24 febrero, 2012

PARASHÁH
No. 19
 TERUMÁH/OFRENDA ELEVADA

Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/”Ex.” 25:1-27:19
Haftaráh:
 1ª R. 5:26-6:13

2 DEL MES DÉCIMO DEL 5772
25 DEL MES DE FEBRERO DEL 2012
Por
 Julio Dam
Rébe Mesiánico

PARASHÁT TERUMÁH/OFRENDA ALZADA

“LA IMPORTANCIA EXTREMA DE
 NUESTRA OBEDIENCIA A ELOHÍM”

En esta parasháh
 se habla de los diferentes componentes del Mishkán de Elohím
(Santuario de Elohím) en el desierto,
 describiendo hasta sus más mínimos detalles su composición y su forma,
 de modo que Moshéh no tenga duda alguna de cómo mandarlo construir.
Aparte de otra enseñanza que esta porción de la Toráh (parasháh) pueda tener,
 que existen muchas,
lo que nos enseña, más que nada,
 es la dependencia extrema,
 es decir la obediencia
 transformada en una constante actitud de dependencia
que debemos tener en todo lo que hacemos con Elohím,
 o mejor dicho,
lo que Elohím hace a través de nosotros.
¿Por qué Moshéh no se puso a pensar:
 “A ver, de qué color voy a hacer las cortinas del tabernáculo?
Me parece que un bordó va a combinar con el marrón claro de la arena del desierto.
 Sí, voy a mandar tejer telas color bordó.
” No! Moshéh no tenía AUTORIDAD
para mandar a hacer NADA por su propia cuenta
aunque podía hacerlo,
como muchos de nosotros lo hacemos,
 sin preguntar primero a Elohím
o a Sus autoridades delegadas!
 En realidad,
 se da una progresión OPUESTA
 entre la ACTIVIDAD Y LA OBEDIENCIA:
al principio, somos cero obedientes
y tendemos (la mayoría) a ser muy activos en las cosas de Elohím,
deseamos “hacer Su Obra”.
 Cuando crecemos, y entendemos más de las cosas espirituales,
 nuestra obediencia crece y nuestra actividad decrece.
 Cuando llegamos a ser adultos espirituales,
 nuestra obediencia es total
 y nuestra actividad es mucho menos que al principio.
Para la gran mayoría de los creyentes, sin embargo,
 por lo menos los que no reciben este tipo de enseñanza,
 hacen lo que quieren
 y no hacen lo que no quieren, sin importarles si es o no la voluntad de Elohím
 el hacerlo o el no hacerlo.
El resultado es,
en el Cristianismo,
3000 denominaciones diferentes,
 y en el Judaísmo Mesiánico,
 ya tenemos quizás media docena de doctrinas,
 cada uno con opiniones y enseñanzas diferentes
 y donde cada uno se aferra a las suyas,

o, casi siempre,
a las enseñanzas más aceptadas por
 “la masa.”

