05 octubre, 2012

PARASHÁH
 No. 54

19 DEL MES SÉPTIMO DEL 5773
6 DEL MES  DE  OCTUBRE DE 2012

PARASHÁH ESPECIAL DE SUKÓT

Lectura de la Toráh:
Vaikráh/Y llamó/”Lev.”23:34
Haftaráh:
 Iehoshúa 1:1-18


Por
Julio Dam
     Rébe Mesiánico

COMENTARIO DE LA PARASHÁH

Dice en Vaikráh/Y llamó/“Lev” 23:34:
 “Díles a los hijos de Israel para decirles:
 ‘en el día 15 de este mes séptimo,1
 (es) la festividad de Sukót/Cabañas;
 (por) siete días (los festejarás) para ADONÁI”.
        
La festividad/moéd de Sukót/Cabañas
se festeja durante ocho días,
 incluyendo Shminí Atzéret
(vers. 36), desde el 15 al 22 del mes séptimo, a la caída del sol (del día 22).
 En contraposición a los “Días terribles/Iamím ha Noraím” que hemos pasado,
 Sukót es una festividad cargada de gozo y de alegría,

 por haber sido examinados y habernos examinado nosotros mismos,

 y haber vuelto a Elohím/teshuváh, como Él nos ordena hacer.
 Tanto es así, que en Israel, en los días del Rébe Ieshúa,
el pueblo de Israel festejaba en los campos
y una parte de los compromisos matrimoniales se hacían en este día,
 con la seguridad de que nuestro Elohím
los había perdonado de sus pecados.

Si miramos aún más ampliamente,
en el contexto de todas las festividades que nos dejó Elohím para festejar,
 veremos un iluminador patrón de ascensión de a tres,
que son las tres Dimensiones de Elohím:
 la primera de las grandes festividades/moadím es Pésaj,
 cuyo simbolismo espiritual se encuentra en Mashíaj Ieshúa,
 Su muerte y resurrección,
 como primicias para nuestra propia muerte y resurrección,
 tanto en esta vida, la vida de nuestro ego,
como en la vida venidera/Olám ha Ba,
 cuando estaremos viviendo y reinando con el Mashíaj,
 aquellos que hayamos “hechos nuestros deberes”,
 es decir, hecho Su Voluntad y no la nuestra. (Lc. 6:46).

Esta muerte y resurrección,
es para mostrarnos el camino para que nuestro ego muera,
y Ieshúa viva en nosotros,
 guiándonos minuto a minuto,
 en cada tarea que debemos hacer cada día (Ro. 8:14),
 como bien dijo el Rabino Shául: "...
 porque ya no vivo yo, sino que Mashíaj vive en mí". Gál. 2:20.
 Este morir a nuestro ego,
 y este "Mashíaj vive en mí"
 es todo el propósito del Pacto Renovado:
 mostrarnos una "mejor manera" de vivir,
 de cumplir los Mandamientos,
 de vivir un estilo de vida moral y ético según la Moral del Elohím
y no la nuestra:
ya no guiándonos por la Toráh escrita solamente,
 sino por la Toráh "escrita en nuestros corazones y entrañas" (Jer. 31:31-37)
 que es la definición que nos da la Toráh del Pacto Renovado/Brít Jadasháh. 
La segunda gran festividad/moéd del año es Shavuót/Semanas,
que tiene lugar, como sabemos, cincuenta días después de Pésaj,
 es decir, que hayamos comenzado a hacer morir nuestro ego en el madero.
Shavuót es la festividad del Rúaj ha Kódesh.
Allí el Aliento Santo/Rúaj ha Kódesh de Elohím
se presentó por primera vez a todos los reunidos,
 para ungirlos con Su Poder y Su Verdad.
En la primera festividad,
 hemos aprendido que debemos hacer morir nuestro ego;
 en la segunda,
aprendemos que debemos dejarnos manejar por el Aliento Santo de la Boca de Elohím Padre.

La tercera gran festividad comienza, como sabemos,
con Ióm ha Terúah/Día del toque entrecortado del shofár,
 que anuncia los “Días terribles/Iamím ha Noraím”
que se acercan, para que pidamos perdón por nuestros pecados,
 antes de Ióm ha Kipurím/Día de los Sacrificios Expiatorios.
Todo esto, como vemos, no es más que una preparación anual
para entrar en la Presencia de ADONÁI
en esta festividad/moéd de Sukót/Cabañas.
¿Cómo pecadores como nosotros podemos estar en Su Presencia?
Sólo a través de estos tres pasos previos:
(1) negar nuestro ego,
haciéndolo morir un poco más y mejor cada año;
 (2) recibir y manejarnos diariamente con el Aliento Santo de Elohím en nuestras vidas;
 y (3) pedir perdón por todos los pecados y faltas del período anterior,
 para poder así estar en la Presencia de ADONÁI,
con las vestiduras espirituales más limpias,
 más blancas y vivir así siete días en Su Sukáh/Cabaña.

Así, no es en balde que Sukót es llamado en hebreo “Zmán simjatéinu”/Tiempo de nuestra alegría”.
Sukót es un momento en el año de gozo y de alegría por haber sobrevivido,
 gracias a la misericordia de ADONÁI,
que vino en carne con el nombre de “Ieshúa” (Ioj. 1:14)
 para que nosotros no tengamos que pagar por los pecados cometidos.
 Es una época/zmán de agradecimiento constante y de alegría constante,
en total contraste con los días anteriores.

