29 febrero, 2012

PARASHÁH
 No.20
TETZAVÉH/ORDENARÁS
Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/”Ex.” 27:20-30:10
 Haftaráh:
 Hezekíah 43:10-27
9 DEL MES DÉCIMO DEL 5772
3 DEL MES DE MARZO DEL 2012
Por
 Julio Dam
Rébe Mesiánico

“LA IMPORTANCIA DEL CONCEPTO
Y DE LA PRÁCTICA DE NUESTRA
 AUTO-NULIFICACIÓN”
En el libro de “Romanos” pérek/capítulo ocho y en el Tanáj en general, si lo comprendemos adecuadamente, existe un concepto poco conocido,
 que en hebreo es “Bitúl”, que significa “auto-nulificación.”
Nos explicaremos: Elohím hizo a Adám y Javáh,
 pero, como todos sabemos,
 todo fracasó y Elohím tuvo que comenzar de nuevo con Nóaj y sus tres hijos,
 Shém, Jám y Iafét,
de donde provienen toda la humanidad actual de casi 7 mil millones de personas.
El plan de Elohím es, sencillamente,
 hacer que los espíritus de aquellos que lo siguen,
 sean manejados por Ieshúa dentro nuestro,
 llamado “El segundo Adám”,
como lo dice Gal. 2:20 y Rom. 8:1,4, y 14,
 de modo de poder cumplir los Mandamientos y poder hacer Su Voluntad.
 Lo que en el judaísmo se llama “Bitúl ha iésh”
 (“nulificación de lo que hay”)
 es la nulificación de nuestro ego, de nuestros deseos,
 valores, instintos, planes, destino manejado por nosotros.
 Esto no es fácil,
 pero con aquellos que tenemos a Ieshúa dentro de nosotros,
 por lo menos, se vuelve posible.
En Mat. 5:38-40, Ieshúa nos ordenó:
“Ustedes oyeron que fue dicho:
 ‘Un ojo a cambio de un ojo y un diente a cambio de un diente’,
 Pero yo les digo que no tomen venganza sobre quien les hace mal.
 Sino que cualquiera que los abofetee en la mejilla derecha,
 ofrézcanle también la mejilla izquierda.
 Y al que desee hacerles un juicio para llevarse su camisa, denle también su talít”.
Lo que REALMENTE quiso decirnos Ieshúa con esto
 es estar en la POSICIÓN EMOCIONAL Y DISPOSICIONAL
(nuestra actitud y nuestra disposición)
para hacer lo que dice en Mat., el tener la ACTITUD
de reaccionar frente al mal
 con el bien
 y con Su ahaváh/amor espiritual
 y no con nuestra actitud carnal ni con nuestro amor carnal,
 que es totalmente condicionado:
 “Te amaré si tú me amas a mí primero”.
 Sin embargo, toda la humanidad y la sociedad funciona en base a lo contrario:
“Yo,” “Yo,” “para mí.”
Aquí, en estas pocas palabras,
está comprendido todo el problema de la humanidad entera:
 mientras que Elohím desea que sigamos las instrucciones de Ieshúa,
nosotros seguimos la forma de vida del mundo:
 “yoísta,” en un cien por ciento.
 Si realmente queremos hacer lo que dice en Mat.,
 debemos dejar de quejarnos,
dejar de dejarnos influir por los insultos,
 ataques, heridas, dejar de buscar nuestro auto-interés,
 dejar de estar siempre en una actitud defensiva
 y super-sensibles a la menor mirada desaprobadora de los demás para con nosotros.
 El Rav Shául lo dice bien en Koríntim Alef/1ª Cor. 4:3:
 “Para mí no tiene importancia el que sea juzgados por ustedes,
 o el juicio del hombre, ni siquiera me juzgo a mí mismo.

” Shául fue enseñado por Elohím a dejarse juzgar por Elohím solamente.

Esto le dio libertad para seguir haciendo Su voluntad,

 en vez de estar atado a las circunstancias adversas
 que ha satán pone en nuestro camino.
El bitúl,
entonces, es un morir a las circunstancias adversas,
 a la aprobación o desaprobación de los demás
respecto a lo que creemos o no,
 a lo que somos o no (a los ojos de los demás).
El bitúl del judío mesiánico,
 debería dar como resultado el buscar que Ieshúa dirija su vida,
 en vez de él mismo.