Si hubiera obediencia y dependencia,
de la palabra de ELOHIM
 no habría Cristianismo ni Mitraísmo,
 sino sólo Judaísmo Mesiánico,
 ya que el JM del Siglo I hubiese continuado ininterrumpidamente
hasta el día de hoy y dentro de éste,
 sólo habría UNA sola doctrina,
 impartida por el Rúaj ha Kódesh a los rabinos mesiánicos
 por el Espíritu de revelación/Rúaj Guiluí
 de que nos habla Ef. 1:17
y del que nos habla el Rav Shául en Gál. 1:11-12.
Como él mismo nos instruye en Rom. 13:1, 3-4:
“1. Sométase cada alma a las autoridades (de la sinagoga).
2. Ya que no existe autoridad si no es de Elohím,
 y las autoridades que existen son instituidas por Él...
 3.  Porque los dirigentes (de la sinagoga)
 no son para temer (para los que hacen) buenas obras (según la Toráh),
sino para los que hacen malas obras.
 ¿Deseas no temerle a la autoridad?
Haz el bien y tendrás elogios de ella;
 4. porque  son  sirvientes de Elohím para el bien.
Todo El Universo es apoyado y mantenido por Su Poder,
 que es a su vez, Su Autoridad.
 Sin Su autoridad, el Universo volvería al caos/tóhu
del que Elohím formó el Universo.
 La ley de la gravedad, para dar un ejemplo común,
 está sustentada por Su Poder y está allí para mantener todo en su lugar,
 tal como El la creó.
 Lo mismo sucede con cualquier ley espiritual o mental.
 Están allí para mantener el orden del Universo,
 sobre el cual se sustenta la historia del mundo,
 tanto el físico como el espiritual.
 ¿De dónde salió ha satán?
ADONÁI no creó a ha satán:
al rebelarse contra la Autoridad de ADONÁI,
“jalél, estrella brillante, hija de la mañana”) (Is. 14:12)
 se transformó en “ha satán=el enemigo.
” Su sola rebelión lo hizo. Jalél quiso “ser como El Altísimo”
y la consecuencia es que se transformó en el enemigo de Elohím,
 no por una cuestión de doctrina, sino por un principio:
el de ignorar o querer pasar por alto la Autoridad máxima,
la de ADONÁI sobre él.
En nuestra sinagoga mesiánica,
 entonces, debemos tener mucho cuidado,
 no sólo con nuestras doctrinas,
 sino también con nuestros principios que la rigen,
 especialmente con el principio de la Autoridad de Elohím y Su autoridad delegada,
que es nuestro rabino mesiánico y las autoridades qué éste, a su vez, designe,
 con la autorización de Elohím.
 Algunos de nosotros pensamos,
 hablamos o hacemos cosas porque “sentí de Elohím”,
sin preguntar a nuestra autoridad espiritual primero,
 antes de hacer algo, especialmente,
ya que muchas cosas que hacemos ya no tienen remedio.
 Si usted HACE algo,
como cualquier cosa en el ámbito espiritual,
 por su cuenta, ya lo HIZO, ya no hay vuelta atrás.
 Y si lo hizo sin consultar con la autoridad delegada por Elohím,
que es su rabino mesiánico, usted está en el lugar correcto,
 la sinagoga mesiánica,
 en un lugar privilegiado al que Elohím lo trajo,

 pero actuando de la manera incorrecta,

por medio de los principios de ha satán,

 la desobediencia y la falta de sumisión,
 haciendo cosas por su propia cuenta.

 El “sentí de Elohím”
debe ser corroborado por dos o tres personas,
comenzando por el rabino mesiánico,
 como nos enseña Shául en cuanto a las matanót/regalos/”dones”
 del Rúaj en Koríntim Alef/1ª Cor. 14:27.
Se comienza con la fe,
que es la confianza en Elohím
 y el paso siguiente debe ser la obediencia a Elohím
 y a sus autoridades delegadas.
 No existe, a los ojos de Elohim el servirle/avodáh aislada, independiente.
 Hay una cadena de mando:
 ADONÁI—el Rúaj ha Kódesh--Ieshúa--
el rabino mesiánico (en el caso de los judíos mesiánicos)
aquellos que lo ayuden, nombrados por Elohím--los padres--las madres--y los hijos.
Ese es el orden jerárquico, y no hay otro.
 Observemos  cómo aun dentro de la Deidad misma hay una cadena de mando:
 “Mi Padre MAYOR es que yo”,
 dijo Ieshúa en Iojanán/”Jn.” 14:28.
Tenemos varios ejemplos de desobediencia a la autoridad en el Tanáj:
 primero Adám y Javáh;
Jam (los africanos actuales) quien entró en maldición,
 Miriám, la hermana de Moshéh, que habló mal de él,
 criticando su casamiento con la kushíta (etíope);
 Koréh, y Nadáv y Avíu (Vaikráh/Y llamó/”Lev.” 10:1-2),
quienes hicieron algo bueno, cuidado.
 ¿Qué tiene de malo encender un fuego para alabanza a Elohím?
 Sin embargo, por qué éste los mató?
¡Porque El no les había ordenado que encendieran nada!
 TODO debe ser iniciado por Elohím, aun lo “santo” y lo “bueno.”
 ¿Por qué los dos keruvím en el Mishkán NO son idolatría,
 como los mitraístas alegan?
¡Solamente porque ELOHÍM ORDENÓ QUE FUERAN PUESTOS ALLÍ!
¡Eso los hace “no idolátricos”
y ésa es la única razón!
Una cosa que debemos aprender,
 aunque nos cueste caro es: el obedecer es mucho más importante
 que nuestra adoración/avodáh espiritual para Elohím.
 ¿Pero, a qué tenemos que obedecer?
 Además de a Elohím,
 Su Palabra nos dice,
 en 1ª Kefás/Pedro 1:22:
 “Habiendo purificado vuestras almas
por medio de la obediencia a la verdad por medio del Rúaj,
 respecto al amor a los hermanos, ámense fervientemente los unos a los otros
sin hipocresía, (con un amor) surgido de un corazón puro.”
Y también dice en Rom. 2:8:
”por otro lado, furia e ira (para los que son) egoísticamente ambiciosos
 y (están) desobedeciendo a la verdad,
 pero obedeciendo al camino torcido”
(de nuestra traducción mesiánica renovada)
Elohím, es Verdad, como dijo Ieshúa Elohím:
 “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida Espiritual.
” Sólo de Él viene la Verdad;
 del hombre sólo conseguiremos
 “mi verdad” y “tu verdad” y “la verdad de ella”,

