07 agosto, 2012

Parasháh
No.46
EKÉV/PORQUE
23 del mes Quinto del año 5773
11 de Agosto del 2012

Lectura de la Toráh:
Dvarím/Palabras/”Dt.”: 7:12-11:25
Lectura de la Haftaráh:
 Ieshaiáhu/Is. 49:14-51:3
Brit Ha Dasha:

Por
Julio Dam
Rebe Mesiánico

COMENTARIO DE LA PARASHÁH

LOS SIETE PASOS PARA ACERCARSE A ELOHÍM
 
Dvarím/Palabras/”Dt.” 7:12:
 “Como consecuencia/ekév de que ustedes escuchen
 (y obedezcan) estos juicios,
los guarden y los hagan,
 ADONÁI vuestro Elohím
 cumplirá con ustedes este pacto
 y la misericordia/jésed que mostró con vuestros ancestros”
El libro de Dvarím/Palabras,
a diferencia de los otros cuatro libros de la Toráh,
 trata casi exclusivamente de las enseñanzas de Moshéh
 antes de su muerte.
 El libro transcurre desde el 1º del mes tercero del año 2488
 (después de la Creación—ahora estamos en el 5772)
 hasta el siete décimo segundo del mismo año, 2488,
el día del deceso de Moshéh.
 Su propósito, como es el de los otros cuatro libros de la Toráh,

es formar y educar a la Esposa de Hashém,

 para inculcar la Unidad mental y espiritual con El.
 (Estoy seguro que vendrá como una gran sorpresa
el saber para la enorme mayoría de nuestros lectores,
 que el 80% la Toráh entera
(los cinco libros/sfarím)
sólo cubren 3 años de los 500 años de la vida e historia de Israel,
 aparte del período de la creación del Universo en Be Reshít.
 Esto nos muestra la enorme importancia
 que tiene esta enseñanza sobre la unidad para Elohím)
 Este propósito de enseñar unidad a todo el Pueblo Judío
 (por sangre y por fe)
 continuó con la venida del Rabino Ieshúa,
 Mesías y parte de Elohím y algunas de las enseñanzas en el N.T.,
 como veremos a continuación.
 Así, podemos decir que existen siete pasos para lograr una unidad con Elohím:
El conocer y recibir a Ieshúa, la Dimensión Corporal de Elohím,
 para aquellos que no han nacido dentro del Judaísmo Ortodoxo.
El observar/Shmirát ha Mitzvót/Mandamientos;
el Talmúd Toráh, el estudio de la Toráh
(que incluye para nosotros el P.R. en una traducción por lo menos adecuada,
 es decir, mesiánica)
Ahavát Hashém, el lograr amar a Hashém
La liberación del espíritu y del alma
La tefiláh, la oración, y
la Iejidút/el Unirnos a Hashém.
Trataremos de enseñar algo sobre cada uno de estos siete pasos
 en esta parasháh necesariamente corta.

(1) EL CONOCER Y RECIBIR A IESHÚA
Para aquellos que no han nacido dentro de un hogar judío ortodoxo,
 y por lo tanto, que no estuvieron cerca del Padre,
 de Hashém, necesitan conocer y recibir al Rabino judío Ieshúa,
 quien es la Dimensión corporal de Elohím
y quien trae la salvación del espíritu,
 una de las tres dimensiones que tenemos
 (espíritu, alma/mente y cuerpo, según 1ª Tes. 5:23).
 El nos trae a la Presencia del Padre,
como El mismo dijo, en una frase que se entiende mal:
“Nadie viene al Padre si no es por Mí”.
 Claro que es así, sólo que quizás por primera vez
 nuestros lectores podrán entender,
los judíos no mesiánicos
¡YA ESTÁN EN PRESENCIA DEL PADRE,
 por lo que no necesitan a Ieshúa!
 Son los góim/los idólatras,
 y los judíos que no han nacido en un hogar ortodoxo
 los que necesitan a Ieshúa
 para que los lleve a Su Presencia en esta tierra,
 antes de que sea tarde.
 En nuestras invitaciones a ciudades latinoamericanas,
una pregunta surge casi indefectiblemente en este punto:
 “¿Cuál es la diferencia entre creer en “Jesús” y en lo que usted llama “Ieshúa”,
 ya que en el fondo, la esencia es la misma
 y todo es una cuestión de nombre?”
 La respuesta es la misma siempre:
 Elohím ha perdonado nuestra ignorancia
 cuando no sabíamos la verdadera, identidad del Rabino Ieshúa
 y sólo conocíamos la de “Jesús”.

