29 febrero, 2012

PARASHÁH
 No.20
TETZAVÉH/ORDENARÁS
Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/”Ex.” 27:20-30:10
 Haftaráh:
 Hezekíah 43:10-27
9 DEL MES DÉCIMO DEL 5772
3 DEL MES DE MARZO DEL 2012
Por
 Julio Dam
Rébe Mesiánico

“LA IMPORTANCIA DEL CONCEPTO
Y DE LA PRÁCTICA DE NUESTRA
 AUTO-NULIFICACIÓN”
En el libro de “Romanos” pérek/capítulo ocho y en el Tanáj en general, si lo comprendemos adecuadamente, existe un concepto poco conocido,
 que en hebreo es “Bitúl”, que significa “auto-nulificación.”
Nos explicaremos: Elohím hizo a Adám y Javáh,
 pero, como todos sabemos,
 todo fracasó y Elohím tuvo que comenzar de nuevo con Nóaj y sus tres hijos,
 Shém, Jám y Iafét,
de donde provienen toda la humanidad actual de casi 7 mil millones de personas.
El plan de Elohím es, sencillamente,
 hacer que los espíritus de aquellos que lo siguen,
 sean manejados por Ieshúa dentro nuestro,
 llamado “El segundo Adám”,
como lo dice Gal. 2:20 y Rom. 8:1,4, y 14,
 de modo de poder cumplir los Mandamientos y poder hacer Su Voluntad.
 Lo que en el judaísmo se llama “Bitúl ha iésh”
 (“nulificación de lo que hay”)
 es la nulificación de nuestro ego, de nuestros deseos,
 valores, instintos, planes, destino manejado por nosotros.
 Esto no es fácil,
 pero con aquellos que tenemos a Ieshúa dentro de nosotros,
 por lo menos, se vuelve posible.
En Mat. 5:38-40, Ieshúa nos ordenó:
“Ustedes oyeron que fue dicho:
 ‘Un ojo a cambio de un ojo y un diente a cambio de un diente’,
 Pero yo les digo que no tomen venganza sobre quien les hace mal.
 Sino que cualquiera que los abofetee en la mejilla derecha,
 ofrézcanle también la mejilla izquierda.
 Y al que desee hacerles un juicio para llevarse su camisa, denle también su talít”.
Lo que REALMENTE quiso decirnos Ieshúa con esto
 es estar en la POSICIÓN EMOCIONAL Y DISPOSICIONAL
(nuestra actitud y nuestra disposición)
para hacer lo que dice en Mat., el tener la ACTITUD
de reaccionar frente al mal
 con el bien
 y con Su ahaváh/amor espiritual
 y no con nuestra actitud carnal ni con nuestro amor carnal,
 que es totalmente condicionado:
 “Te amaré si tú me amas a mí primero”.
 Sin embargo, toda la humanidad y la sociedad funciona en base a lo contrario:
“Yo,” “Yo,” “para mí.”
Aquí, en estas pocas palabras,
está comprendido todo el problema de la humanidad entera:
 mientras que Elohím desea que sigamos las instrucciones de Ieshúa,
nosotros seguimos la forma de vida del mundo:
 “yoísta,” en un cien por ciento.
 Si realmente queremos hacer lo que dice en Mat.,
 debemos dejar de quejarnos,
dejar de dejarnos influir por los insultos,
 ataques, heridas, dejar de buscar nuestro auto-interés,
 dejar de estar siempre en una actitud defensiva
 y super-sensibles a la menor mirada desaprobadora de los demás para con nosotros.
 El Rav Shául lo dice bien en Koríntim Alef/1ª Cor. 4:3:
 “Para mí no tiene importancia el que sea juzgados por ustedes,
 o el juicio del hombre, ni siquiera me juzgo a mí mismo.

” Shául fue enseñado por Elohím a dejarse juzgar por Elohím solamente.

Esto le dio libertad para seguir haciendo Su voluntad,

 en vez de estar atado a las circunstancias adversas
 que ha satán pone en nuestro camino.
El bitúl,
entonces, es un morir a las circunstancias adversas,
 a la aprobación o desaprobación de los demás
respecto a lo que creemos o no,
 a lo que somos o no (a los ojos de los demás).
El bitúl del judío mesiánico,
 debería dar como resultado el buscar que Ieshúa dirija su vida,
 en vez de él mismo.

 Es fácil para algunos el desentenderse de la aprobación de los demás,
pero muy difícil cuando se trata de la aprobación o mejor,
 de la desaprobación de los propios familiares,
con quienes uno convive todo el día.
 Valoramos sus opiniones y somos muy sensitivos a ellas.
Lo que Shául nos enseña, en cambio es:

 “Ya no vivo yo,
 sino que Ieshúa vive en mí.”
ALGUNOS PASOS
HACIA LA AUTO-NULIFICACIÓN 
Podríamos tratar de seguir lo que dice Efésim/Ef. 4:22-32:
“Respecto a vuestro estilo de vida anterior,
 sáquense al hombre viejo,
 el que está corrupto de acuerdo a sus engañosas lujurias
 y renuévense en el aire de vuestra mente
 y vístanse del hombre renovado/kainén (Gr.),
 quien fue creado de acuerdo a Elohím,
en camino recto y santidad de la verdad.
Por lo tanto, dejen la mentira a un lado,
y hablen la verdad los unos con los otros,
porque somos miembros los unos de los otros.
 Enójense, pero no pequen;
 no dejen pasar el día sin reconciliarse,
ni den lugar a ha satán.
El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos,
para que pueda compartir con el que necesita.
 No permitan que salgan malas palabras de sus bocas.
Pero si hay algo para edificación, a medida que se necesite,
 que sirva de ayuda benevolente al que escucha.

Y no hagan que el Rúaj ha Kódesh de Elohím se ponga triste,

por el cual fueron ustedes sellados para el día de la redención.
Sáquense toda amargura,
ira y rabia y clamor y blasfemia y malicia.
 Sean amables los unos con los otros,
de corazón blando, perdonándose los unos a los otros,
así como Elohím los perdonó en Mashíaj”.