 lo cual no sirven para nada.

 Tomemos leche sin adulterar,
 sin agua y sin químicos,

 la leche pura que viene sólo de Elohím por revelación.

Ese “Reino de los Cielos”
 (en realidad una traducción mejor es
“Dominio de Elohím/Mimshélet ha Shamáim”)
fue y está siendo primeramente instalado dentro nuestro
(Rom. 8:14), Mat. 7:21-23 por Ieshúa ha Mashíaj ben Iósef (en el Siglo I).
Cuando el Mashíaj venga de nuevo en MUY poco tiempo,
 ese Dominio de Elohím se exteriorizará,
 cumpliéndose así todas las profecías externas,
 del mundo físico, por parte del Mashíaj ben Davíd,
Ieshúa, como dice Rev/”Ap.” 11:15:
“los reinos del mundo han venido a ser de Elohím y de nuestro Amo,
Ieshúa ha Mashíaj”.

CÓMO SE MANIFIESTA
 LA REBELIÓN

Contra esa estrategia de Elohím,
 está funcionando una contra-estrategia de ha satán,
 que desea anularla y establecer la suya,
en vez. El principio de su estrategia, claro está,
es la desobediencia y la rebeldía contra Elohím,
 primero a los Mandamientos
(“porque el pecado es no cumplir la Toráh”),
dice 1ª Iojanán 3:4.
Segundo, a través de no creer en Él.
 Este es el principio del “anticristo” (Anti-Mashíaj)
 que ya está en el mundo,
 aunque no lo conocemos,
 porque no tenemos una relación íntima con Elohím,
quien es el Único que nos lo puede revelar.
 Pero muy pronto, el anti-Mashíaj va a tomar el poder del mundo.

Ya hasta el mundo cristiano ha dejado la Toráh,
 aduciendo que “Cristo cumplió la ley por nosotros”
 (esto no sucedía hace 200 años, “aunque usted no lo crea”)
 y una buena porción de los Judíos Mesiánicos también creen esto.  
Una tercera manera de rebelión,
 mucho más sutil que las otras dos,
 es el tener nuestros propios estándares de conducta
 de “mandamientos” y de doctrina
 y creer que estamos siguiendo los de Elohím.
 Esto es mucho más engañoso,
ya que estamos convencidos que estamos con Elohím,
 cuando estamos siguiendo nuestra propia “Toráh,”
 cuando en realidad lo que estamos haciendo
 es mezclando doctrinas del Cristianismo
con las del Judaísmo Rabínico y por lo tanto,
 con tradiciones de hombres en ambos casos,
 en vez de regirnos ESTRICTAMENTE por el Tanáj de Elohím.
 Ya éste nos advierte que
 “no agreguen ni quiten nada”
de la Palabra de Elohím,
 pero “sin querer queriendo” lo hacemos

 y encima, nos ofendemos

cuando alguien nos señala el error
 en vez de darnos cuenta que en el fondo,
es Elohím quien lo está señalando a través de alguien para nuestro bien,
 para que no entremos en cautividad de nuevo,
 después de haber estado en Bavél
 durante los últimos 1900 años.
Elohím es quien da las órdenes y Su Palabra,
no nosotros y así debe ser. Nada más ni nada menos.