 Pero ahora que sabemos que NO son lo mismo,
 y que “Jesús” viene de la mitología iraní,
 del “dios” sol Mihr/Mitra,
 YA NO HAY PERDÓN PORQUE YA NO HAY MÁS
 “SACRIFICIO POR LOS PECADOS”,
como dice en Hebreos 10:26-27:
 “Porque si pecáramos voluntariamente
 después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados,
 sino una horrenda expectación de juicio
y de hervor de fuego que ha de devorar a los enemigos”.
 Ahora tenemos que abrazar la nueva verdad
de la verdadera identidad de Ieshúa
y dejar atrás la abominación de la adoración al “dios” sol, Mihr,
 vestido como “Jesús”.
 Otra cosa que debemos dejar atrás es la idea terriblemente equivocada
de que, ahora que estamos en el camino correcto del Judaísmo,
 podemos dejar atrás a Ieshúa,

 que ya no lo “necesitamos” de alguna manera.
 Otro craso error, sólo que esta vez hecho desde el lado del Judaísmo.
 DEBEMOS ir hacia el Judaísmo,
 sí, pero nuestra frontera, que no debemos JAMÁS cruzar,
 es Ieshúa el Mesías y Parte de Elohím.
Este es un error que muchas sinagogas mesiánicas han hecho ya
 y algunos líderes mesiánicos también.
 (¡No vemos cómo un líder puede seguir llamándose a sí mismo
 “mesiánico”
 y no creer en el Mesias Ieshúa!)
 Tenemos que ir hacia el Judaísmo
por la sencilla razón que allí están las verdades de Elohím
que han sido robadas durante los últimos 1900 años

 y sustituidas por doctrinas y festividades

 que nada tienen que ver con Elohím.
 Pero ese “ir hacia el Judaísmo”
 no tiene porqué significar, automáticamente
que debemos dejar a Elohím hecho carne,
a Ieshúa, como muchas sinagogas mesiánicas ya lo han hecho.
 Algo adicional que debemos entender
 y que es causa de confusión para algunos en el mesianismo
o en el cristianismo que está en la frontera con aquél, es:
 “¿Cuál es la posición de Ieshúa?
 ¿Debo orarle a Ieshúa?”
 Ya Ieshúa mismo contestó esta pregunta en Lucas 11:2:
 “Cuando oren, digan: “PADRE NUESTRO
 que estás en los Cielos/Avínu she Ba Shamáim...”
 Ieshúa debe estar DENTRO NUESTRO,
actuando como nuestro Kóhen ha Gadól,
 como decíamos en nuestra parasháh pasada,
 para ayudarnos a orar y a estar en la Presencia de ELOHIM.

(2) El observar los Mandamientos
(SHMIRÁT HA MITZVÓT)
Después de estar en la POSICIÓN adecuada,
adorando al Elohím adecuado,
 debemos ocuparnos de la salvación de nuestra alma/mente y cuerpo.
Esto se logra con el shmirát ha Mitzvót/el observar, el guardar los Mandamientos.
 Lo mismo sucede con nosotros que somos padres y madres:
 cuando tenemos un niño de dos años,
 que está comenzando a caminar,
 y a AMENAZAR CON METER LOS DEDOS EN TODOS LADOS,
 desde el enchufe eléctrico hasta el borde de los cuchillos en la cocina,
 tenemos que crear reglas de conducta,
a menos que no nos importe si nuestro niño sigue viviendo o no,
o tiene un accidente por semana o no.
“¡NO!” “¡No toques ESO!” “¡Allí NO!”
 y cosas parecidas le decimos al niño,
 que no comprende por qué ponemos la cara que le ponemos
ni comprende por qué no puede meter la mano en la electricidad!
 Nosotros sí comprendemos y por eso somos tan “malos” y tan “severos” con él:
 porque queremos salvarle la vida;
 queremos que llegue a ser un niño de 5 años
 y que ya entiende que NO debe hacer todo esto,
 por su propia cuenta.
 El Shmirát ha Mitzvót es ni más ni menos que esto:
 Es un manual de conducta para Su Esposa, Israel,
 y para Sus miembros individuales,
 para que logren pasar el peligro del pecado
 y se comporten de una manera aceptable para Elohím
y así SALVEN SUS ALMAS/MENTES.
 No hay ningún “legalismo”
ni en Elohím ni en el Pueblo Judío
al querer lograr esto;
 no hay “ritualismo” ninguno,
 como se los ha acusado siempre.
Sencillamente, OBEDECEN la Toráh,
 como hacen los buenos niños que obedecen a los gritos de sus padres
 que no quieren que se electrocuten o se quemen con la estufa!
 (No tenemos espacio aquí para profundizar
 en el famoso problema de si la salvación es por fe o por cumplir la Toráh.
 Remitimos al lector a nuestra serie de “Romanos”
que habla con profundidad sobre el tema.)

