10 junio, 2011

“EL AFÁN HUMANO DE SER INDEPENDIENTE”

Be Ahalotéija/Cuando organizas
Lectura de la Toráh: Ba Midbár/En el desierto/"
Núm." 8:1-12:16Haftaráh: Zajaríah 2:14:4:77
 DEL MES TERCERO DEL 5772/11 DEL MES DE JUNIO DE 2011
Por Julio Dam
Rébe Mesiánico 

COMENTARIO DE LA PARASHÁH      
  “EL AFÁN HUMANO DE SER INDEPENDIENTE”    
  Existe en el ser humano una rebelión interior, un afán,
que lo lleva a querer ser in-dependiente de todo y de todos,
 especialmente de Elohím.
Esto se puede notar a través de la queja de los hebreos
 que salían de la esclavitud de Mitzráim y sin embargo,
 se quejaban de que no tenían “pepinos, melones, cebollas y ajo”.
Sin embargo, no mencionaban que Elohím los alimentaba
 con man hú todos los días y que no tenían que trabajar para ganárselo,
sino que literalmente les caía del Cielo.

 Pero igual se quejaban de que no sabía como los “pepinos y el ajo”
que tenían en Mitzráim---que se los ganaban con durísimo trabajo de esclavo.
 En resultado, hay algo aquí que no parece tener mucho sentido.
 Por otro lado, en la misma parasháh, tenemos el caso
 del Rúaj ha Kódesh que venía sobre muchos hebreos,
 pero no podían traducirlo a palabras, sino que sólo Moshéh lo podía hacer,
 y así escuchar la Voz Divina de ADONÁI.

¿A quién no le gustaría ser como Moshéh y escuchar la Voz de Elohím?

 Sin embargo, muchos de los que recibían el Rúaj no Lo escuchaban,
o por lo menos, no se dice que hayan escuchado Su voz.   
Aparentemente, los dos episodios están totalmente desconectados,
 pero esto es sólo una apariencia. En el fondo hay una enorme conexión:
el gigantesco deseo del hombre de no depender de nadie,
 sino de sí mismo, aun a costa de pasar hambre o de ser esclavo en Mitzráim
 o de no escuchar la Voz de Elohím, porque si escuchamos,

 DEBEMOS OBEDECERLE:

cualquier cosa, con tal de no tener que depender de un Elohím que nos EXIGE cosas,
 más que nada, obediencia a Su voluntad. Y esta es la parte difícil,
ya que para poder obedecer, necesitamos ser sumisos
y estar dispuestos a morir a nuestros propios deseos,
 sueños, planes y por qué no decirlo, pecados, y adoptar los deseos, sueños y
 planes de Elohím y dejar de pecar,
 para poder estar en Su Presencia.
 Creemos que esta resistencia a la dependencia al Verdadero Elohím
está en la raíz de toda la resistencia histórica y mundial
al Único Elohím verdadero y en el apogeo moderno del ateísmo
 y de las religiones falsas. Los “dioses” (demonios en todo el mundo y en todas las épocas)
no exigen nada más que sangre, la mayor parte de las veces,
y el hombre está más que feliz de poder matar a docenas
 o a millones de personas para satisfacerlos y recibir lo que él desea
envuelto en su in-dependencia.
El demonio pide y el hombre le da, (ya sea adoración y/o sangre)
 pero recibe a cambio lo que desea: ya sea la muerte de una persona,
o una mujer que codicia o riquezas o poder político.
 Lo que no quieren saber o no quieren creer los adoradores de “dioses” y “diosas”
 es que el fin de todo ello es la muerte eterna.

 Por otro lado, no hay ningún ateísmo:
 el ateo tiene un “dios” igual que los religiosos,
que clama por sangre, aunque el ateo no lo sabe ni quiere escucharlo,
 pero se ve en los resultados.
      En otras palabras, el ser ateo o el tener “dioses” (que no lo son)
 es mucho más fácil que seguir al Elohím Verdadero,
que nos ama y sólo desea que nos salvemos y estemos con Él para siempre,
 aunque exige de nosotros una conducta moral y ética,
 un estilo de vida absoluto (que no cambia con el tipo de sociedad ni con el siglo en que hablamos)
 y no relativo a la moral de una época dada o a la de una sociedad específica. 
   Vivimos en una época así, y no es ninguna casualidad.
 El ateísmo es el resultado de un APARTARSE de Elohím que comenzó hace siglos,
 especialmente con la “gran” Revolución Francesa
 y que introdujo la Duda sobre la existencia de un “Dios”,
quien fue la madre que dio a luz al Humanismo,
 la doctrina imperante en el mundo actual y en los siglos pasados.