Debemos tener la suficiente humildad
y falta de orgullo

 para reconocer que estábamos equivocados
 en lo que pensábamos
o hacíamos
 o copiábamos de aquí o de allá hasta ahora
y seguir adelante,
 creciendo espiritualmente
 EN LA VERDAD.
Piense por un momento: ¿por qué festeja tal o cual fiesta o se pone tal o cual prenda religiosa? ¿Porque le dijeron que está bien hacerlo, o porque está en el Tanáj, en la Palabra de Elohím como ordenado para festejarla o ponérsela? ¿Está usted tomando sus propias decisiones o está dejándose influir por tal o cual “mandamiento de hombres” porque se siente uno con el resto de la congregación o porque no desea ser rechazado por los miembros y amigos de su sinagoga mesiánica?
No podemos decir: “Yo no sabía que tal o cual cosa no estaba en el Tanáj”. Si tiene dudas, entre en Internet y obtendrá MILES de páginas que hablan sobre lo que usted tiene dudas, pero siempre básese en el Tanáj, no en las enseñanzas humanas.
Por ejemplo, en Mr. 7:19 dice: “… Así declaraba limpios todos los alimentos”. ESTO NO DICE EN GRIEGO, sino que dice: “… pasa por la letrina, por lo que todos los alimentos se purifican”, como decimos en nuestra traducción mesiánica renovada, que va a estar publicada en cuestión de días. Es más que obvio que se le ha hecho decir a Ieshúa (Elohím mismo “venido en carne”), que declaró limpios todos los alimentos que había dado por impuros en la Toráh, Sus propios Mandamientos a Su Pueblo, el Judío, algo que no tiene sentido.
Por lo tanto, lo que haga usted después de averiguar que lo que se pone o la fiesta que festeja NO está en la Palabra de Elohím es decisión suya. Usted es libre de decidir: le hace caso a la masa, o deja de hacer o festejar aquello que Elohím NO ordenó. En el primer caso, usted estará en rebeldía; en el segundo caso, dejará de estarlo, y entrará en el DIFÍCIL camino de la obediencia y la sumisión.
En 2ª Cor./Koríntim Bet 10:4-6 dice: “Porque las armas de nuestra estrategia no son carnales, sino poderosas en Elohím en la destrucción de fortalezas mentales y argumentos, destruyendo toda construcción alta que se eleva en contra del conocimiento de Elohím y toma preso cada pensamiento bajo la obediencia de Mashíaj y está pronta a castigar toda desobediencia, siempre que vuestra obediencia sea completada.” (La traducción es nuestra).
¿Qué nos está diciendo Elohím aquí? Que nuestros razonamientos humanos, que provienen del árbol del conocimiento del bien y del mal y no de Su revelación son como un enorme edificio que tapa el conocimiento de Elohím y que debemos usar estrategias de guerra espiritual para destruir las fortalezas que YA ESTÁN EN NUESTRAS MENTES y  “tomar preso cada pensamiento bajo la obediencia de Mashíaj.”
¿Qué significa todo esto? Para entender los dos versículos de arriba, tenemos que entender que, primero, vivimos, por decisión de Elohím, en libre albedrío. Podemos pensar, decir y hacer lo que queramos. Esto el mundo lo llama “libertad”. Sin embargo, el mundo confunde la “libertad para,” que es lo que hacer lo que queramos significa, de la “libertad de,” que es lo que Elohím nos brinda: libertad de ha satán.
Este libre albedrío hace que pensemos miles de pensamientos. Para que no entremos en conflicto emocional, lo que sería demasiado perturbador para nuestra psiquis, damos por dado que todos nuestros pensamientos son correctos, aun aquellos que tienen que ver con Elohím. Esto nos brinda una cierta medida de armonía y de estabilidad emocional. En cambio, si alguien nos dijera que esto o aquello que pensamos está equivocado, esto trastorna nuestro equilibrio emocional y lo rechazamos, de la misma manera que rechazamos la Verdad de Elohím cuando nos es demasiado chocante con lo que nuestros pensamientos actuales sostienen. En el fondo, es un problema de mantener el equilibrio.