 Es fácil para algunos el desentenderse de la aprobación de los demás,
pero muy difícil cuando se trata de la aprobación o mejor,
 de la desaprobación de los propios familiares,
con quienes uno convive todo el día.
 Valoramos sus opiniones y somos muy sensitivos a ellas.
Lo que Shául nos enseña, en cambio es:

 “Ya no vivo yo,
 sino que Ieshúa vive en mí.”
ALGUNOS PASOS
HACIA LA AUTO-NULIFICACIÓN 
Podríamos tratar de seguir lo que dice Efésim/Ef. 4:22-32:
“Respecto a vuestro estilo de vida anterior,
 sáquense al hombre viejo,
 el que está corrupto de acuerdo a sus engañosas lujurias
 y renuévense en el aire de vuestra mente
 y vístanse del hombre renovado/kainén (Gr.),
 quien fue creado de acuerdo a Elohím,
en camino recto y santidad de la verdad.
Por lo tanto, dejen la mentira a un lado,
y hablen la verdad los unos con los otros,
porque somos miembros los unos de los otros.
 Enójense, pero no pequen;
 no dejen pasar el día sin reconciliarse,
ni den lugar a ha satán.
El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos,
para que pueda compartir con el que necesita.
 No permitan que salgan malas palabras de sus bocas.
Pero si hay algo para edificación, a medida que se necesite,
 que sirva de ayuda benevolente al que escucha.

Y no hagan que el Rúaj ha Kódesh de Elohím se ponga triste,

por el cual fueron ustedes sellados para el día de la redención.
Sáquense toda amargura,
ira y rabia y clamor y blasfemia y malicia.
 Sean amables los unos con los otros,
de corazón blando, perdonándose los unos a los otros,
así como Elohím los perdonó en Mashíaj”.

 ¿Por qué no hemos podido lograr todo esto hasta ahora?
PORQUE ESTAMOS ENFERMOS PSÍQUICAMENTE,
 LASTIMADOS POR LOS DEMÁS
 Y POR LAS CIRCUNSTANCIAS PASADAS DE NUESTRA VIDA!
En una parasháh anterior hablábamos de las fortalezas que rodean nuestros conceptos. Muchas de estas fortalezas (de ha satán) son provocadas
 y construidas en base a heridas y enfermedades psíquicas
 que llevamos en nuestro corazón y mente por años,
 y nunca hemos sanado de ellas.
 La clave para todo esto que Elohím desea de nosotros, 
 PERO NOSOTROS SOMOS INCAPACES DE DARLE,

está en nuestra sanidad interior,

 lo cual abarca muchas áreas,
 pero principalmente se centra en el perdón
y en la aceptación de los demás.
El “renovar el aire de nuestra mente”
significa sacar todo aquello que está en nuestra mente,
 aire viciado de los túneles de nuestra mente antigua,
 que está todavía allí porque nunca lo hemos sacado.
 Nuestras viejas ideas,
 nuestros viejos valores,
nuestros viejos ideales e ideologías deben ser sustituidas por las ideas de Elohím,
por los valores de Elohím y por la ideología de Elohím,
 que es restaurar el judaísmo mesiánico
que Ieshúa vino a traer en el Siglo I
 y que ahora está en auge en todo el mundo,
 ESO es “sacarnos el hombre viejo”,
 que está moldeado por el mundo,
 en vez de estar moldeado por Elohím
 y Su Tanáj (que incluye al P.R. mesiánico).
El Rébe Shául nos recuerda que nuestro viejo hombre
 “el que está corrupto de acuerdo a sus engañosas lujurias.”
¿Por qué las llama “engañosas lujurias”?
Porque nos está advirtiendo que son armas espirituales de ha satán
que él usa para desviarnos
y que perdamos el tiempo y nos desviemos del camino
con las lujurias del mundo,
 que cada vez son más y más frecuentes.
 No cometamos el error de entender
“lujurias”
 sólo como de índole sexual,
aunque por supuesto, que éstas están incluidas:
se está refiriendo Shául
 a cualquier deseo fuerte que va contra la Voluntad de Elohím,
 un vicio. Luego dice:
 “vístanse del hombre renovado/kainén (Gr.),
 quien fue creado de acuerdo a Elohím,
 en camino recto y santidad de la verdad.”
 ¿Qué significa “hombre renovado”?
Como ya explicamos más arriba,
 es el hombre en quien Ieshúa habita en su espíritu,
para guiarlo y limpiarlo y hacerlo separado para Elohím,
“santo” (que es el verdadero significado de la palabra “santo”).
Ieshúa no sólo nos quiere renovar en la mente,
 sino en el cuerpo y en el espíritu:
 primero, dice Ef. a través del camino recto,
 es decir, de la Toráh,
de cumplir los Mandamientos
y segundo de seguir
 “la santidad de la verdad”.
Como siempre decimos,
 la Verdad de Elohím tiene dos caras:
 una cara interior, que es la Verdad sobre lo que somos,
en contradistinción a lo que aparentamos ser.