(3) El Talmúd Toráh, el estudio de la Toráh
El estudio de la Toráh,
que incluye para nosotros
 (los mesiánicos ) el N.T. Para poder cumplir las Mitzvót/Mandamientos,
 primero tenemos que saber cuáles son estos.
No se puede cumplir lo que no se conoce.
 El difamado “Talmúd”,
 que ha sido quemado en numerosas ocasiones
en Europa por la Iglesia Católica,
la última vez en Francia, en 1428 por “satánico”,
 es, sencillamente, un estudio detallado de las Mitzvót
 y de cómo cumplirlas.
 Podemos entender, en el fondo,
 porqué se lo ha tachado de “satánico”:
 porque ofrece la salvación del alma a los judíos,
 algo muy desagradable de escuchar
y de pensar para los furibundos antisemitas de la Iglesia:
 que sus enemigos se salven.
 La Toráh es mucho más que un manual de salvación de la mente:
 es el ADN moral y espiritual para la Esposa  de Hashém
y por lo tanto, es vital estudiarla y comprenderla cada día en más profundidad.
Cuando entendemos que los primeros cinco libros
 están allí para mostrarnos cómo salvar nuestras mentes,
 toda acusación de “legalismo” y “ritualismo”
se transforma en la estupidez que es y siempre fue para la mente judía
 y ahora para nosotros, que estamos entrando a estudiarla de verdad.
 También debemos agregar que un estudio del N.T.
 (en una traducción mesiánica)
 es algo vital para entender muchos puntos obscuros
 en nuestra comprensión de las cosas espirituales.
 Nuestro “Matitiáhu” tiene bastante información
 y teología judío-mesiánica como para entender los otros tres evangelios
 de una manera muy diferente a la que lo entendiámos
 cuando éramos cristianos.
Recomendamos la formación de grupos de estudio de ese libro
 en todas las congregaciones mesiánicas,
 aunque algunas ya lo están haciendo desde el momento
 de su primera edición.

(4) Ahavát Hashém, el lograr amar a Hashém
El amor a Hashém/ahavát Hashém
 es un sine qua non de todo lo que estamos enseñando.
 De nada nos vale hacer las otras cinco condiciones
si no tenemos o tratamos de tener Ahavát Hashém.
 ¡De esta raíz tendría que salir un hermosísimos olivo!
 Un olivo que nazca de nuestro Amor por Elohím.
Pero: ¿cómo lograrlo?
Primero, tenemos que entender en nuestro ser íntimo
de la IMPORTANCIA SUPREMA que esto tiene.
 Nada se logra en la vida sin esfuerzo
y a veces enorme;
 por nada tratamos de esforzarnos si no creemos que vale la pena.
¡LA META DE NUESTRA VIDA ES CONOCERLO A ÉL!
Y la segunda meta en conjunto con esta,
 es entender y aceptar que muchos de nosotros no lo amamos,
 porque NO lo conocemos.
 ¡No se puede amar a un/a desconocido/a!
Sólo se ama a alguien que despierta nuestra admiración.
 Pero si no lo conocemos, no tenemos nada que admirar en El,
ni nada que nos llame la atención.
 ¿Qué nos llamó la atención en nuestro cónyuge primero,
 como para que nos hayamos casado con él/ella?
 Este es el mecanismo del amor que tenemos que “repasar”
para poder aplicarlo a comenzar a amar a Elohím,
 a quien, la mayoría de nosotros no conocemos.
 No tenemos que tener vergüenza de admitir esa verdad,
 porque El sabe que es la verdad.
 Quizás los únicos que no la sabíamos éramos nosotros.

(5) La liberación del espíritu y del alma
Otro de los factores claves para acercarnos a Elohím
 es aprender y aplicar tanto la liberación del espíritu como la de la mente.
Este es un tema casi “tabú”
entre los mesiánicos o por lo menos, eso es lo que he visto,
aunque puedo estar equivocado.
 La verdad es que no tendría que ser así:
 ¡es como si fuese “tabú” el bañarse! Hay que bañarse,
 e igualmente tan importante como bañarse está el liberarse
y el limpiar nuestra mente,
que es un bañarse nuestro espíritu
y nuestra mente de toda la suciedad acumulada en muchos años
de no limpiarnos tanto el espíritu como la mente.
 A ha satán no le importa si usted es de esta creencia o de aquella.
 No le importa si usted hace esto o aquello;
 no le importan muchas cosas.
Pero si hay UNA COSA QUE LO PONE COMO LOCO
ES QUE USTED APRENDA A LIBERARSE!
 ¿Por qué?
 Sencillo: Porque liberarse usted significa liberarse de sus soldados,
los demonios,
que nos acompañan dondequiera que vayamos,
 lo quiera usted admitir o no.
 Yo he visto personalmente una enorme resistencia a este tema,
lo cual solo es una clara señal de que la “infección” espiritual
 es más fuerte de lo que tendría que ser.
 ¿Quién es el que no quiere hablar de bañarse sino el que está sucio?
Nuestra mente y nuestro espíritu
necesitan urgentemente de una limpieza periódica.
Además, necesitamos aprender a defendernos
 de los ataques espirituales que ha satán nos larga a cada congregación,
 especialmente cuando estamos por volvernos mesiánicos,

