02 noviembre, 2011

PARASHÁH
No. 3.
 LÉJ LEJÁH/VÉ TÚ
Lectura de la Toráh:
Bereshít/En el Principio
 12:1:17:27
Haftaráh: Ieshaiáhu
”Is.” 40:27-41:16
8 DEL MES OCTAVO DEL 5772
5 DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2011
Por Julio Dam
Rébe Mesiánico

“AVRAHÁM: CÓMO
 SER AMIGO DE ELOHÍM”


Hubo hombres muy cercanos a ADONÁI en todo el Tanáj y todos sabemos esto, como Moshéh, Daniel, Ióv, pero sólo uno es llamado “amigo de Elohím” (Iaakóv/Jacobo 2:23) y éste es Avrahám, el protagonista de estos pasajes de la parasháh de esta semana. ¿A usted no le gustaría ser también, algún día, amigo de ADONÁI? ¿Qué condiciones y qué implica ser amigo de ADONÁI? Hay muchos mesiánicos que hasta se preguntarán: ¿Es que se puede ser amigo de Elohím? (En unos pocos meses más, después de la publicación de nuestro Pacto Renovado, saldrá la 2ª edición de nuestro libro, Cómo ser amigo de Elohím.)
Debemos comenzar diciendo enfáticamente: ¡Claro que sí! Se podía en los tiempos de Avrahám, en los tiempos de Shmuél el profeta y del profeta Daniel, y se puede ahora, en los últimos días/iomím ha kétz.
¿Cómo se hace para uno llegar a ser amigo de Elohím? En primer lugar, comienza con un hambre, con un anhelo de conocer al Creador, que vence a todos los obstáculos. Existe un hambre mundial, que muchas veces se canaliza por lo que se conoce como Nueva Era, que es el viejo ocultismo con un nombre elegante, o por religiones falsas, las que no adoran al Único y Verdadero Elohím, al Elohím de Israel y al Único Mesías, al Mesías de Israel. No debemos criticarlos, sino entender que es parte del hambre, que ya la Toráh anunció que vendría “hambre no de comer pan, y sed, no de beber agua, sino de oír la Palabra de Elohím” (Amós 8:11). Este “oír la Palabra de Elohím,” a su vez, trae otro hambre, más precioso que el primero, que es el hambre de oír la voz de Elohím mismo, el Creador de la Toráh.
En segundo, lugar, debemos de estar dispuestos a pagar el precio. (TODO tiene un precio, especialmente las cosas espirituales).  El precio puede incluir desde que nos suceda algo no tan simpático, pasando por la completa soledad e incomprensión de todos los que nos rodean, hasta súbitos problemas familiares o laborales que hasta que tomamos esta tremenda decisión para nuestra vida espiritual, no teníamos, ni sabíamos que existían. El precio también puede incluir el dejar de pensar en sobresalir y el pensar mejor en cómo alcanzar esta meta, hasta ahora inalcanzable para nosotros: el llegar a ser amigo de ADONÁI, El Creador del Universo.
 En tercer lugar, la amistad con ADONÁI a través de tener a Ieshúa dentro nuestro (y esta debe ser la jerarquía adecuada para orar, no otra), comienza con un compromiso absoluto e inquebrantable con ADONÁI. Este compromiso se selló con un pacto eterno con Avrahám. Nosotros también, si deseamos entrar en amistad con Él, debemos hacer un Pacto con Él, inquebrantable, absoluto, eterno, que sellará nuestro destino para toda la eternidad. Y Elohím se encargará del resto. El nos “guiará por sendas de camino recto, por amor a Su Nombre” como dice la Tehiláh, cuando antes caminábamos por sendas torcidas, por amor a los placeres de este mundo carnal. El nos pedirá sacrificios, como le pidió a Avrahám. Quizás no nuestro “Itzják” (el hijo de Avrahám) pero sí otros “hijos queridos” que tengamos, como nuestro empleo, nuestros hobbies, o hasta nuestra familia. ¿Estamos dispuestos a sacrificar a nuestro “Itzják” por El? “Pensemos el costo antes de edificar nuestra casa”, como nos aconsejó ADONÁI mismo “vestido” de Ieshúa, en Lc. 14:28.
La amistad con Elohím, significa, además, confianza/bitajón en El. No sabemos por qué hace con nosotros lo que hace. Pero debemos confiar en El, creyendo y “sabiendo” con nuestro espíritu/rúaj que lo está haciendo por nuestro bien. El no nos da explicaciones del porqué hace con nosotros lo que hace. En el año 1987 me dijo que dejara la iglesia carismática a la que toda la familia estaba asistiendo y que abriera una iglesia. Yo, acostumbrado a “los moldes cristianos” le pregunté si podía abrir un local. La respuesta fue: “tu casa será el lugar de reunión”. No entendí nada, pero obedecí sin chistar y sin quejarme. En 1994, en un viaje de catorce días a Israel con un pequeño grupo de miembros de nuestra sinagoga mesiánica, entramos en la ciudad de Tzfát/”Saféd” a la sinagoga del rabino José Caro, del siglo 16. ¡Me quedé helado cuando entré! ¡Era la sinagoga de mi casa en Asunción, Paraguay! ¡LA MISMA disposición de las sillas, de todo! El tener confianza en que El sabía lo que hacía en el 87, recién me fue “explicado” en el 94 (sin una explicación en palabras): iba a abrir una sinagoga, no una iglesia, ¡pero esto no sucedió físicamente hasta el 99, en que la “iglesia” se transformó en una sinagoga en mi casa, como sucede con casi todas las sinagogas, que están construidas en la casa del rabino y no en un local comercial!
¿No dice en la Toráh: “Creyó Avrahám a Elohím”? ¿Por qué? Porque Elohím era amigo de Avrahám y éste lo sabía, y por lo tanto, confiaba en su Amigo.
