no la excepción.
Tenemos la tendencia, ya sea en la sinagoga mesiánica o en nuestro empleo,
 o al pensar o hablar de las religiones que nos rodean,
 de generar categorías opuestas entre sí:
 “los que sabemos algo”
 versus “los nuevos, que son carnales y no entienden nada”;
 “los superiores”
 versus “los inferiores”;
 “los educados” versus “los ignorantes”;
“los ricos” versus “los pobres”;
“los que caminamos bien” versus “los judaizantes”;
 “esta religión” versus “mi religión”;
 “esta denominación” (que está muy mal) versus “mi denominación
 (que está, claro, muy bien)”;
 en otras palabras:
“nosotros” versus “ellos”.
¡Claro está que nosotros
 siempre estamos en la primera categoría
 y no en la segunda!
Y si estuviésemos en la segunda categoría en algo,
 ¡no lo mencionaríamos para nada!
Si deseamos lograr la unidad,
 debemos poner nuestro esfuerzo
en aceptar o adaptarnos a lo que se enseña
en nuestra sinagoga mesiánica
(mientras no vaya en contra de la Toráh de Elohím),
 a pesar de que todos somos diferentes,
 mientras nuestra meta debería ser el tener un deseo común
 de servir y mantener una buena relación
con las autoridades,
 los hermanos/as,
nuestra familia,
 amigos personales,
 y compañeros de trabajo.
Y si viviésemos en un mundo
o asistiéramos a una sinagoga mesiánica
 donde no habría estas divisiones,
 ¡las CREARÍAMOS nosotros,
 porque ÉSA es nuestra naturaleza mental y emocional!
     Todas estas tendencias y categorías
sólo sirven para separar,
 para crear división y evitar así,
que, algún día,
 de alguna forma,
 exista unidad en nuestra sinagoga mesiánica.
 Es todo parte de nuestra manera de ser mental,
 que no viene de Elohím.

     Sin embargo,
si lo meditamos un poco en privado,
 donde nadie nos pueda leer los pensamientos,
 ¡veremos que “YO,
el mejor”
 soy tan pecador y tan “esto” o “aquello”
 como el otro/los otros,
 a quienes nos pasamos criticando,
sólo que en áreas diferentes a nosotros!
Usted puede que sea muy inteligente o muy hermosa,
 pero tiene éste o aquél defecto,
 diferente al defecto de quien está criticando,
pero también tiene defectos,
¡sólo que son otros,
por lo que TODOS somos “inferiores”
en algún sentido u otro!
    
     ¿Cuál es el camino, entonces, hacia la Unidad
 en nuestro matrimonio,
familia, sinagoga mesiánica?

1.   Debemos DECIDIR ser otras personas,
no las que somos ahora,
 sino judíos mesiánicos

de los cuales Elohím pueda estar contento.

 ¿No le gustaría que Elohím
lo felicitara por algo que usted pensó,
 dijo o hizo?
¿O, usted cree que Elohím
NO SABE lo que usted piensa,
dice o hace?
 La decisión firme es lo primero.
 Sin ella, sólo hay “buenas intenciones”
como las famosas:
 dejar de comer “a fin de año” o “el próximo lunes”.
2.   Debemos DECIDIR cambiar nuestros PENSAMIENTOS,
 ACTITUDES Y CORAZÓN
(PAC, para recordarlo más fácilmente).
¡Pida en oración,
 TODOS LOS DÍAS
que Elohím cambie sus PACs!
 ¿Cree usted que Él no lo hará,
 si ve que usted es sincero al respecto?
Dice en Fil. 2:1-3:
 Por tanto,
 si hay en vosotros
 alguna consolación en Mashíaj;
 si algún consuelo de ahaváh;
 si alguna comunión del Rúaj;
 si alguna ternura y misericordia,
 cumplid mi gozo;
que sientan lo mismo,
 teniendo una misma ahaváh,
 unánimes, sintiendo una misma cosa.
No hagan nada por contienda
 o por ambición egoísta;
 sino, en humildad,
 estimándose inferiores los unos a los otros;
 no mirando cada uno a lo que es suyo,
 mas a lo que es de los otros.
3.   No hagan nada por ambición egoísta.
         Una de las razones por las cuales hay disensiones
y divisiones en la sinagoga mesiánica
es porque sus miembros tienen
“ambición egoísta”,
 de la que surgen conflictos.
Esto es el caminar en nuestra mente
 y en nuestros deseos egoístas.
Cuando uno se mueve impelido por estos deseos,
los grupitos se forman casi “naturalmente”.
 Las divisiones y las disensiones
 no surgen por éste o aquel tema dogmático,
 sino por nuestro ego
 y nuestros deseos de sobresalir
 por encima de los demás
 y de “tener un puesto” en la sinagoga.
 Nos rehusamos a acatar las sugerencias
 de nuestros rabinos o hermanos de la sinagoga;
 nos rehusamos someternos los unos a los otros,
 por orgullo personal.