      Para mantener el equilibrio emocional, nos rodeamos de “razonamientos”, y “argumentos” que Elohím y Shául llaman “fortalezas,” que son las que rodean nuestros pensamientos, en nuestro caso, acerca de las cosas espirituales de Elohím y Su Tanáj. Por ejemplo, antes creíamos en la Navidad y de hecho, todo el Cristianismo todavía cree en ella, aun cuando no existe una pizca de verdad de Elohím en ella. Sin embargo, de algún modo, por algún cúmulo de razones, hemos derribado esa fortaleza enorme en nuestra mente cristiana y hemos salido de ella y ahora, cuando las fortalezas se hicieron demasiadas como para no prestarles atención, nos hicimos judíos mesiánicos, ¿no es así? Sin embargo, hemos adquirido otras fortalezas, igualmente fuertes.
Pues no debemos dejar de notar que sin esas fortalezas, el equilibrio de los cristianos, por dar un ejemplo, pero también el de nosotros, se vendría abajo, y nos sentiríamos inseguros, por lo que seguimos con ellos. Para conocer a Elohím, entonces, dice Shául, debemos derribar estas fortalezas, que son los argumentos con los que sostenemos nuestras creencias, con armas espirituales, ya que bloquean nuestra vida del conocimiento de Elohím y no nos permiten salir a la libertad de Mashíaj, que viene por revelación y no por razonamiento.
         Para dar un ejemplo que todos conocemos, uno de los argumentos más fuertes es el nombre “Jesús,” contra el verdadero nombre del Mashíaj, Ieshúa. ¿Notó usted la resistencia de los cristianos a volver a usar el verdadero nombre de nuestro Mashíaj? Eso es una fortaleza que ya tiene 1900 años de construida y cada año se fue fortaleciendo más, especialmente a través de la judeofobia expresada en códigos semánticos (de significados codificados de las palabras): “los judíos mataron a Jesús”; “sinagoga de ha satán,” etc.
Usted no tiene ninguna fortaleza en esa área, ¿no es así? De modo que puede entender lo que estamos tratando de decir. Sin embargo, hay otras fortalezas en todos nosotros, que todavía están allí y que si se las menciono (en nuestras parashót pasadas hemos mencionado algunas), usted reaccionaría en contra, igual que hacen los cristianos con la fortaleza llamada “Jesús.” ¿Me explico claramente?
Entonces, lo que debemos hacer es EXPONER por medio de la oración y de la revelación todas las fortalezas de nuestra mente, que son muchas. No es un trabajo de un día ni de dos, sino que es un trabajo continuo, diario, MIENTRAS ENTENDAMOS que todos, usted, yo y cualquiera tenemos fortalezas todavía; lo que nos falta es descubrirlas y destruirlas y dejarnos libres para recibir la revelación de Elohím, aceptando Su Verdad, y no aceptando “verdades” humanas, que son engaños de la mente, de los hombres, o de ha satán.
 Debemos orar y hacer nuestra la humildad y el entender que no hay “todólogos” para Elohím. Sólo Él lo sabe todo. Nosotros nada sabemos. Cuanto antes entendamos y ACEPTEMOS esto, antes comenzaremos a crecer rápidamente.
Pero para hacer todo esto debemos SOMETERNOS a Elohím, entrar en la obediencia y la sumisión de que habla el versículo: “la obediencia a Mashíaj,” y entender que todos nuestros razonamientos que no provengan de revelación, son rebeldía a los ojos de Elohím y nos previenen de seguir aprendiendo continuamente de El. En ese momento, Elohím comenzará a darnos instrucciones para construir nuestro Mishkán, como se las dio a Moshéh, porque estaremos prontos para no discutir y para aceptar Sus órdenes sin chistar.

¡UN FELIZ SHABÁT!

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