 ¿Por qué no hemos podido lograr todo esto hasta ahora?
PORQUE ESTAMOS ENFERMOS PSÍQUICAMENTE,
 LASTIMADOS POR LOS DEMÁS
 Y POR LAS CIRCUNSTANCIAS PASADAS DE NUESTRA VIDA!
En una parasháh anterior hablábamos de las fortalezas que rodean nuestros conceptos. Muchas de estas fortalezas (de ha satán) son provocadas
 y construidas en base a heridas y enfermedades psíquicas
 que llevamos en nuestro corazón y mente por años,
 y nunca hemos sanado de ellas.
 La clave para todo esto que Elohím desea de nosotros, 
 PERO NOSOTROS SOMOS INCAPACES DE DARLE,

está en nuestra sanidad interior,

 lo cual abarca muchas áreas,
 pero principalmente se centra en el perdón
y en la aceptación de los demás.
El “renovar el aire de nuestra mente”
significa sacar todo aquello que está en nuestra mente,
 aire viciado de los túneles de nuestra mente antigua,
 que está todavía allí porque nunca lo hemos sacado.
 Nuestras viejas ideas,
 nuestros viejos valores,
nuestros viejos ideales e ideologías deben ser sustituidas por las ideas de Elohím,
por los valores de Elohím y por la ideología de Elohím,
 que es restaurar el judaísmo mesiánico
que Ieshúa vino a traer en el Siglo I
 y que ahora está en auge en todo el mundo,
 ESO es “sacarnos el hombre viejo”,
 que está moldeado por el mundo,
 en vez de estar moldeado por Elohím
 y Su Tanáj (que incluye al P.R. mesiánico).
El Rébe Shául nos recuerda que nuestro viejo hombre
 “el que está corrupto de acuerdo a sus engañosas lujurias.”
¿Por qué las llama “engañosas lujurias”?
Porque nos está advirtiendo que son armas espirituales de ha satán
que él usa para desviarnos
y que perdamos el tiempo y nos desviemos del camino
con las lujurias del mundo,
 que cada vez son más y más frecuentes.
 No cometamos el error de entender
“lujurias”
 sólo como de índole sexual,
aunque por supuesto, que éstas están incluidas:
se está refiriendo Shául
 a cualquier deseo fuerte que va contra la Voluntad de Elohím,
 un vicio. Luego dice:
 “vístanse del hombre renovado/kainén (Gr.),
 quien fue creado de acuerdo a Elohím,
 en camino recto y santidad de la verdad.”
 ¿Qué significa “hombre renovado”?
Como ya explicamos más arriba,
 es el hombre en quien Ieshúa habita en su espíritu,
para guiarlo y limpiarlo y hacerlo separado para Elohím,
“santo” (que es el verdadero significado de la palabra “santo”).
Ieshúa no sólo nos quiere renovar en la mente,
 sino en el cuerpo y en el espíritu:
 primero, dice Ef. a través del camino recto,
 es decir, de la Toráh,
de cumplir los Mandamientos
y segundo de seguir
 “la santidad de la verdad”.
Como siempre decimos,
 la Verdad de Elohím tiene dos caras:
 una cara interior, que es la Verdad sobre lo que somos,
en contradistinción a lo que aparentamos ser.

La Verdad de nuestro ser interior,
 gran parte del cual está oculto
por lo que judío-austríaco Sigmund Freud,
 el padre del Psicoanálisis
llamó “underbewussten”,
 que se ha traducido mal como “el inconsciente”
y sería mejor traducido como “lo que no se dice”,
“lo oculto para nosotros mismos”.
La segunda Verdad es la Verdad exterior,
 lo que Elohím realmente creó y existe
y lo que ha satán realmente copió y existe,
 no lo que nos ENGAÑAN A CREER que es.
 El Judaísmo Mesiánico es un movimiento de Elohím
justamente para restaurar la Verdad en la religión de Elohím,
 la continuación, a nivel espiritual del Judaísmo Escritural del Tanáj,
 cuyo padre es Moshéh.
Esto se logra haciendo lo que dice Efésim:
 “Por lo tanto, dejen la mentira a un lado,
y hablen la verdad los unos con los otros,
 porque somos miembros los unos de los otros.”
 Aunque nuestra cultura esté embebida en engaños y mentiras,
 debemos abandonarla y abrazar la Verdad por sobre todo,
por sobre nuestras conveniencias,
 por sobre la opinión de los demás,
 por encima incluso de nuestras convicciones presentes.
 Esto se llama “crecimiento espiritual”
siempre y cuando la Verdad provenga de Elohím
por medio de la revelación
y no sea una doctrina más de las miles que hay.
 (Ya Ieshúa nos dijo: “El Rúaj ha Kódesh los llevará a toda la Verdad”.)
“Enójense, pero no pequen;
no dejen pasar el día sin reconciliarse,
 ni den lugar a ha satán.”
 Somos seres humanos y no somos perfectos;
 nadie de nosotros lo es, excepto Ieshúa,
 por lo que no es difícil que nos enojemos cuando se hace,
 dice o habla algo con lo que no estamos de acuerdo.
 Pero Shául nos advierte que, aunque tenemos derecho a enojarnos,
 debemos sacarnos nuestro enojo rápidamente,
para que ha satán no tenga tiempo de introducir espíritus malignos en nosotros
 que agraven nuestro enojo y lo conviertan en algo para siempre,
 o en algo peor.
             “El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos,
 para que pueda compartir con el que necesita.”
 Para el “viejo hombre” el “pedir prestado”
 una tijera o un libro o una cantidad de dinero
o el permitir que nos den más de lo debido en un vuelto
 y el no devolver lo que debemos no es “robar”.
 Para Elohím sí lo es.
 Hasta no diezmar es un robo a Elohím mismo,
que algunos de nosotros no queremos cumplir.
 Para eso es que el Rav Shául nos advierte
 que debemos cambiar de moral y de ética:
 lo que antes estaba “correcto”
ahora es un pecado contra la Toráh
y por lo tanto contra Elohím
y debemos dejar de hacerlo—

PORQUE ELOHIM ESTÁ MIRANDO LO QUE HACEMOS.
      