 Lo único que sí aceptamos
 es nuestras propias opiniones,
aún cuando no seamos expertos en ése tema o en ninguno.
 Dice en Mishléi/”Prov.” 6:16:
 “Hay seis cosas que ADONÁI odia,
 seis que son detestables para Él,
 pero la séptima es una abominación para Su Alma:
 ojos orgullosos,
 una lengua mentirosa…
y un hombre que incita a la disensión entre los hermanos/
meshaléaj medaním béin ajím.
         No podemos buscar “la unidad”
 por medio de lograrla “a MI manera”.
El enemigo está listo
para alentar a aquellos que insisten
en hacer las cosas “a Mi manera”,
 ya que éste es su estilo
 desde el principio del Universo.
 Debemos abandonar los deseos egoístas
 y las ambiciones personales,
 por medio de pedir y obtener
 el “Ir’ át ADONÁI/Temor a ADONÁI”,
 y por medio de Él,
 tener sumisión a nuestros rabinos mesiánicos
y servir a Elohím con un corazón humilde
 y lleno de dulzura
y de preocupación hacia los demás.
4.   No hacer nada por orgullo.
El orgullo es una de las debilidades del hombre
 y su naturaleza mental.
 El hombre no puede lograr la unidad por el orgullo en su corazón.
 Irmiáhu/”Jer.” 17:9
 dice que nuestro corazón es engañoso
sobre todas las cosas.
 En Mt. 20:20-28
 vemos cómo la madre de Iaakóv e Iojanán
 trató de “conseguir un puesto”
para sus hijos en el futuro.
 El luchar por ser primero,
 o por ser más importante
 o más famoso es orgullo.
Ieshúa, en cambio,
 siendo Elohím mismo,
se hizo nadie
 y vino a vivir entre nosotros,
que no somos nada,
 haciéndose Él nada entre nosotros.
 Esta es la naturaleza de un verdadero líder espiritual.
 Nosotros debemos imitarlo,
 no con nuestra mente,
 porque ésta no puede imitar las cosas espirituales,
 sino dejar que Ieshúa se mueva dentro nuestro,
 por medio de nuestra voluntad
y de nuestra ambición espiritual de crecer continuamente.
 En cambio,
 el liderazgo humano sólo trae conflicto de intereses y disensión.
5.Considere a los demás como mejor que usted.
Vivimos en un época que levanta al individuo por encima de todo y de todos,
 que venera el dinero y la fama,
y exalta los deseos egoístas de cada uno,
 sin tener en cuenta a los demás.
El considerar a los demás
 como mejor que uno
 está directamente en contra de todos estos “mémes”,
 virus mentales
que están contagiados en todo el mundo Occidental.
 En 1ª Cor. 13:4,
 el Rav Shául habla del amor ahaváh,
 que es un amor sacrificial que viene de Elohím,
 un amor de madre,
 que no mira por sí misma,
 sino por los demás
 y coloca a los demás primero,
 por encima de uno mismo.
Dice Shául: “El amor no se jacta,
 no busca lo de sí, no recuerda lo malo.
 Siempre protege, siempre confía,
siempre tiene esperanza, y siempre persevera”.
El considerar a los demás
 como mejores que uno mismo
significa el apreciar las cualidades buenas de los demás,
 el dar gracias por ello a Elohím
y no mirar tanto sus errores ni sus debilidades.
 También debemos entender que el no considerarse mejor que los demás
 es porque Elohím nos ama a todos por igual y no tenemos por ello de qué jactarnos,
 de que somos mejores delante suyo.
 Si queremos jactarnos, dice el Tanáj,
 podemos jactarnos de “conocerme y entenderme”
 como dice en Irmiáhu/Jer. 9:23.
         El “conocerme y entenderme”
es la única meta que vale la pena en nuestras vidas espirituales.
 Es lo único de lo cual,
 realmente, podemos jactarnos.
6.   Tener humildad.
 Por último, la humildad es algo que todos debemos adquirir
 en nuestra vida espiritual
 y es especialmente cierto para nosotros,
 los que lideramos.
Debemos abandonar el “viejo Adám”
(palabra que viene de “Adamáh”=tierra,
 lo que muestra lo que realmente somos: polvo)
 y “vestirnos” del Nuevo Adám,
 de Ieshúa, es decir,
 comportarnos en el día a día como Ieshúa,
 que, de ser Elohím mismo,
se humilló hasta lo máximo para enseñarnos a ser como Él desea que seamos.
Sólo en este espíritu,
 en este marco de comportamiento
y de relacionamiento estaremos construyendo
 y encontrando la unidad que tanto buscamos.
 La Unidad no está en una “casa encantada”
 en algún lugar donde hay que ir a buscarla.
 La Unidad la construimos nosotros,
con nuestro agacharnos delante de los demás
y el servirlos, en vez de reinar sobre ellos,
 como nos enseñó Ieshúa mismo,
 cuando nos comparaba con los gentiles,
 que reinan sobre sus súbditos.
Al enemigo le fascina cuando nos peleamos por cualquier cosa,
 o, aunque sea, no podemos ponernos de acuerdo en lo más mínimo.
 No podemos educar a todos al mismo tiempo.
 Pero sí, podemos educarnos a nosotros mismos
y aceptar esta situación de parte de los demás,
 prometiéndonos no hacer la tarea del enemigo,
 y colaborar con él,
discutiendo y peleando
 contra nuestros hermanos de la sinagoga mesiánica.
Así, la humildad es una condición mental y emocional
indispensable para serle útil a Elohím.
El rey Shául no falló porque era un mal militar:
 falló porque le faltaba humildad delante de nuestro Elohím judío.
 Él sólo se interesaba en él mismo
y en su orgullo
y fue abandonado por Elohím
y David tomó su lugar,
 justamente caracterizado por su humildad
 y su amor por Elohím.
Bien dijo Ieshúa:
 “Benditos los pobres de espíritu,
 porque de ellos es el Reino de los Cielos/Mimshélet ha Shamáim”
(Mt. 5:3)
7.   Preocuparse por los problemas y dificultades de los demás,
en vez de estar sólo concentrados en los nuestros.
Una persona que evita la división
y logra la unidad que tanto anhelamos,
 es aquella que pone los problemas y las dificultades de los demás
 en su corazón y ora y se interesa por ellos,
 tratando de encontrar una solución,
 o tratando que Elohím les encuentre una solución,
porque nosotros, en realidad,
NADA podemos hacer por nuestra cuenta.
Debemos ver nuestra sinagoga mesiánica,
 como siempre lo decimos personalmente,
 como una gran familia.
¿A quién no le preocupa su propia familia?
 Cada hermano, hermana, tiene problemas diferentes,
situaciones difíciles diferentes,
 en momentos diferentes.
 Debemos estar atentos y ayudar en todo aquello que podemos.