La Verdad de nuestro ser interior,
 gran parte del cual está oculto
por lo que judío-austríaco Sigmund Freud,
 el padre del Psicoanálisis
llamó “underbewussten”,
 que se ha traducido mal como “el inconsciente”
y sería mejor traducido como “lo que no se dice”,
“lo oculto para nosotros mismos”.
La segunda Verdad es la Verdad exterior,
 lo que Elohím realmente creó y existe
y lo que ha satán realmente copió y existe,
 no lo que nos ENGAÑAN A CREER que es.
 El Judaísmo Mesiánico es un movimiento de Elohím
justamente para restaurar la Verdad en la religión de Elohím,
 la continuación, a nivel espiritual del Judaísmo Escritural del Tanáj,
 cuyo padre es Moshéh.
Esto se logra haciendo lo que dice Efésim:
 “Por lo tanto, dejen la mentira a un lado,
y hablen la verdad los unos con los otros,
 porque somos miembros los unos de los otros.”
 Aunque nuestra cultura esté embebida en engaños y mentiras,
 debemos abandonarla y abrazar la Verdad por sobre todo,
por sobre nuestras conveniencias,
 por sobre la opinión de los demás,
 por encima incluso de nuestras convicciones presentes.
 Esto se llama “crecimiento espiritual”
siempre y cuando la Verdad provenga de Elohím
por medio de la revelación
y no sea una doctrina más de las miles que hay.
 (Ya Ieshúa nos dijo: “El Rúaj ha Kódesh los llevará a toda la Verdad”.)
“Enójense, pero no pequen;
no dejen pasar el día sin reconciliarse,
 ni den lugar a ha satán.”
 Somos seres humanos y no somos perfectos;
 nadie de nosotros lo es, excepto Ieshúa,
 por lo que no es difícil que nos enojemos cuando se hace,
 dice o habla algo con lo que no estamos de acuerdo.
 Pero Shául nos advierte que, aunque tenemos derecho a enojarnos,
 debemos sacarnos nuestro enojo rápidamente,
para que ha satán no tenga tiempo de introducir espíritus malignos en nosotros
 que agraven nuestro enojo y lo conviertan en algo para siempre,
 o en algo peor.
             “El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos,
 para que pueda compartir con el que necesita.”
 Para el “viejo hombre” el “pedir prestado”
 una tijera o un libro o una cantidad de dinero
o el permitir que nos den más de lo debido en un vuelto
 y el no devolver lo que debemos no es “robar”.
 Para Elohím sí lo es.
 Hasta no diezmar es un robo a Elohím mismo,
que algunos de nosotros no queremos cumplir.
 Para eso es que el Rav Shául nos advierte
 que debemos cambiar de moral y de ética:
 lo que antes estaba “correcto”
ahora es un pecado contra la Toráh
y por lo tanto contra Elohím
y debemos dejar de hacerlo—

PORQUE ELOHIM ESTÁ MIRANDO LO QUE HACEMOS.
      
    “No permitan que salgan malas palabras de sus bocas.”
Esta “costumbre” tiene dos orígenes:
 por un lado, es parte de la cultura local
 y por otro, totalmente desconocido para la mayoría de los mesiánicos,
 está “ayudado” por un espíritu demoníaco de inmundicia,
 al cual tenemos que renunciar
y hacernos liberar.
    “Pero si hay algo para edificación,
 a medida que se necesite,
que sirva de ayuda benevolente al que escucha.”
Aquí Shául nos está indicando que existen diferentes
y variadas fuentes de enseñanza:
de lejos, la más importante es el Tanáj,
donde está incluida toda la sabiduría que Elohím deseó dejarnos,
 aun cuando Elohím nos sigue enseñando
a través de las circunstancias diarias
y de las palabras de los demás,
 de sueños proféticos,
por medio de palabras de profecía
(de un/a profeta de confianza!),
 para nuestro crecimiento,
 hasta del llamado “Musár” en el Judaísmo,
 que significa “crecimiento o enseñanza por medio de la disciplina.”
 Muchas veces, una enfermedad o un accidente es una manera
de Elohím de llamarnos la atención
 para que nos corrijamos.
“Sáquense toda amargura,
ira y rabia y clamor y blasfemia y malicia.
 Sean amables los unos con los otros,
 de corazón blando,
 perdonándose los unos a los otros,
 así como Elohím los perdonó en Mashíaj”.”
           Por último, como decíamos al principio,
 no podemos lograr la auto-nulificación
y la posterior unión con Elohím
por causa de lo que dice la frase anterior:
 estamos llenos de amargura, ira, rabia, etc.

 Esto nos envenena espiritual y mentalmente
 y nos permite estar en la limpieza,
 en la santidad necesaria para unirnos a Elohím.
Por eso, nos aconseja que “sean amables”
 y “de corazón blando”
para perdonar y aceptar a cada uno como es,
 sin amargarnos.
Haciendo todo esto,
recién estaremos en posición de lograr el tan ansiado “bitúl”,
 la auto-nulificación
 y la posterior unión con Ieshúa dentro nuestro,
 en nuestro espíritu.
 ¡Le deseamos ese gran éxito!

¡UN FELIZ SHABÁT!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SHALOM SHALOM...

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.