    “No permitan que salgan malas palabras de sus bocas.”
Esta “costumbre” tiene dos orígenes:
 por un lado, es parte de la cultura local
 y por otro, totalmente desconocido para la mayoría de los mesiánicos,
 está “ayudado” por un espíritu demoníaco de inmundicia,
 al cual tenemos que renunciar
y hacernos liberar.
    “Pero si hay algo para edificación,
 a medida que se necesite,
que sirva de ayuda benevolente al que escucha.”
Aquí Shául nos está indicando que existen diferentes
y variadas fuentes de enseñanza:
de lejos, la más importante es el Tanáj,
donde está incluida toda la sabiduría que Elohím deseó dejarnos,
 aun cuando Elohím nos sigue enseñando
a través de las circunstancias diarias
y de las palabras de los demás,
 de sueños proféticos,
por medio de palabras de profecía
(de un/a profeta de confianza!),
 para nuestro crecimiento,
 hasta del llamado “Musár” en el Judaísmo,
 que significa “crecimiento o enseñanza por medio de la disciplina.”
 Muchas veces, una enfermedad o un accidente es una manera
de Elohím de llamarnos la atención
 para que nos corrijamos.
“Sáquense toda amargura,
ira y rabia y clamor y blasfemia y malicia.
 Sean amables los unos con los otros,
 de corazón blando,
 perdonándose los unos a los otros,
 así como Elohím los perdonó en Mashíaj”.”
           Por último, como decíamos al principio,
 no podemos lograr la auto-nulificación
y la posterior unión con Elohím
por causa de lo que dice la frase anterior:
 estamos llenos de amargura, ira, rabia, etc.

 Esto nos envenena espiritual y mentalmente
 y nos permite estar en la limpieza,
 en la santidad necesaria para unirnos a Elohím.
Por eso, nos aconseja que “sean amables”
 y “de corazón blando”
para perdonar y aceptar a cada uno como es,
 sin amargarnos.
Haciendo todo esto,
recién estaremos en posición de lograr el tan ansiado “bitúl”,
 la auto-nulificación
 y la posterior unión con Ieshúa dentro nuestro,
 en nuestro espíritu.
 ¡Le deseamos ese gran éxito!

¡UN FELIZ SHABÁT!

24 febrero, 2012

PARASHÁH
No. 19
 TERUMÁH/OFRENDA ELEVADA

Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/”Ex.” 25:1-27:19
Haftaráh:
 1ª R. 5:26-6:13

2 DEL MES DÉCIMO DEL 5772
25 DEL MES DE FEBRERO DEL 2012
Por
 Julio Dam
Rébe Mesiánico

PARASHÁT TERUMÁH/OFRENDA ALZADA

“LA IMPORTANCIA EXTREMA DE
 NUESTRA OBEDIENCIA A ELOHÍM”

En esta parasháh
 se habla de los diferentes componentes del Mishkán de Elohím
(Santuario de Elohím) en el desierto,
 describiendo hasta sus más mínimos detalles su composición y su forma,
 de modo que Moshéh no tenga duda alguna de cómo mandarlo construir.
Aparte de otra enseñanza que esta porción de la Toráh (parasháh) pueda tener,
 que existen muchas,
lo que nos enseña, más que nada,
 es la dependencia extrema,
 es decir la obediencia
 transformada en una constante actitud de dependencia
que debemos tener en todo lo que hacemos con Elohím,
 o mejor dicho,
lo que Elohím hace a través de nosotros.
¿Por qué Moshéh no se puso a pensar:
 “A ver, de qué color voy a hacer las cortinas del tabernáculo?
Me parece que un bordó va a combinar con el marrón claro de la arena del desierto.
 Sí, voy a mandar tejer telas color bordó.
” No! Moshéh no tenía AUTORIDAD
para mandar a hacer NADA por su propia cuenta
aunque podía hacerlo,
como muchos de nosotros lo hacemos,
 sin preguntar primero a Elohím
o a Sus autoridades delegadas!
 En realidad,
 se da una progresión OPUESTA
 entre la ACTIVIDAD Y LA OBEDIENCIA:
al principio, somos cero obedientes
y tendemos (la mayoría) a ser muy activos en las cosas de Elohím,
deseamos “hacer Su Obra”.
 Cuando crecemos, y entendemos más de las cosas espirituales,
 nuestra obediencia crece y nuestra actividad decrece.
 Cuando llegamos a ser adultos espirituales,
 nuestra obediencia es total
 y nuestra actividad es mucho menos que al principio.
Para la gran mayoría de los creyentes, sin embargo,
 por lo menos los que no reciben este tipo de enseñanza,
 hacen lo que quieren
 y no hacen lo que no quieren, sin importarles si es o no la voluntad de Elohím
 el hacerlo o el no hacerlo.
El resultado es,
en el Cristianismo,
3000 denominaciones diferentes,
 y en el Judaísmo Mesiánico,
 ya tenemos quizás media docena de doctrinas,
 cada uno con opiniones y enseñanzas diferentes
 y donde cada uno se aferra a las suyas,

o, casi siempre,
a las enseñanzas más aceptadas por
 “la masa.”