Históricamente,
 Sukót conmemora la época en que Israel vivía en tiendas de campaña, en el desierto (“Lev.” 23:43).
Asimismo, nosotros ahora mismo,
vivimos “en tiendas de campaña”, en “sukót”
que son nuestros cuerpos.
 Estos nos enfrentan con nuestra fragilidad,
con la volatilidad de nuestras vidas y lo etéreo de esta existencia,
aunque una ciudad moderna parece exactamente lo contrario de volátil y etérea.

La Sukáh también simboliza la Presencia de ADONÁI en esta vida,
con su techo hecho de ramas de palmera, mirtos y sauces,
por los que se pueden ver las estrellas,
 un recordatorio de que ADONÁI está allí,
 más allá de esas estrellas que nos parecen tan lejanas,
 viéndonos y estando nosotros en Su Presencia y en Su compañía.

Además, la Sukáh también simboliza Su cobertura,
como la nube cubría, protegía y guiaba a Su Pueblo, Israel.
 “Y ADONÁI iba delante de ellos, guiándolos en el camino por medio de una nube y por la noche,
por medio de una columna de fuego,
para alumbrarles, para que pudiesen caminar de día y de noche”.
(“Ex.” 13:21) Simbólicamente, la nube es una jupáh,
 un dosel bajo el cual se lleva a cabo los casamientos judíos.
Esto no debe sorprendernos, ya que en varios versículos en el Tanáj,
 se dice que ADONÁI está casado con Israel (Jer. 3:14; Ez. 16 y otros).
 Elohím nos guarda y nos mima, como un esposo mima a su querida esposa.

Así es, hay un Novio que vendrá a buscar a Su Prometida desde una nube,
 los judíos mesiánicos en todo el mundo,
para reinar juntos Mil Años, como anuncia Dan. 7:13: “...
he aquí que, con las nubes del Cielo venía uno como un Bar Enásh/Hombre”.

En esta semana de Sukót, es nuestro privilegio el estar bajo la sukáh,
que representa el estar en la Presencia del Padre y hablarle,
 como le hablaríamos a nuestro padre humano.
 El escucha cada una de nuestras palabras, cada una de nuestras quejas,
 pero más que nada, cada una de nuestras bendiciones por todo lo que Él nos da.
 En el judaísmo rabínico, hay alrededor de cien bendiciones que se dicen,
de acuerdo a la ocasión, desde colocarse el talít para orar,
 como para comer y tomar.

No siempre tenemos buenas noticias que compartir con Él,
pero Él sí siempre tiene buenas noticias que darnos.
 ¿Cuáles son las buenas noticias que tiene para nosotros en este año?

“Yo estoy con ustedes,
con cada uno de ustedes,
 queridos hijos míos. De nada tienen que temer.
De nada tienen que preocuparse,
 porque el Elohím de Israel está con Su Pueblo,
 contra sus enemigos,
 contra quienes los odian,
porque no soportan a quien está detrás de ustedes,
 al Elohím que creó el Universo.
No teman, hijitos míos,
sino que alaben a vuestro Elohím en estos días de Sukót;
 dancen y alaben Mi Santo Nombre”.

Esta es nuestra tarea en esta semana;
 este es nuestro placer en estos días de Sukót,
como se hacía en los días del Rébe Ieshúa, hace 2000 años.
 Se tomaban ramas de palmera, mirtos y sauces y etróg
(una especie de limón grande llamado “cidra” en castellano,
del árbol de cidro (Latín: Cidra Cayote)
y se meneaban las ramas hacia las cuatro direcciones:
Este, Oeste, Norte y Sur,
ceremonia que se conoce como “el mecer el luláv/la palmera”.
 Esto debemos hacerlo hoy en día dentro de la sinagoga,
 junto con las demás ramas y el etróg,
 lo que se conoce como la hakafáh (hacer la ronda)
alrededor de la sinagoga (por dentro). Durante la hakafáh, el rébe mesiánico ora pidiendo a Elohím
que bendiga a cada miembro de la sinagoga mesiánica
y bendiciones para Israel y su tierra y sus habitantes.

A partir de la segunda noche de Sukót,
se derramaba agua, ceremonia conocida como “Simját béit ha shoeváh”,
 tal como lo relata la Mishnáh,
en el libro de Sukót 4:1 y también en Iojanán 7:37-39:

“37: Mas en el último día, el gran día de la Fiesta (de Sukót),
se puso de pie y clamó, diciendo: ‘Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

 38  El que cree en mí, como dice la Escritura,
ríos de agua viva correrán de su interior.

 39  “Y esto dijo del Rúaj que habían de recibir los que creyesen en él;
porque aún no había sido dado el Rúaj ha Kódesh,
porque Ieshúa aún no había sido glorificado.”

La lluvia tiene un significado muy importante en Israel,
ya que es un país con poco agua.
 Esta es vista como una bendición de Elohím.
También es un símbolo del amor de Elohím derramándose sobre Su Pueblo.
 En esta festividad de Sukót,
la lluvia y el agua representan este amor de Elohím para con Su Pueblo,
 tanto hace 2000 años como hoy en día,
 amor que ahora abarca a Su Pueblo por fe,
los judíos mesiánicos por fe,
 que se han dejado injertar en el árbol judío de Romanos 11:17,
 que, por eso, también toman parte del festejo de Su Fiesta en estos días.

Habrá, muy pronto, un Sukót Gadól/un Gran Sukót,
 que es la Segunda Venida del Mashíaj,
Elohím encarnado,
quien extenderá Su tienda/sukáh sobre todos Sus seguidores.
¡Halelú Iáh!
¡UN FELIZ SHABÁT SHALÓM!

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