Esta duda (creada e impulsada por ha satán y su ejército para preparar la venida del anti-Mashíaj)

 fue sustituida por el rechazo a Elohím como arma histórica para introducir el Racionalismo,
 impulsado por Darwin (un creyente en sus últimos días),
Francis Bacon, Sigmund Freud y otros filósofos, ingleses y franceses,
como Rousseau, Descartes y Locke.
El Racionalismo dio a luz al Deísmo,
 a la creencia de que “si hay un dios él no se ocupa del mundo”.
 Con el Racionalismo y el Deismo entran la “Madre Naturaleza”,
 quien es “muy sabia” (así dicen todos los racionalistas,
 aunque no explican de dónde salió ni en cuál Universidad estudió sabiduría)
 y por último, la rebelión, madrastra del ateísmo.
Cuando Elohím, según el hombre, no existe,
 ¿quién va a tomar Su lugar?
 El hombre, quien se instala en el “templo de Elohím”,
que es, en parte, nuestro corazón y reina desde allí,
 proclamando la inexistencia de un “Dios”.
Y como dijeron, el alemán Nietzsche: “Dios está muerto”;
y el escritor ruso Fiódor Dostoievsky en su novela
“Los hermanos Karamázov”: “Si Dios no existe, todo está permitido”.
Este “todo está permitido” es precisamente la atmósfera moral,
la ideosfera en que vivimos actualmente,
 precisamente porque la mayoría de la civilización Occidental de la que formamos parte,
cree en lo que escribieron Dostoievsky y Nietzsche.
LA DIFERENCIA EN NUESTRAS  VIDAS
 ENTRE LA  INDEPENDENCIA Y LA  DEPENDENCIA
Ahora que entendemos lo que está en juego,
 pensemos en las consecuencias entre esta búsqueda de independencia
 y la búsqueda de la dependencia de Elohím.

1.    La independencia nos trae libertad PARA (pero no libertad DE (ha satán):
 podemos pensar, decir y hacer lo que queramos.
2.    Podemos planear por nuestra cuenta, sin tener en cuenta a nadie, sin rendirle cuentas a nadie.
3.    Podemos intentar vivir la clase de vida que queramos:
disoluta, libertina, hippie, artística, científica, o lo que se nos antoje hacer
 con el resto de nuestra vida y de los que nos rodean (familia, parientes, amigos).


 CONSECUENCIAS DE ESTA INDEPENDENCIA:     

             Esta independencia, a primera vista, es lo mejor que podemos hacer con nuestra vida,
ya que somos el “timonel de nuestro barco”
como dijo un poeta norteamericano del siglo 19.
Sin embargo, arrastra consigo una enorme cadena negra
de funestas consecuencias:
estamos a merced de ha satán,
y sin la protección de Elohím,
lo cual puede que no nos afecte mucho en esta vida,
 pero sí nos va a afectar en el Mundo Venidero/OLAM ha Ba.

No entenderemos nada, pero hemos perdido la salvación,
 aunque a los que están en esta situación poco les importa,
 porque consideran que no existe ningún “Dios”
 y por lo tanto, ninguna “salvación”.
Un ejemplo trágico (“Para muestra basta un botón”, dice el dicho)
 de este tipo de vida la tenemos con el escritor Ernest Hemingway,
quien nació de padres profundamente religiosos,
religión que Hemingway desechó violentamente,
 y se dedicó a vivir precisamente la clase de vida que planteamos arriba:
 disoluta (4 casamientos), haciendo lo que quería cuando lo quería.
 ¿Fue un buen timonel de su barco?
 ¡Claro que sí! Fue el más famoso escritor de los Cuarenta y los Cincuenta
y ganó millones de dólares, aparte de enorme fama,
quizás mayor que la de cualquier escritor de su época.
Sus novelas se hicieron películas que dieron la vuelta al mundo y lo hicieron muy famoso.  
 
    ¿Resultado? Se suicidó,

volándose la cabeza con su escopeta.
Obviamente, que no está en el Cielo en estos precisos momentos.
     ¿Qué nos trae la búsqueda de la dependencia de Elohím?

1.    NO nos trae independencia, ya que tenemos que estar sujetos a Su voluntad y no la nuestra.
 NO podemos hacer lo que queramos con nuestra vida, planes, ni nuestro futuro.

2.    No podemos llevar la clase de vida que queramos:
no podemos tener una vida libertina, ni cometer pecados
(sin sentirnos culpables), ni hacer lo que nos plazca.

3.    Sin embargo, estamos “bajo el Talít de Elohím”,
 como dice la Tehiláh 91:4 (bajo sus “alas(kanáf)”,
un modismo hebreo para significa el “talít”).
 Esto significa que El nos guarda,
 nos ama y nos protege de todo mal y de todo ataque del enemigo,
que los ateos o agnósticos llaman “mala suerte” o “casualidad”.

4.    Nuestra vida, lenta pero invariablemente,
toma un rumbo ascendente,
 aun cuando no lo veamos al principio de este caminar.

5.    Nuestros hijos y nuestros nietos están bajo Su Protección
 y Su bendición/brajáh y sus vidas están marcadas para siempre con esas bendiciones.
 La bendición que esto trae a nuestras vidas
 y a la de nuestros descendientes no se puede medir
 con nuestros ojos humanos.
 Cuando el mundo se pregunte:
 ¿Por qué a esta gente (nuestros descendientes) les va todo bien?
Nosotros ya sabemos la respuesta, años o siglos antes.

         6. Nuestro futuro eterno está escrito en el “Libro de la Vida”
 en los Cielos, garantizándonos una Vida eterna a Su lado,
 siempre que sigamos las dos reglas de la salvación:
seguir creyendo en El y en Ieshúa y tratando de
cumplir Sus Mandamientos/Mitzvót.  
   ¿Cuál va a ser su elección? En sus manos está.

1 comentario:

SHALOM SHALOM...

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