Si hubiera obediencia y dependencia,
de la palabra de ELOHIM
 no habría Cristianismo ni Mitraísmo,
 sino sólo Judaísmo Mesiánico,
 ya que el JM del Siglo I hubiese continuado ininterrumpidamente
hasta el día de hoy y dentro de éste,
 sólo habría UNA sola doctrina,
 impartida por el Rúaj ha Kódesh a los rabinos mesiánicos
 por el Espíritu de revelación/Rúaj Guiluí
 de que nos habla Ef. 1:17
y del que nos habla el Rav Shául en Gál. 1:11-12.
Como él mismo nos instruye en Rom. 13:1, 3-4:
“1. Sométase cada alma a las autoridades (de la sinagoga).
2. Ya que no existe autoridad si no es de Elohím,
 y las autoridades que existen son instituidas por Él...
 3.  Porque los dirigentes (de la sinagoga)
 no son para temer (para los que hacen) buenas obras (según la Toráh),
sino para los que hacen malas obras.
 ¿Deseas no temerle a la autoridad?
Haz el bien y tendrás elogios de ella;
 4. porque  son  sirvientes de Elohím para el bien.
Todo El Universo es apoyado y mantenido por Su Poder,
 que es a su vez, Su Autoridad.
 Sin Su autoridad, el Universo volvería al caos/tóhu
del que Elohím formó el Universo.
 La ley de la gravedad, para dar un ejemplo común,
 está sustentada por Su Poder y está allí para mantener todo en su lugar,
 tal como El la creó.
 Lo mismo sucede con cualquier ley espiritual o mental.
 Están allí para mantener el orden del Universo,
 sobre el cual se sustenta la historia del mundo,
 tanto el físico como el espiritual.
 ¿De dónde salió ha satán?
ADONÁI no creó a ha satán:
al rebelarse contra la Autoridad de ADONÁI,
“jalél, estrella brillante, hija de la mañana”) (Is. 14:12)
 se transformó en “ha satán=el enemigo.
” Su sola rebelión lo hizo. Jalél quiso “ser como El Altísimo”
y la consecuencia es que se transformó en el enemigo de Elohím,
 no por una cuestión de doctrina, sino por un principio:
el de ignorar o querer pasar por alto la Autoridad máxima,
la de ADONÁI sobre él.
En nuestra sinagoga mesiánica,
 entonces, debemos tener mucho cuidado,
 no sólo con nuestras doctrinas,
 sino también con nuestros principios que la rigen,
 especialmente con el principio de la Autoridad de Elohím y Su autoridad delegada,
que es nuestro rabino mesiánico y las autoridades qué éste, a su vez, designe,
 con la autorización de Elohím.
 Algunos de nosotros pensamos,
 hablamos o hacemos cosas porque “sentí de Elohím”,
sin preguntar a nuestra autoridad espiritual primero,
 antes de hacer algo, especialmente,
ya que muchas cosas que hacemos ya no tienen remedio.
 Si usted HACE algo,
como cualquier cosa en el ámbito espiritual,
 por su cuenta, ya lo HIZO, ya no hay vuelta atrás.
 Y si lo hizo sin consultar con la autoridad delegada por Elohím,
que es su rabino mesiánico, usted está en el lugar correcto,
 la sinagoga mesiánica,
 en un lugar privilegiado al que Elohím lo trajo,

 pero actuando de la manera incorrecta,

por medio de los principios de ha satán,

 la desobediencia y la falta de sumisión,
 haciendo cosas por su propia cuenta.

 El “sentí de Elohím”
debe ser corroborado por dos o tres personas,
comenzando por el rabino mesiánico,
 como nos enseña Shául en cuanto a las matanót/regalos/”dones”
 del Rúaj en Koríntim Alef/1ª Cor. 14:27.
Se comienza con la fe,
que es la confianza en Elohím
 y el paso siguiente debe ser la obediencia a Elohím
 y a sus autoridades delegadas.
 No existe, a los ojos de Elohim el servirle/avodáh aislada, independiente.
 Hay una cadena de mando:
 ADONÁI—el Rúaj ha Kódesh--Ieshúa--
el rabino mesiánico (en el caso de los judíos mesiánicos)
aquellos que lo ayuden, nombrados por Elohím--los padres--las madres--y los hijos.
Ese es el orden jerárquico, y no hay otro.
 Observemos  cómo aun dentro de la Deidad misma hay una cadena de mando:
 “Mi Padre MAYOR es que yo”,
 dijo Ieshúa en Iojanán/”Jn.” 14:28.
Tenemos varios ejemplos de desobediencia a la autoridad en el Tanáj:
 primero Adám y Javáh;
Jam (los africanos actuales) quien entró en maldición,
 Miriám, la hermana de Moshéh, que habló mal de él,
 criticando su casamiento con la kushíta (etíope);
 Koréh, y Nadáv y Avíu (Vaikráh/Y llamó/”Lev.” 10:1-2),
quienes hicieron algo bueno, cuidado.
 ¿Qué tiene de malo encender un fuego para alabanza a Elohím?
 Sin embargo, por qué éste los mató?
¡Porque El no les había ordenado que encendieran nada!
 TODO debe ser iniciado por Elohím, aun lo “santo” y lo “bueno.”
 ¿Por qué los dos keruvím en el Mishkán NO son idolatría,
 como los mitraístas alegan?
¡Solamente porque ELOHÍM ORDENÓ QUE FUERAN PUESTOS ALLÍ!
¡Eso los hace “no idolátricos”
y ésa es la única razón!
Una cosa que debemos aprender,
 aunque nos cueste caro es: el obedecer es mucho más importante
 que nuestra adoración/avodáh espiritual para Elohím.
 ¿Pero, a qué tenemos que obedecer?
 Además de a Elohím,
 Su Palabra nos dice,
 en 1ª Kefás/Pedro 1:22:
 “Habiendo purificado vuestras almas
por medio de la obediencia a la verdad por medio del Rúaj,
 respecto al amor a los hermanos, ámense fervientemente los unos a los otros
sin hipocresía, (con un amor) surgido de un corazón puro.”
Y también dice en Rom. 2:8:
”por otro lado, furia e ira (para los que son) egoísticamente ambiciosos
 y (están) desobedeciendo a la verdad,
 pero obedeciendo al camino torcido”
(de nuestra traducción mesiánica renovada)
Elohím, es Verdad, como dijo Ieshúa Elohím:
 “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida Espiritual.
” Sólo de Él viene la Verdad;
 del hombre sólo conseguiremos
 “mi verdad” y “tu verdad” y “la verdad de ella”,

 lo cual no sirven para nada.