Algunos tenemos automóviles,
 podemos ayudar en acercar a los que no lo tienen
más cerca de sus hogares.
Algunos tenemos facultades de orar,
 interceder o liberar;
 debemos usar estos regalos de Elohím
para ayudar a nuestros hermanos,
 pero siempre bajo la cadena de mando
 del rabino de nuestra sinagoga,
porque, de otra manera,
 estamos actuando en desorden
y en rebeldía.

FELIZ ZSHABATH.

05 julio, 2012

 Parasháh
No.40
 BALÁK
17 del mes Cuarto del año 5772
7 de Julio del 2012
Lectura de la Toráh:
 EN EL DESIERTO/BAMIDBÁR/”NÚM.” 22:2-25:9
Lectura de la Haftaráh:
 Míjah 5:6-6:8
Brit Ha Dashah:
  Ap: 2:13-14
 1a Cor 1:20-31
2a Pedro(Keifa) 2: 14-22
Por
Julio Dam
Rebe Mesiánico

COMENTARIO DE LA PARASHÁH

Bamidbár/”Núm.” 25:4:”Contarán el pueblo de veinte años arriba,
 como mandó ADONÁI a Moshéh
 y a los hijos de Israel/bnéi Israel,
 que habían salido de tierra de Mitzráim/Egipto”.