En cuarto lugar, debemos abandonar nuestras propias agendas y planes “espirituales” y ponernos a averiguar cuáles son los planes y las agendas de Elohím para nuestra sinagoga, no sea que estemos bloqueando Sus propósitos sin entenderlo. Estamos convencidos en nuestra mente que estamos haciendo la voluntad de Elohím. La pregunta tiene que ser: ¿Será que es cierto eso? O ¿será que estamos BLOQUEANDO la voluntad de Elohím con nuestras actividades? Nuestra lógica no es la de Él y nuestras “maneras correctas y santas” de hacer “Su obra” no son las de Él, de modo que tenemos que tener MUCHO cuidado de no confundir unas con otras. ¿Se está reuniendo usted o su sinagoga en los días que usted decidió o en los días de la semana que decidió Elohím? ¿Está usted enseñando lo que le gusta, lo que le vino a mano, o lo que Elohím le está indicando que enseñe? Todo esto es un reflejo de la clase de relación de amistad que el rabino o cada miembro tenga con ADONÁI. Si hay una buena relación, todo está en orden/be séder, y todo se está haciendo de acuerdo a Su voluntad y no a la nuestra. Si no es así, ¡usted podría estar yendo a contramano de Su voluntad! ¿En su congregación se está tocando la clase de música que le gusta al rabino o la clase de música que le gusta a Elohím? ¿Se está tocando la clase de temas, se está enseñando lo que le gusta a alguien en especial o a la mayoría o lo que Elohím desea que se hable?
En quinto lugar, debemos hacer un esfuerzo más y más grande, cada año, como sinagoga y como judíos mesiánicos individuales, de vivir más y más en el rúaj y no en la carne. Grandes cosas están sucediendo en estos momentos en el mundo espiritual/rujaní—y no todas son buenas, ¡y sin embargo, no tenemos ni la menor idea! Por otro lado, muchos problemas que sufrimos años sin solución tienen origen en el mundo espiritual, pero nadie nos lo ha dicho ni tenemos idea siquiera de cómo solucionarlos! Elohím es un ser espiritual y si deseamos ser su amigo, debemos subir a Su nivel y no pretender que El baje al nuestro. Vivir en el rúaj significa, en gran parte, vivir en constante comunicación ida y vuelta con ADONÁI, enterándonos de lo que le preocupa en estos momentos, sabiendo lo que piensa y lo que desea, tanto para nosotros, como para nuestra sinagoga mesiánica, como para el país en que vivimos.
En sexto lugar, la amistad con ADONÁI cambia nuestra perspectiva de todo. Nuestros problemas se achican y podemos entenderlos mejor, ya que comenzamos a verlos desde el punto de vista de El y no humano, carnal. Todos los judíos mesiánicos somos también “hebreos” que viene de la palabra “ivrí”, que significa dos cosas: “el que cruzó el río Iardén” y “el que vino del otro mundo”. Israel no es una mujer espiritual cualquiera. Está DESTINADA a grandes cosas y nosotros somos su rúaj/espíritu, de modo que nuestro destino es grande. Ha satán aprovecha para obsesionarnos y hacernos perder la perspectiva con nuestros problemas para que los veamos enormes, y perdamos de vista las enormes metas que Elohím tiene para nosotros como ivriím, como seres destinados a hacer grandes cosas en el mundo espiritual y que también influirán en el mundo físico.
Los problemas NO se van. Es nuestra obsesión con ellos y nuestra perspectiva la que cambia y comienza a entrar la comprensión del porqué los tenemos. Y allí está la puerta de salida para muchos de nuestros problemas crónicos.
En séptimo lugar, el tener una amistad con ADONÁI nos hace entender y aplicar con fervor verdadero y no con la manera mecánica con que muchas veces hacemos las cosas de Elohím,  la adoración y la danza judía es fundamental para nuestra vida espiritual y comenzamos a practicarla cada vez más, como manera de agradarle a El, que nos está viendo desde Su Trono/Heijál, aunque nos cueste creer, y se está gozando de nosotros, en compañía de Sus amigos, Avrahám, Moshéh, David, Ieshaiáhu, y todos los profetas/neviím.
En octavo lugar, la amistad con ADONÁI trae consigo Sus consejos y sus revelaciones, que son todo nuestro tesoro. No hay nada que podamos llevarnos a la tumba ni al Cielo, sino aquello que El nos reveló y nos enseñó. Dice en Mishléi/Comparaciones/”Prov.” 27:9: “Loción y perfume deleitan el corazón y la dulzura del amigo de un hombre hace lo mismo con su consejo de corazón.” ¡Imagínense lo que es, cuando “la dulzura del amigo” es Elohím mismo! Los invito a imitarme: tengo un cuaderno que titulé “man hú”  (el mal traducido “maná”), que lo percibo como el alimento espiritual de cada mañana que Elohím le pido y me da. Cada mañana casi, recibo Su “man hú” espiritual, Su comida espiritual, que siempre varía: a veces es un consejo, a veces es una orden, a veces es una revelación sobre algo en el Tanáj, a veces es una admonición/musár, diciéndome lo que tengo que cambiar respecto a alguien y a veces es un consuelo, diciéndome que no me preocupe por esto o por aquello, que lo deje en Sus manos.
Hay un proverbio en ídish muy bueno: “Hay tres tipos de amigos: los que son como comida, sin la cual uno no puede vivir; los que son como medicinas, a los cuales uno necesita ocasionalmente, y los que son como una enfermedad, a los cuales no deberíamos tener nunca cerca.” Elohím ciertamente que es nuestra Comida diaria, que nos sustenta, nos quita el hambre y nos hace sentir satisfechos.

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