09 febrero, 2012

PARASHÁH 
No. 17

 ITRÓ/”JETRÓ”
 Lectura de la Toráh: 
Shemót/Nombres/Ex.” 18:1-20:23
Haftaráh:
 Ieshaiáhu/Is.” 6:1-7:6- 9:5-6

18 DEL MES UNDÉCIMO DEL 5772
11 DEL MES DE FEBRERO DEL 2012
Por 
Julio Dam
Rébe Mesiánico 


COMENTARIO DE LA PARASHÁH

Shemót/“Ex.” 19:5  Ahora pues, si diereis oído a mi voz, 
y guardareis mi pacto, 
vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

“LA FIDELIDAD DE
ELOHÍM”
Si hay alguna duda en la mente de alguien
 de que Israel es el Pueblo Elegido, 
por un lado, no nos sorprenderemos y por el otro,
 examinaremos con detenimiento esta elección
 y lo que representa para nosotros individualmente, 
como judíos mesiánicos por sangre/por fe que somos.
          Si leemos de nuevo el versículo de arriba de Shemót,
 donde Elohím promete que Israel, 
es decir,
 los judíos en todo el mundo,
 serán “mi Preciado Tesoro”
 la realidad de la historia 
(abreviada por nosotros) de Israel contrasta 
con esa promesa,
 nada menos que del “Elohím de los Elohíms”
 y del “Rey de Reyes.”

        En el año 587 A.M.,
 Bavél conquista el reino de Iehudáh,
 incendia Irushaláim, 
destruye el Templo del rey Shlómoh 
y envía al exilio a gran parte de la población.

        En el 333 A.M. 
Alejandro el Magno,
 conquista todo el Medio Oriente,
 incluyendo Israel e introduciendo el idioma y la cultura griega,
 con sus cientos de “dioses” a la Tierra Santa.

        En el año 63 A.M. 
el general romano Pompeyo
 conquista el Medio Oriente
 y convierte a Iehudáh en una colonia romana.

        En el 70 D.M.
 el emperador Tito,
 hijo del Emperador Vespasiano,
 conquista Irushaláim y destruye el Segundo Templo 
e incendia a Irushaláim.

       En el año 614 
Irushaláim es conquistada por los persas.

       En el 1095 
el papa Urbano II 
proclama la Primera Cruzada 

y en el 1099
 los cruzados asesinan a miles de judíos en Israel,
 como parte de su campaña en contra de los musulmanes.

       En 1917 
el general inglés Allenby toma Irushaláim de los turcos.

       En 1941-44
 seis millones de judíos fueron quemados,
 gaseados, disparados, 
algunos cuando todavía estaban vivos, 
niños judíos aplastados contra paredes 
por soldados nazis riéndose de la “broma.”

       En 1947 
las NNUU aprueban un plan de partición de “Palestina”
 (como  llamó el emperador romano en el año 70 d.M. a Israel e Iehudáh.)

       En 1948, 
unos días después que Israel,
 actuando bajo el mandato de las NNUU 
declara su independencia, 
después de 2000 años de exilio,
 los ejércitos de Egipto, Siria, 
Líbano, Jordania e Iraq 
invaden Israel,
 buscando borrarla del mapa.

      En 1967, 
Nasser, el presidente de Egipto, 
bloquea el Canal de Suez,
 iniciando así una guerra de invasión contra Israel,
 junto con Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Iraq. 
En seis días,
 Israel destruye a los ejércitos de estos cinco países
 y triunfa en lo que se llama 
“la Guerra de los Seis Días”.

       En 1993,
 se firma un tratado de “paz”
 entre Israel y la Autoridad Palestina.

       En el 2000, 
el Primer Ministro israelí Barák 
ofrece dar el 97 por ciento de los territorios disputados
 y dividir la ciudad de Irushaláim 
pero la oferta es rechazada por los árabes.

        Desde el 2000 hasta el 2004, 
se suceden miles de ataques terroristas
 contra la población civil de Israel, 
que mataron a miles de hombres, mujeres y niños israelíes.