 Tomemos leche sin adulterar,
 sin agua y sin químicos,

 la leche pura que viene sólo de Elohím por revelación.

Ese “Reino de los Cielos”
 (en realidad una traducción mejor es
“Dominio de Elohím/Mimshélet ha Shamáim”)
fue y está siendo primeramente instalado dentro nuestro
(Rom. 8:14), Mat. 7:21-23 por Ieshúa ha Mashíaj ben Iósef (en el Siglo I).
Cuando el Mashíaj venga de nuevo en MUY poco tiempo,
 ese Dominio de Elohím se exteriorizará,
 cumpliéndose así todas las profecías externas,
 del mundo físico, por parte del Mashíaj ben Davíd,
Ieshúa, como dice Rev/”Ap.” 11:15:
“los reinos del mundo han venido a ser de Elohím y de nuestro Amo,
Ieshúa ha Mashíaj”.

CÓMO SE MANIFIESTA
 LA REBELIÓN

Contra esa estrategia de Elohím,
 está funcionando una contra-estrategia de ha satán,
 que desea anularla y establecer la suya,
en vez. El principio de su estrategia, claro está,
es la desobediencia y la rebeldía contra Elohím,
 primero a los Mandamientos
(“porque el pecado es no cumplir la Toráh”),
dice 1ª Iojanán 3:4.
Segundo, a través de no creer en Él.
 Este es el principio del “anticristo” (Anti-Mashíaj)
 que ya está en el mundo,
 aunque no lo conocemos,
 porque no tenemos una relación íntima con Elohím,
quien es el Único que nos lo puede revelar.
 Pero muy pronto, el anti-Mashíaj va a tomar el poder del mundo.

Ya hasta el mundo cristiano ha dejado la Toráh,
 aduciendo que “Cristo cumplió la ley por nosotros”
 (esto no sucedía hace 200 años, “aunque usted no lo crea”)
 y una buena porción de los Judíos Mesiánicos también creen esto.  
Una tercera manera de rebelión,
 mucho más sutil que las otras dos,
 es el tener nuestros propios estándares de conducta
 de “mandamientos” y de doctrina
 y creer que estamos siguiendo los de Elohím.
 Esto es mucho más engañoso,
ya que estamos convencidos que estamos con Elohím,
 cuando estamos siguiendo nuestra propia “Toráh,”
 cuando en realidad lo que estamos haciendo
 es mezclando doctrinas del Cristianismo
con las del Judaísmo Rabínico y por lo tanto,
 con tradiciones de hombres en ambos casos,
 en vez de regirnos ESTRICTAMENTE por el Tanáj de Elohím.
 Ya éste nos advierte que
 “no agreguen ni quiten nada”
de la Palabra de Elohím,
 pero “sin querer queriendo” lo hacemos

 y encima, nos ofendemos

cuando alguien nos señala el error
 en vez de darnos cuenta que en el fondo,
es Elohím quien lo está señalando a través de alguien para nuestro bien,
 para que no entremos en cautividad de nuevo,
 después de haber estado en Bavél
 durante los últimos 1900 años.
Elohím es quien da las órdenes y Su Palabra,
no nosotros y así debe ser. Nada más ni nada menos.