"¿QUÉ TIPO DE PERSONALIDAD
TIENE USTED?”

La orden de tomar un censo de los Bnéi Israel/hijos de Israel
 es parte de las órdenes que ADONÁI le da a Moshéh.
 Un censo hace que todos sean iguales,
 en cierta manera,
 ya que una persona con un gran talento para algo,
 cuenta lo mismo que una persona con una deficiencia,
 sin que nadie sobresalga sobre el otro.
 Aparentemente,  todos somos diferentes,
 algunos con grandes talentos para un área,
 otros para otras áreas,
 pero en el fondo,
 y para Elohím,
 TODOS somos Sus hijos,
 y todos valemos lo mismo:

 por eso el censo nos hace iguales,
 igual que en una democracia
 vale lo mismo el voto de un Einstein
que de una persona con algún tipo de deficiencia.
         En otras palabras, externamente,
 todos somos diferentes
 y parece que no valemos lo mismo;
 pero internamente,

todos tenemos un espíritu,

 hasta la persona más desvalida e impedida,
 un autista, por ejemplo,
 para Elohím,
 es tan querido y de tanto valor como un genio,

ya que ambos fueron creados “a imagen y semejanza” de Elohím.
 Cuando vayamos con Él,
 no va a ser nuestra inteligencia
 ni nuestro saber lo que va a contar,

 sino el crecimiento de nuestro rúaj/espíritu
lo que va a contar.
         Por eso, no está mal contar y saber cómo somos, externamente.
Pero no debemos olvidar

que el verdadero “conteo”
será hecho de nuestro crecimiento espiritual

 y no de nuestra personalidad.
         En psicología se han hecho varios tipos de tests
 para auscultar nuestra personalidad.
 Uno de los más famosos es el de Myers-Briggs,
 que parte de cuatro rasgos de carácter posibles:

 (1) introvertido/extrovertido;
 (2) sensorial/intuitivo;
 (3)calificador/perceptivo; y
(4) racional/emocional.

Todos nosotros tenemos parte en por lo menos dos o hasta tres de estos rasgos:

si usted se considera introvertido,
 es probable que sea racional;
 si es extrovertido,
 es probable que sea calificador, etcétera.

Si evalúa los cuatro tipos de rasgos,
 surge un perfil,
 que puede ser ISRC, es decir,
“introvertido, sensorial, calificador y racional”,
 lo cual a su vez,
 brinda una personalidad definida,
 que veremos por último.
Veamos a continuación algunos de estas preguntas
 que usted se debe contestar a sí mismo
para saber a qué tipos de carácter más se parece.

INTROVERTIDO(I)

Me      gusta la tranquilidad y evito a la gente.
Me      reservo mucho de lo que pienso.
Detesto el teléfono porque me desconcentra en lo que hago.
Necesito soledad para pensar y desarrollar mis ideas.
No hablo de mis problemas hasta tener confianza con una persona.
EXTROVERTIDO(E)

Me comunico muy bien, ya sea con una persona como con un grupo.
Me siento solo cuando no tengo a gente con quien conversar.
Para desarrollar mis ideas, necesito discutirlas con alguien.
Debo aprender a callarme, para que los demás también puedan hablar.
Me considero una persona de acción.
SENSORIAL (S)

Me guío por lo que veo, no por mis sensaciones.
En las discusiones, doy ejemplos concretos.
Me molesta lo que dependa de la suerte o de la casualidad.
Expongo mis puntos de vista con claridad y en orden.
Presto mucha atención a los detalles.

INTUITIVO (I)

Me fío de mi sexto sentido.
Me encanta lo diferente y lo nuevo.
Prefiero los trabajos que requieran creatividad.
No doy mucha importancia a los datos concretos.
Me aburre lo rutinario, lo controlado.

RACIONAL (R)

Mi meta es la verdad.
Decido más con la cabeza.
Critico y señalo lo negativo cuando lo mencionan o lo veo.
Suelo controlarme emocionalmente.
Uso la lógica, las estadísticas y el análisis para trabajar o decidir.

EMOCIONAL(E)
1. Me enfoco en la armonía.
2. Decido más con el corazón.
3. Me gusta la comunicación sociable.
4. Necesito un ambiente con armonía para trabajar a gusto.
5. Convenzo a la gente con mi simpatía y mi amistosidad.
CALIFICADOR ©
1. Prefiero una vida bien planificada.
 2.Planeo horarios y límites de tiempo.
 3. Creo en la seguridad y en la estabilidad.
 4.Tengo facilidad para organizar mi trabajo y mi vida.
      5.Sé bien lo que es planificar y controlar.