      En el 2005, 
Israel, bajo el gobierno de Ariel Sharon,
 se retira de Áza(“Gaza”),
 tratando de lograr la “paz” con los árabes.
 Desde ese entonces,
 Áza se convierte en un bastión de lanzamiento de misiles 
de corto alcance y mediano alcance contra la población civil de Israel
 hasta el día de hoy.

¿Nu?

      ¿Nu? Esta es una palabra en ídish
el idioma del exilio del Pueblo Elegido, 
que tiene muchos significados, 
dependiendo de las circunstancias. 

Sucintamente, en nuestro relato, 
se podría traducir como:
 ”¿Y entonces, 
en qué quedamos? 
Somos el Pueblo Preciado (de Elohím) o no?


” Si leemos de nuevo la historia de Israel,
 muchos bajarían la cabeza avergonzados
 y tendrían que decir, si son sinceros:
 “No se nota.”
    Pues ése es el problema del hombre. 
¡NO ENTENDEMOS A ELOHÍM CASI PARA NADA!
 Nos viene a la mente el versículo:
 “Pues Mis pensamientos no son los vuestros…”
 ¡Ya lo creo que no!
 ¿Qué está sucediendo, entonces? 
Y más importante para nuestras vidas personales: 
“¿Cómo se relaciona todo esto conmigo?” 
“¿Qué puedo aprender de esto?”
 Hay por lo menos cinco lecciones que podemos aprender de la historia
 de nuestro pueblo, Israel.

“Nunca te prometí un

jardín de rosas”

 Hay una famosa canción popular en inglés que dice así:
 “I never promised you a rose garden
(“Nunca te prometí un jardín de rosas”.) 
Esta es la primera lección 
que podemos aprender de la historia de Israel 
para nuestras vidas. 


Algunas teologías enseñan 
que una vez que conocemos al Mashíaj,
 todo va a ser de color de rosa 
y jamás tendremos otro problema en toda nuestra vida.


 Esto es un engaño 
o un auto-engaño 
de parte de quienes lo enseñan. 
Jamás fue así y jamás lo será. 
Elohím nunca nos prometió un jardín de rosas


en esta vida.

     Lo que sí nos prometió 
es que íbamos a ser Su Pueblo Precioso
—pero eso tiene un precio, 
un “pequeño detalle” 
que todos pasamos por alto.


  Ese precio es:
 un cambio continuo hacia nuestro mejoramiento,
 nuestro crecimiento espiritual, 
nuestro yo mejorado, 
más sano, más libre. 


Suena bien, 


¿no es así? 


¡Pero cuesta carísimo!


 El precio que tenemos que pagar 
es dejar de ser “yo” 
y comenzar a ser 
“Ieshúa,” 
algo nada  fácil.
 La verdad,
 es que ¡NO QUEREMOS DEJAR NUESTRO YO POR NINGÚN PRECIO! Queremos todas las promesas
 y todas las bendiciones/brajót de Elohím, 
pero no queremos pagar ningún precio,
 si fuese posible.
         Sin embargo, 
si miramos atrás, 
vemos a Ieshúa,
 Elohím mismo en carne 
(Ioj. 1:14) pagando un precio terrible
una muerte dolorosa,
 que no se la deseamos a nadie,
 por salvarnos a nosotros del infierno eterno. 
Seamos sinceros:
 ¿hay alguien que esté leyendo esta parasháh 
que esté dispuesto a pagar el altísimo precio 
que Elohím mismo pagó por nosotros? 
Creo que no. 
ESE PEQUEÑO DETALLE 
en la historia de Israel 


se nos “olvidó.” 


Cuanto antes aprendamos esta lección, 
antes vamos a estar en camino de entender mejor a Elohím
—no completamente, 
¡sólo MEJOR!


“Mis pensamientos no son vuestros pensamientos”


   Este es un versículo que hemos leído frecuentemente, 
pero no pensamos en él,
 creyendo que lo entendemos.
 Si lo entendiéramos,


 ¡NO ESTARÍAMOS COMO ESTAMOS!