Debemos tener la suficiente humildad
y falta de orgullo

 para reconocer que estábamos equivocados
 en lo que pensábamos
o hacíamos
 o copiábamos de aquí o de allá hasta ahora
y seguir adelante,
 creciendo espiritualmente
 EN LA VERDAD.
Piense por un momento: ¿por qué festeja tal o cual fiesta o se pone tal o cual prenda religiosa? ¿Porque le dijeron que está bien hacerlo, o porque está en el Tanáj, en la Palabra de Elohím como ordenado para festejarla o ponérsela? ¿Está usted tomando sus propias decisiones o está dejándose influir por tal o cual “mandamiento de hombres” porque se siente uno con el resto de la congregación o porque no desea ser rechazado por los miembros y amigos de su sinagoga mesiánica?
No podemos decir: “Yo no sabía que tal o cual cosa no estaba en el Tanáj”. Si tiene dudas, entre en Internet y obtendrá MILES de páginas que hablan sobre lo que usted tiene dudas, pero siempre básese en el Tanáj, no en las enseñanzas humanas.
Por ejemplo, en Mr. 7:19 dice: “… Así declaraba limpios todos los alimentos”. ESTO NO DICE EN GRIEGO, sino que dice: “… pasa por la letrina, por lo que todos los alimentos se purifican”, como decimos en nuestra traducción mesiánica renovada, que va a estar publicada en cuestión de días. Es más que obvio que se le ha hecho decir a Ieshúa (Elohím mismo “venido en carne”), que declaró limpios todos los alimentos que había dado por impuros en la Toráh, Sus propios Mandamientos a Su Pueblo, el Judío, algo que no tiene sentido.
Por lo tanto, lo que haga usted después de averiguar que lo que se pone o la fiesta que festeja NO está en la Palabra de Elohím es decisión suya. Usted es libre de decidir: le hace caso a la masa, o deja de hacer o festejar aquello que Elohím NO ordenó. En el primer caso, usted estará en rebeldía; en el segundo caso, dejará de estarlo, y entrará en el DIFÍCIL camino de la obediencia y la sumisión.
En 2ª Cor./Koríntim Bet 10:4-6 dice: “Porque las armas de nuestra estrategia no son carnales, sino poderosas en Elohím en la destrucción de fortalezas mentales y argumentos, destruyendo toda construcción alta que se eleva en contra del conocimiento de Elohím y toma preso cada pensamiento bajo la obediencia de Mashíaj y está pronta a castigar toda desobediencia, siempre que vuestra obediencia sea completada.” (La traducción es nuestra).
¿Qué nos está diciendo Elohím aquí? Que nuestros razonamientos humanos, que provienen del árbol del conocimiento del bien y del mal y no de Su revelación son como un enorme edificio que tapa el conocimiento de Elohím y que debemos usar estrategias de guerra espiritual para destruir las fortalezas que YA ESTÁN EN NUESTRAS MENTES y  “tomar preso cada pensamiento bajo la obediencia de Mashíaj.”
¿Qué significa todo esto? Para entender los dos versículos de arriba, tenemos que entender que, primero, vivimos, por decisión de Elohím, en libre albedrío. Podemos pensar, decir y hacer lo que queramos. Esto el mundo lo llama “libertad”. Sin embargo, el mundo confunde la “libertad para,” que es lo que hacer lo que queramos significa, de la “libertad de,” que es lo que Elohím nos brinda: libertad de ha satán.
Este libre albedrío hace que pensemos miles de pensamientos. Para que no entremos en conflicto emocional, lo que sería demasiado perturbador para nuestra psiquis, damos por dado que todos nuestros pensamientos son correctos, aun aquellos que tienen que ver con Elohím. Esto nos brinda una cierta medida de armonía y de estabilidad emocional. En cambio, si alguien nos dijera que esto o aquello que pensamos está equivocado, esto trastorna nuestro equilibrio emocional y lo rechazamos, de la misma manera que rechazamos la Verdad de Elohím cuando nos es demasiado chocante con lo que nuestros pensamientos actuales sostienen. En el fondo, es un problema de mantener el equilibrio.
      Para mantener el equilibrio emocional, nos rodeamos de “razonamientos”, y “argumentos” que Elohím y Shául llaman “fortalezas,” que son las que rodean nuestros pensamientos, en nuestro caso, acerca de las cosas espirituales de Elohím y Su Tanáj. Por ejemplo, antes creíamos en la Navidad y de hecho, todo el Cristianismo todavía cree en ella, aun cuando no existe una pizca de verdad de Elohím en ella. Sin embargo, de algún modo, por algún cúmulo de razones, hemos derribado esa fortaleza enorme en nuestra mente cristiana y hemos salido de ella y ahora, cuando las fortalezas se hicieron demasiadas como para no prestarles atención, nos hicimos judíos mesiánicos, ¿no es así? Sin embargo, hemos adquirido otras fortalezas, igualmente fuertes.
Pues no debemos dejar de notar que sin esas fortalezas, el equilibrio de los cristianos, por dar un ejemplo, pero también el de nosotros, se vendría abajo, y nos sentiríamos inseguros, por lo que seguimos con ellos. Para conocer a Elohím, entonces, dice Shául, debemos derribar estas fortalezas, que son los argumentos con los que sostenemos nuestras creencias, con armas espirituales, ya que bloquean nuestra vida del conocimiento de Elohím y no nos permiten salir a la libertad de Mashíaj, que viene por revelación y no por razonamiento.
         Para dar un ejemplo que todos conocemos, uno de los argumentos más fuertes es el nombre “Jesús,” contra el verdadero nombre del Mashíaj, Ieshúa. ¿Notó usted la resistencia de los cristianos a volver a usar el verdadero nombre de nuestro Mashíaj? Eso es una fortaleza que ya tiene 1900 años de construida y cada año se fue fortaleciendo más, especialmente a través de la judeofobia expresada en códigos semánticos (de significados codificados de las palabras): “los judíos mataron a Jesús”; “sinagoga de ha satán,” etc.
Usted no tiene ninguna fortaleza en esa área, ¿no es así? De modo que puede entender lo que estamos tratando de decir. Sin embargo, hay otras fortalezas en todos nosotros, que todavía están allí y que si se las menciono (en nuestras parashót pasadas hemos mencionado algunas), usted reaccionaría en contra, igual que hacen los cristianos con la fortaleza llamada “Jesús.” ¿Me explico claramente?
Entonces, lo que debemos hacer es EXPONER por medio de la oración y de la revelación todas las fortalezas de nuestra mente, que son muchas. No es un trabajo de un día ni de dos, sino que es un trabajo continuo, diario, MIENTRAS ENTENDAMOS que todos, usted, yo y cualquiera tenemos fortalezas todavía; lo que nos falta es descubrirlas y destruirlas y dejarnos libres para recibir la revelación de Elohím, aceptando Su Verdad, y no aceptando “verdades” humanas, que son engaños de la mente, de los hombres, o de ha satán.
 Debemos orar y hacer nuestra la humildad y el entender que no hay “todólogos” para Elohím. Sólo Él lo sabe todo. Nosotros nada sabemos. Cuanto antes entendamos y ACEPTEMOS esto, antes comenzaremos a crecer rápidamente.
Pero para hacer todo esto debemos SOMETERNOS a Elohím, entrar en la obediencia y la sumisión de que habla el versículo: “la obediencia a Mashíaj,” y entender que todos nuestros razonamientos que no provengan de revelación, son rebeldía a los ojos de Elohím y nos previenen de seguir aprendiendo continuamente de El. En ese momento, Elohím comenzará a darnos instrucciones para construir nuestro Mishkán, como se las dio a Moshéh, porque estaremos prontos para no discutir y para aceptar Sus órdenes sin chistar.

¡UN FELIZ SHABÁT!

16 febrero, 2012

PARASHÁH
 No. 18
 MISHPATÍM/JUICIOS

Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/Ex.” 21:1-24:18
   Haftaráh: Irmiáhu/”Jer.” 34:8-22:33-25:26

25 DEL MES UNDÉCIMO DEL 5772
18 DEL MES DE FEBRERO DEL 2012
Por 
Julio Dam
Rébe Mesiánico 

Shemót/”Ex.”23:20-22:"He aquí, que Yo envío a un ángel delante de ti para protegerte en el camino y para llevarte al lugar que tengo preparado. Cuídate de él, obedece su voz; no te rebeles contra él pues no perdonará tu transgresión, pues Mi Nombre está en él. Ya que, si obedeces su voz y haces todo lo que Yo te diga, Yo seré el enemigo de tus enemigos y oprimiré a tus opresores./



COMENTARIO DE LA PARASHÁH
“EL CAMINO DE SHALÓM
CON ELOHÍM”
He aquí unas instrucciones sencillas de parte de Elohím, 
para lograr una vida calmada y tranquila,
 donde Él está a nuestro favor y a nuestro lado, 
si sólo le haríamos caso.

