07 diciembre, 2011

PARASHÁH No.
 8.
 VAISHLÁJ/Y ÉL ENVIÓ
Lectura de la Toráh:
 Bereshít/En el Principio/32:4-36:43
Haftaráh: Hoshíah 11:7:12:12
14 DEL MES NOVENO DEL 5772/
10 DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2011
Por
 Julio Dam
Rébe Mesiánico

COMENTARIO DE LA PARASHÁH

CÓMO MEJORAR NUESTRA ORACIÓN

Nuestra oración diaria debería estar en un constante mejoramiento,
como todas las demás áreas de nuestra vida con Elohím.
El propósito de esta parasháh
es mejorar nuestro nivel de oración,
 para acercarnos más y más a Elohím.
Debemos entender que:
1er paso:
Elohím tiene Su voluntad para nosotros.
2º paso:
Entender que Elohím nos revela Su Voluntad
 a través del Rúaj ha Kódesh y debemos preguntarle esta Voluntad.
3er Paso:
 Entender que cumplimos Su voluntad cuando oramos
 lo que Elohím desea y cómo Elohím desea que oremos.
4º Paso:
 Entender que Elohím es quien nos contestará y en su tiempo
recibiremos lo que hemos pedido, si ha sido Su Voluntad.

La mejor oración
es cuando logramos preguntar a Elohím cuál es Su voluntad
 (y no la nuestra) para nuestra vida.
El origen de nuestras mejores oraciones debe ser la voluntad de Elohím
y no la nuestra.
 Elohím sabe mejor que nosotros mismos lo que necesitamos,
 lo que debemos pedir,
lo que Él desea que hagamos con nuestras vidas
 y en nuestra vida.
 Elohím tiene muchas cosas que desea que tengamos
pero nuestras oraciones van para satisfacer nuestra voluntad y por lo tanto,
 no se cumplen, porque no son Su voluntad.
Esta es la manera en que Elohím desea que oremos,
 y no pidiendo lo que deseamos,
que muchas veces está en contra de Su Voluntad.
La voluntad de Elohím es como un tren eléctrico,
mientras que nuestra oración es como la vía de ese tren eléctrico. 
 El tren tiene una velocidad y una fuerza extraordinaria,
pero tiene que ir donde está la vía y no por otro lugar,
 porque se descarrilaría.
Asimismo es la voluntad de Elohím:
 va con tremenda fuerza, por donde está la vía, que es nuestra oración,
pero no va por otro lado.
La oración formula y hace expresa la Voluntad de Elohím para con nosotros,
y los que nos rodean.
 Por eso, toda oración que nace de nuestro ego,
 o de nuestra voluntad, es totalmente inútil,
 porque no sigue los lineamientos de la Voluntad de Elohím,
 sino la nuestra.
 Para aquellos que escuchamos Su Voz, Elohím nos dice:
 “Ora tal cosa” y si lo hacemos, y le obedecemos,
lo que hemos pedido se cumple,
obviamente, porque provino de Elohím mismo,
y Él no nos va a decir que oremos para que algo no se cumpla.
Muchos se preguntarán:
¿Para qué necesita Elohím de nuestra oración,
 ya que sólo se hace lo que Él desea?
 ¿Por qué no lo hace de todos modos?

 La respuesta es:
 porque Él desea actuar en conjunto con cada uno de nosotros.
 Entonces, espera que nosotros oremos,
para que se cumpla nuestra oración,
 en conjunto con Su voluntad.
Él no contesta, para no ir en contra de nuestra voluntad.
Él eligió trabajar en unísono
con cada uno de Sus seguidores/hijos y no por su propia cuenta.
Y esto continúa en el Olám Ha Bá/Mundo Venidero,
de acuerdo a nuestra altura y crecimiento espiritual en esta vida.
Si hemos actuado como Su enviado,
o como Su colaborador la mayor parte de nuestra vida,
lo seguiremos haciendo en el Olám Ha Bá/Mundo Venidero,
en Su Corte Celestial, que existe, como la corte de cualquier rey humano.
Nuestra oración debe ser lo más específica posible,
para cubrir en lo posible toda circunstancia probable
y todo obstáculo que el enemigo pueda poner en nuestro camino,
especialmente si se trata de algo importante, o peligroso, como un viaje.
Cada detalle,
 hasta el más mínimo,
debe ser cubierto por nuestra oración.
Así, el enemigo no tendrá puertas,
ni aberturas disponibles para arruinar ni dañar nuestra tarea para Él.
Como no podemos abarcarlo todo en nuestra oración por adelantado,
 podríamos orar:

Ába, en el Nombre de Ieshúa ha Mashíaj,
 te pido que la Sangre de Ieshúa ha Mashíaj
nos cubra y cubra todo ataque
que provenga del enemigo”.
La mejor oración es aquella que proviene de Su Voluntad.
Así, estaremos seguros que se va a cumplir.
También debemos orar pidiéndole a Él
que nos guíe en nuestra oración,
orando por aquello que deberíamos orar,
y no por aquello que nos parece, que debemos orar,
 o lo que estamos acostumbrados,
por inercia, a orar.
Nuestra pregunta debe ser:
¿Ába, por qué, o por quién deseas que ore en este día? 
 ¿Y qué deseas que ore por esta persona en particular?
Él se encargará de hacernos saber de alguna manera,
 si es que no tenemos la matanáh/el regalo de la profecía,
 que es el oír Su voz en nuestros oídos espirituales.
Otra cuestión importante que tiene que ver con los motivos de nuestra oración
es entender por qué nos sucede lo que nos sucede,
muchas veces, cosas inexplicables a simple vista,
 e inexplicables a la lógica humana.
Esta “cosa inexplicable” para Él será perfectamente explicable,

 si se lo pedimos.

Él nos dará la respuesta exacta.
Él tiene los recursos para poner en nuestra mente
 el porqué nos sucedió lo que nos sucedió,
y así podemos orar en consecuencia.
Constantemente,
 debemos estar alertas al Rúaj ha Kódesh
 para que Él nos guíe cómo orar,
 por quién orar
y para qué orar lo que Él nos hace sentir.
 El no estar alertas
es motivo de problemas subsecuentes
en nuestras vidas,
 porque no estamos
espiritualmente despiertos
 lo suficiente
como para hacer Su Voluntad
cuando Él nos la pide.
Debemos pedirle a Elohím
 que nos mantenga alerta
 a Su dirección de oración,
para que nuestra vida
 sea una vida espiritual,
y no de nuestro ego,
y guiada exclusivamente por éste,
lo cual anula casi totalmente
toda guía espiritual de Elohím en nosotros
y nos convierte
en un “semi-creyente”,
 sólo de nombre,
porque en la realidad del día a día,
sólo caminamos en el camino de nuestro yo
 y de nuestros deseos.
HABLAR EN IDIOMAS ESPIRITUALES Y PROFECÍA
Otra de las maneras efectivas de orar
es en “idiomas espirituales/”lenguas” y/o en profecía.
En este caso,
es el Rúaj quien está orando por nosotros,
 lo que Él sabe que necesitamos.
El gran problema
de orar en idiomas espirituales o en profecía,
es que jamás
se debe hacer en la sinagoga misma,
sin que haya un traductor del idioma espiritual
que se está hablando.
Si no hay traductor,
el rébe mesiánico debe prohibir
el hablar en idiomas y en profecía en la sinagoga,
 y la persona que lo hace
debe hacerlo en su casa.
Si no se cumple esto,
se podría estar escuchando a un demonio hablar,
 o a la propia persona que lo hace con su mente.
Es un detalle importante
que se debe cuidar mucho
y no permitir que se ore en idiomas,
ya que no hay intérprete en la gran mayoría de los casos.
Los profetas deben decir a la Rébetzin y al Rabino
 las profecías,
no a las personas involucradas.
AGRADECER A ELOHÍM POR TODO
Otra manera de orar
 es agradeciendo a Elohím por todo
 lo que hace en nuestras vidas:
por lo que nos da en el día a día,
por lo que tenemos,
 por lo que hemos llegado a ser con su ayuda,
 desde que estamos con Él,
por todo lo que nos sucede.

 “Gracias, Ába,
por lo que me estás dando;
te bendigo por todo lo que me sucede,
que proviene de Tu misericordia
y de Tu bondad.”
En el judaísmo
 esto es una costumbre
 y una enseñanza y nosotros,
 en el mesianismo,
 debemos adoptar esta costumbre
y agradecer a Elohím todos los días
 por todo lo que nos regala,
 y por todo lo que hemos venido a ser,
gracias a Él.
EL PAPEL DEL ENEMIGO
 EN LA ORACIÓN
Elohím nos previene
 en varios pasajes del Pacto Renovado
 contra el enemigo.