     La mente de Elohím,
 que es Elohím Padre,
 está muy lejos de nosotros,
 tanto que no tenemos ni idea de lo que Él
 está planeando para nosotros
 y para los de nuestra familia,
 sinagoga mesiánica o para el mundo.
 ¿Cómo podemos, entonces,
 penetrar en Sus pensamientos?

     Para comenzar,
 tenemos que dejar atrás toda lógica que hemos aprendido,
 todo tipo de razonamiento 
que funciona (a veces)
 para entender el mundo 
que nos rodea en sus aspectos más primitivos,
 pero que, ni se acerca, 


a ayudarnos a entender a Elohím. 


Volviendo a la cronología de Israel: 
¿cómo podemos entender 
que el ser destruido el Templo 
y el ser llevados como esclavos a Bavél en el 586 A.M.
 pueda ser una bendición 
para “Mi Pueblo Preciado”? 
No podemos. 
Es tan sencillo como eso.

Sin embargo, 
dediquemos unos minutos a pensar.
 ¿Qué puede haber de “bendición”
 en ser llevados esclavos a un país enemigo?
 ¿Qué puede haber de “bendición”
 en que 6 millones del Pueblo Preciado de Elohím
 muera gaseado,
 humillado o de hambre?

      El problema está,
 de nuevo, en el texto de la Toráh:
 “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos.”
 No tenemos espacio para extendernos en el tema,
 pero diciéndolo en forma abreviada: 
Elohím tiene en mente la Vida Eterna, 
mientras que nosotros nos concentramos en ESTA vida, 
sin ver, 
ni querer entender q
ue lo más importante
 es DÓNDE vamos a pasar la Eternidad, 
no cómo vamos a pasar esta corta vida
 que nos toca vivir en la tierra.


 Los judíos gaseados en los campos de exterminio 
murieron musitando la “Shmáh Israel/Escucha Israel”
 la oración más común en el Judaísmo,
 que tiene poder porque son Palabra de Elohím.

       ¿A dónde cree usted
 que fueron aquellos que hicieron esto
 y dónde cree usted que están en estos mismos momentos?
 “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos.”
 Concentrémonos en Sus pensamientos,
 y vamos a COMENZAR
 a entender algunas cosas que ahora NO entendemos,
 como el dolor,
 la enfermedad, la pérdida de seres queridos,
 la muerte, la soledad y el odio.



 La fidelidad de Elohím
    
       ¡Sin embargo,
 al final del túnel obscuro
 en que muchas veces, sin quererlo y sin entenderlo,
 se transforma nuestra vida, 


ALLÍ ESTÁ ÉL! 


¡Bendito Sea/Barúj Hú!
 El está al lado de Israel, 
al lado de Su Pueblo Precioso. 
El está a nuestro lado también, 
aquellos que somos Sus seguidores
 y los hacedores de Su voluntad
 y por lo tanto, Sus hijos, 
como dice Rom. 8:14. 
El está aquí, a nuestro lado, 
a centímetros de nosotros, 
sólo que no lo vemos y muchas veces no lo sentimos,


 ¡pero El está aquí!


 Somos nosotros
 los que no “estamos.”
 Nosotros somos los que no entendemos nada, 
pero Su mano y Su bendición está sobre nosotros,
 moldeándonos, cambiándonos, 
haciéndonos a Su “sombra y semejanza/tzalméinu vedmutéinu”.
 Somos “vasos en las manos del alfarero,”
 como está escrito. 
¿Será que nos dejaremos moldear a Su voluntad, 
a Su imagen? 
¿Será que algún día comenzaremos a entender más?
   Por el momento, 
lo suficiente es creer que Él está con nosotros,
 no importa qué sucede, 
cuándo sucede ni cómo sucede
 y que todo lo que nos pasa es para nuestro bien. 


¡CREA Y SIGA REMANDO!


¡UN FELIZ SHABÁT!

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