(1) Yo envío a un ángel/mensajero delante de ti

    Elohím desea, anhela ayudarnos, 
¡si sólo le hiciéramos caso en todo lo que nos aconseja! 
Muchos de nosotros hemos sufrido tantos problemas, 
tantas decepciones, tantos tropiezos,
 que ya dudamos que Él esté a nuestro lado,
 dudamos que Él se preocupe de nosotros,
 que nada somos, y hasta, algunos,
 en ciertos momentos de sus vidas,
 dudan hasta de que en realidad Él exista,
 o por lo menos, que se preocupe de nosotros en particular,
 ya que no somos nadie importante (a nuestros ojos)
 o a los ojos del mundo.
    Una de las consecuencias 
de esta falta de sabiduría espiritual/jajmáh 
es el temor y la ansiedad.
 Vivimos (algunos, si no la mayoría) 
llenos de ansiedad y llenos de temor: 
temor por el futuro,
 temor por lo desconocido,
 por lo nuevo,
 por lo que nos espera,
 por una entrevista futura,
 por perder nuestro empleo,
 por el futuro de nuestro matrimonio,
 por el año que se inicia;
 no faltan motivos para el temor 
y para la ansiedad la mayoría de las veces sin una causa certera,
 pero sí faltan causas.

    Si examinamos a fondo esta ansiedad y este temor, 
veremos, con sorpresa,
 ¡que son una señal beneficiosa para nosotros! 
Nos explicaremos:
 todos nosotros tenemos planes,
 ambiciones, deseos y/o necesidades de todo tipo.
 Para alcanzarlas necesitamos 
equilibrar nuestras capacidades con nuestras metas
Para dar un ejemplo extremo, 
si soñamos con llegar a ser un actor en Hollywood,
 pero no hablamos una palabra de inglés 
ni tenemos talento alguno para la actuación,
 existe un enorme desequilibrio para comenzar, 
entre nuestra capacidad y/o preparación previa 
y nuestra meta concreta en este caso:
 Hollywood. 
Por lo tanto, cada vez que demos un paso, 
o siquiera pensemos en nuestra meta, 
vamos a llenarnos de ansiedad y de temor,
 porque en el fondo, 
sabemos que no estamos preparados 
ni siquiera en lo más mínimo, 
aunque tenemos ese sueño. 
Lo mismo sucede para el que quiere ser un campeón de natación,
 pero
—pequeño detalle-
no sabe nadar. 
La diferencia entre su capacidad y su meta es extrema. 
El resultado es el temor y la ansiedad 
cada vez que pensamos 
o que deseamos actuar al respecto
 o que nos metemos en la alberca para nadar.
 De modo que el temor y la ansiedad son una señal
 de que algo está fallando en nosotros 
y es algo beneficioso,
 ya que nos está avisando nuestra psiquis:
 ¡Cuidado! 
¡Te falta hacer tus “deberes”! 

¡No estás preparado!
         
 En cambio, cuando nos volvemos “hijos de Elohím” 
como dice Rom. 8:14,
 es porque consentimos en ser “dirigidos” por Él,
 algo muy raro y muy difícil de lograr, 
ya que significa dejar a un lado,
 desechar, en realidad, 
todos esos planes, deseos, motivaciones, 
ambiciones que teníamos
 y dejar que Elohím planee nuestra vida 
por y desde nosotros.
 Nosotros, que tenemos a Ieshúa dentro de nosotros, 
viviendo en nuestro rúaj,
 ya tenemos el “mensajero” (ángel)
 que necesitamos para llevar a cabo 
la Voluntad de nuestro Padre Celestial.
 Sólo tenemos que pedirle instrucciones
 y seguirlas al pie de la letra,

 sin desviarnos ni a derecha ni a izquierda.


 Cuando llegamos a entender


 que cuando Elohím ya tiene todo preparado
 y asegurado para nosotros,
 toda nuestra vida,
 todos nuestros días 
y nuestras noches, 
nuestros buenos momentos
 así como los malos 
están allí por un propósito,
 la ansiedad y el temor dan lugar a una transferencia de confianza:
 ya no confiamos en nosotros mismos,
 sino que sólo confiamos en Él,
 porque sabemos que
 “Yo enviaré un mensajero delante de ti.”
 “Delante de ti”,
 por supuesto,
 significa que él va adelante para mostrarnos el camino,
 dónde doblar, cuándo parar y cuándo seguir y dónde NO ir,
 algo muy importante,
 tan importante como el saber dónde SÍ ir.
         La segunda gran ventaja de seguir las instrucciones de Elohím 
es que Él se va a encargar
 de señalarnos bien detalladamente
 (si se lo pedimos
 las diferencias entre nuestras capacidades
 y las metas que Él tiene para nosotros
 y nos va a ayudar continuamente para superarlas, 
pese a los contratiempos, 
que vendrán, sin duda alguna.

Para seguir con nuestro segundo ejemplo anterior
 si Él desea que seamos nadadores, 
nosotros nos debemos encargar de tomar un curso de natación,
 pero Él se va a encargar de cuidarno
 y de darnos el mejor profesor disponible 
y de cuidar de que aprendamos exactamente
 lo que Él desea acerca de la natación,
 de acuerdo con Sus propósitos previos,
 por los cuales ya envió al “málaj”/mensajero,
 que en nuestro caso es Ieshúa,
 como decíamos.
 Lo que sí debemos destacar 
es que Él no nos va a transportar por el aire 
(a menos que sea absolutamente necesario) 
encima del agua,
 sino que es nuestra responsabilidad el aprender a nadar.
 Pero el saber que nada más y nada menos que Elohím,
 El Creador del Universo está a cargo de todo,
 nos quita el peso del desequilibrio
 entre nuestras capacidades y nuestras ambiciones,
 que, como decíamos,
 es lo que genera la ansiedad y el temor.