No debemos creer que todo lo que nos pasa
es “mala suerte” o “casualidad”.
Ninguna de las dos existe.
Sólo existe para los que no están con Elohím.

Ha satán
actúa de acuerdo a nuestro comportamiento
y las puertas que abrimos.

Nosotros también somos responsables.
 Lo que existe es una lucha espiritual
 y guerra espiritual.
 Ha satán
 usa a las personas que nos rodean
muchas veces,
para atacarnos y hacernos la vida imposible
y nosotros comenzamos a rechazar a la gente,
sin darnos cuenta que
 el verdadero enemigo
 no es nuestro familiar,
ni nuestro compañero de trabajo,
sino ha satán,
quien quiere hundirnos en la desesperación
 y la lucha continua.

Como se disfrazó de serpiente
con Adán y Javáh,
así se sigue disfrazando
de personas diferentes,
 o de situaciones diferentes,
pero en el fondo,
para los que conocemos la guerra espiritual,
sabemos quién está detrás:
 ha satán

 ¡y no debemos dejarle ganar nunca, nunca!

Esta debe ser nuestra actitud respecto al enemigo.
Muchos malentendidos
entre las personas de la sinagoga mesiánica
se debe a ataques del enemigo,
que odia ver florecer la amistad
 y la unión entre hermanos,
y fomenta el rechazo
y las diferentes denominaciones,
aun en el judaísmo mesiánico,
o entre el mesianismo y el judaísmo rabínico,
o entre el mesianismo y el cristianismo,
 para que los hermanos de la sinagoga discutan
o se distraigan de las enseñanzas correctas,
dejando de creer en Ieshúa,
ESTANCANDOSE ESPIRITUALMENTE.
Esto se debe a los ataques del enemigo,
que odia a Elohím con toda sus fuerzas
 y como no puede luchar contra Él,
lucha con todo su odio contra quien sí puede,
que son los seres humanos,
desviándolos de su camino hacia la salvación,
 y rompiendo relaciones
y familias con sus engaños y mentiras
y condenándolos así
a pasar la eternidad junto a él,
en el infierno,
por no conocer las artimañas
del enemigo del hombre.
No nos dejemos engañar por él,
queridos hermanos,
y preguntemos a Elohím.
¿Tiene usted dudas acerca de Ieshúa?
¿Por qué no pregunta a Elohím, en quien sí usted cree?
Él le va a contestar con mucho gusto
todas sus dudas y preguntas,
¡si sólo se las hiciera!
La mayoría de los que abandonan a Ieshúa
 no preguntan nada,
y creen que saben todo,
y se pierden para toda la eternidad,

 porque hay un enorme precio

 en el haber creído en Ieshúa

y luego abandonarlo.
En todo lo que hacemos,
decimos, nos dicen, y nos hacen,
 debemos aprender a distinguir
 la mano del hombre de la mano del enemigo.

 Esto no es fácil,
 pero Elohím desea ayudarnos en todo,
y también en este punto.
Si tenemos dudas, preguntemos a Él,
y Él nos contestará rápidamente
nuestras preguntas y confusiones,
la mayor parte de las cuales vienen de ha satán.
A nuestros enemigos humanos,
si es que en realidad los tenemos,
debemos dejarlos en manos de Elohím.

 Él se encargará de todos ellos

 y nosotros debemos no distraernos con esto,
y amargar nuestra vida,
sino que debemos dedicarnos a conocer a Elohím más y más,

por medio de tener a Ieshúa y al Rúaj dentro de nosotros,
en nuestro rúaj.
Debemos pedirle a Elohím
 que el Rúaj nos esté enseñando
todo aquello que Él desea que aprendamos
y que sepamos del enemigo
y de las cosas espirituales,
 ya que hay montañas de cosas
 que ni siquiera hemos escuchado
y debemos saber
y actuar de acuerdo a ellas.
 Más que nada,
pidamos a Elohím
 que nos enseñe a orar
como Él lo desea
 y no como nuestro ego nos dicta
y nos desvía.
Así, tendremos una vida espiritual
 cada vez más llena de Él,
¡que es el objetivo de haber nacido!
¡UN FELIZ SHABÁT!



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