PERCEPTIVO (P)

Me gusta la flexibilidad en todo.
Prefiero empezar las cosas que terminarlas.
Evito las obligaciones sociales, como reuniones, etcétera.
Prefiero improvisar y asumir retos.
Me cuesta organizarme.
Me imagino que ya ha elegido algunas de las respuestas
 de las 16 combinaciones diferentes.
 Ahora, lo interesante es darse un perfil,
 por ejemplo, ISRP
(Introvertido, sensorial, racional y perceptivo).
1.ISRP: Si usted es un ISRP,
 no le gusta atarse a sistemas cerrados y horarios rígidos.
 En seguida se dá cuenta de lo práctico de cada situación.
Es realista,
 sabe lo que sucede a su alrededor
 y puede reaccionar rápidamente
 si tiene las de ganar.
Respecto a Elohím,
le gusta investigar Su Toráh
y encuentra tiempo para hacerlo,
 aún fuera de horarios normales.
 Le gusta estudiar con orden
 y tener claro las cosas
a largo plazo con Elohím y su vida espiritual.
 CONSEJO:
Haga planes respecto a su vida espiritual
 y hágalos saber a los demás.
 Aprenda a abrirse más
con sus hermanos de la sinagoga mesiánica.
2. ISMC: Si usted es un ISMC,
 usted es consciente,
 comprometido,
leal,
 considerado con los demás,
 además de ser detallista,
 paciente y servicial con los que lo rodean.
 Tiene unos pocos amigos que los tiene desde hace tiempo.
 Trabaja con perseverancia y servicio a los demás.
 Respecto a Elohím,
le gusta ayudar a sus hermanos en la sinagoga mesiánica.
 Es leal a Él,
 y aunque evita ser el centro de la atención en la sinagoga,
 le gusta ir y aprender más y más.
 CONSEJO:
No se preocupe tanto sobre el futuro,
 ya que todo está en Sus manos.
3. ISRC: Si usted es un ISRC,
 usted es trabajador,
 prolijo en todo lo que hace.
 Se desenvuelve cómodamente en una estructura y respeta a sus jefes.
 Cuidadoso en estudiar los detalles
 y los hechos y prudente en sus compromisos.
Prefiere vivir con un rumbo fijo,
 sin incertidumbres.
Le gustan las tareas productivas.
 Cuando se divierte,
 todo tiene que tener un propósito y un resultado.
Respecto a Elohím,
 trate de aprovechar sus hábitos de estudio
para estudiar y memorizar la Toráh,
bajo la guía de sus líderes mesiánicos.
 CONSEJO:
No se trabe en un problema,
 sino que déjelo de lado y siga adelante.
 Tenga en cuenta las emociones ajenas
 y las suyas para mejorar las relaciones
con los demás miembros de la sinagoga mesiánica.
    
     4. ESRP: Si usted es un ESRP,
 usted es un realista,
 rápido e  ingenioso para descubrir sus metas.
 Es divertido y sociable,
 directo en todo,
le gustan los riesgos físicos y de su carrera.
 No necesita apoyo de un grupo para hacer lo que desea.
Respecto a Elohím,
búsquelo como se busca un tesoro.
 USTED PUEDE HACERLO.
Asuma los riesgos involucrados en ello.
 CONSEJO:
 Evite centrarse en la vida segura,
 en la estabilidad financiera
y busque la estabilidad
y el crecimiento espiritual,
 dejando a un lado su búsqueda del confort.
    
Aunque no hemos dado las características de carácter
 de todos los 16 tipos de combinaciones posibles,
hemos abierto la puerta para que usted lo haga por sí mismo.
Lo que importa,
 en este momento es conocernos mejor,
 de modo de elegir nuestro camino,

 especialmente el de Elohím,

con un mejor conocimiento de nuestros valores y limitaciones,
y adaptarlos a Su voluntad,
 para poder seguir el camino que Elohím
desea para nosotros
 con la consciencia de nuestros alcances
 y nuestras limitaciones,
 sin tener que cohibirnos por estos últimos.

¡UN FELIZ SHABÁT SHALÓM!