          Este “delante de ti”
 en hebreo es “lefanéija/Kynpl,”
 que literalmente significa
 “delante de tu cara.”
Lo que esta palabra aparentemente insignificante
 realmente significa
 es clave:
 que El nos va a mostrar paso a paso Su camino 
y las dificultades que vamos a encontrar,
nos va a avisar de cualquier peligro que pueda surgir
 (y surgirá) en nuestro caminar,
 especialmente porque estamos haciendo SU voluntad,
 y no la nuestra,
 algo que ha satán
 y su ejército no soporta ver.
 No sólo mostrar, sino que, para aquellos que tienen el aguante
 y la persistencia de seguir adelante
 pese a los problemas,
 nos va a explicar el porqué de esas dificultades y problemas
 y el porqué El los permite:
 para enseñarnos y para moldearnos
 a “Su sombra y semejanza,”
 al mismo tiempo que hacemos Su voluntad.

(2) y para llevarte al lugar
 que tengo preparado.

     Nosotros no lo sabemos,
 muchas veces, pero El tiene un lugar “preparado” 
para nosotros,
 como lo tuvo para Israel en sus inicios,
 cuando apenas era una nación en ciernes.
 Así, el tiene un “lugar” para darnos.
 Eso no quiere decir que todo va a salir bien en lo que hacemos
 ni donde El nos lleve. 
Sólo quiere decir que “Yo te protegeré”,
 lo cual debería ser suficiente para nosotros 
y para nuestros miedos.
         Como lo fue Knaán,
 el lugar que tiene para nosotros está lleno de enemigos,
 lleno de cosas que no pueden quedar así 
y que debemos luchar en contra hasta destruirlas,
 como hicieron los hijos de Israel en Knaán,
 que destruyeron todo lo que había a su paso,
 especialmente las estatuas idolátricas de los knaanítas.
         Lo mismo nos espera a nosotros:
 un Knaán hostil y lleno de cosas que no deben seguir en pie.
 Es nuestra tarea el identificarlas,
 con la ayuda de Ieshúa dentro nuestro 
y destruirlas con Su ayuda. 
Para eso se necesitan, tanto la sanidad del alma como la guerra espiritual
 y la liberación periódica,
 como lasmatanót/regalos/”dones” 
y fruto del Rúaj de que hablan tanto 1ª Cor. 12:8-10 
como Gál. 5:22.
 Sin estas armas espirituales no es posible
 hacer nada efectivo en nosotros, 
en nuestro interior, 
ni en nuestra alma ni en nuestro espíritu.
 Estos son los ladrillos que construirán un nuevo yo,
 un yo sumiso, 
humilde y sujeto a la Autoridad de Elohím en todo,
 en cada tema y asunto que se nos presente. 
Si nos apartamos de esta sumisión y obediencia, 
no veremos “el lugar que te tengo preparado” 
o demorará mucho más de lo que Elohím tenía planeado.
         Las matanót del Rúaj son las armas
 con que el Rúaj nos arma
 para defendernos y para atacar al enemigo,
 que, primero que nada,


 es nuestro yo,


 nuestro “hombre interior”
 como lo llamó el Rav Shául,
 quien no quiere ningún cambio, 
ni ninguna mejora,
 sino continuar reinando como hasta ahora.
         El fruto del Rúaj, en cambio, son mucho más difíciles de alcanzar,
 ya que no es un regalo de Elohím como son las matanót,
 sino que son, como dice el Pacto Renovado, 
un “fruto/prí” que toma tiempo y enorme esfuerzo para lograr,
 pero que debemos esforzarnos en tener: ahaváh/amor espiritual, sacrificial de Elohím; emunáh/confiada obediencia (“fe”) en Elohím 
y en Ieshúa y en que El sabe lo que es lo mejor para nosotros,
 aunque a nosotros no nos guste;
 ósher/gozo, no un gozo carnal,
 sino el fruto de un servicio y de una esclavitud a Elohím 
demostrada con obras para El;
shalóm/paz, algo que todos anhelamos, 
pero muy pocos conseguimos,
 un gozo y un shalóm que son espirituales 
y no dependen de las circunstancias diarias,
 sino de nuestra cercanía con Elohím 
y de servirlo y estar en oración continua, 
entre ellas la famosa oración en tzafót/idiomas,
 tan malentendida y tan mal usada muchas veces,
 que nos permite una oración continua, 
en cualquier circunstancia y lugar,
 pero no hecha con nuestra mente consciente,
 sino con nuestro rúaj,
 algo que los judíos mesiánicos necesitamos, 
pero, en gran parte, 
no tenemos por falta de enseñanza o por desinformación. 
Aguante,
 una cualidad que crece con lentitud 
y de acuerdo a nuestrajajmáh/sabiduría espiritual,
 ya que significa esperar y soportar,
 tanto el tiempo que pasa como las situaciones desagradables,
 hasta que llegue el momento de Elohím y no el nuestro. 
Sin aguante, no podemos lograr mucho 
y Elohím puede lograr menos con nosotros 
de lo que podría hacerlo
 si aprendiésemos a aguantar firme, 
ayudados por la guerra espiritual y la sanidad,
 “como buenos soldados de Ieshúa ha Mashíaj” 
en la frase del Rav Shául;
 amabilidad, no una amabilidad exterior,
 sino una buena disposición ante todos,
 especialmente ante los pobres y los necesitados 
(que no necesariamente son pobres), 
amabilidad y auto-control.
 Muchas veces y para algunas personas especialmente,
 la lengua es su peor enemiga. 
Decimos cosas que no debemos; 
insultamos y herimos a los demás 
por desquitarnos de cosas que nos hicieron hace años
 personas que ya no están con nosotros,
  dando un pobrísimo testimonio
 de que estamos con Elohím
 y que Ieshúa vive en nosotros.
      Así que, le deseamos a nuestros queridos lectores
 en todo Latinoamérica, EE.UU. y Europa, 
que Ieshúa los guíe hacia el lugar
 que Elohím tiene preparado para cada uno de ustedes.


¡UN FELIZ SHABÁT!