 porque él odia que lleguemos a la verdad del Judaísmo;
 odia que volvamos a las raíces judías,
sus más acérrimos enemigos de siempre.
 Para impedir esto, nos hace la vida imposible con toda clase de trabas
y nosotros creemos que es “así”,
que es normal. NO es normal,
 está usted bajo ataque espiritual,
 solo que no quiere admitirlo.

 Sin liberación del espíritu y de nuestra mente
 no puede haber un acercamiento a Elohím,

porque estamos sucios y la “suciedad” dentro nuestra
 nos impedirá el acercamiento.
 Ya hemos visto, lamentablemente, a mesiánicos,
 inclusive, que por no prestar mucha atención a la liberación
y a no permitir que cualquier persona desconocida coloque sus manos sobre ellos,
 se han apartado de su nueva fe y han vuelto a sus antiguas creencias.
 En nuestros seminarios personales (únicamente),
 enseñamos a hacer ambos tipos de liberación.

(6) La tefiláh/oración
El penúltimo paso para acercanos a Elohím
 es hacer tefiláh/oración.
 ¿Qué es hacer tefilah, desde el punto de vista del Judaísmo Mesiánico?

 Es conversar con Elohím.

No es recitar una oración,
lo que los Mitraístas hacen, “rezar”.
 No es “tirar la manga”, pedir lo que yo llamo “la lista del supermercado” ,
 aunque eso también es necesario pedir.
 Es HABLAR con Elohím,
 como usted habla con su mejor amigo/a,
 todos los días,
 preferiblemente de mañana,
 después de levantarse
y antes de comenzar el dia de trabajo.
 De esta “sencilla” tefilah sale todo:
 el crecimiento,
 la revelación,
 el amor/Ahaváh, todo.
Si usted no logra establecer un diálogo,
 no sólo un monólogo donde usted es el único que habla,
no habrá prácticamente ningun crecimiento,
 ninguna revelación, ninguna ahaváh.

(7) La Ajdút/el Unirnos a Hashém
La Ajdút es el esfuerzo por parte del judío
 por sangre o por fe en unirse con Elohím
y la consiguiente contestación a este esfuerzo por parte de Elohím.
En realidad, este es el propósito único de la Creación del Universo por parte de Elohim: establecer un Reino,
un Dominio de Hashém/Maljút ha Shamáim/”reino de los Cielos”
en la Tierra donde El es el Rey y el Amo de Sus súbditos,
 los que hacen Su voluntad,
 según Mat. 7:21-23.
No todos los que se dicen, serán, como bien dice Mat. 7:22.
Sólo los que cumplen la Toráh
(según Mat. 7:23 bien traducida la última palabra:
 anomos=los que cumplen la Toráh son los que Ieshúa NO ignorará).
 Esta unión es sólo fructífera a través de Ieshúa.

Esa es una de las razones principales por las cuales Hashém
se hizo carne como Ieshúa:
 para vivir dentro nuestro por medio del Rúaj ha Kódesh
 y actuar DESDE nosotros
y POR nosotros.
 Claro que aquí, como siempre,
 entra nuestra voluntad:
 debemos NULIFICAR nuestra propia voluntad,
 nuestro yo, nuestros deseos,
y dejar que sea hecha la voluntad de Elohím
por medio de Ieshúa dentro nuestro
 y DESDE ADENTRO NUESTRO.
 El judío no mesiánico no tiene esta posibilidad,
 y sin embargo, el concepto de Ajdút es judío.
 Aún así, nosotros,
que tenemos el Rúaj debemos aprovechar esta enorme ventaja espiritual
 sobre aquellos que no lo tienen
y pedir en oración poder lograr esta nulificación primero
 y luego este reinado de Ieshúa dentro nuestro.

 La Ajdút/Unidad con Elohím
es el propósito cumbre de toda la Toráh:

 los cinco libros sólo apuntan hacia la construcción de un Pueblo,
el Pueblo Judío,
y del casamiento de la mente de ese pueblo, Israel,
 con Hashém.

El N.T. se ocupa de preparar el casamiento del Cuerpo de Elohím, Ieshúa,
 con el espíritu de Israel.

 Como todo casamiento, la Unidad es fundamental.
 ¿Qué casamiento puede ser exitoso si no existe unidad de propósito,
 unidad de acción,
pero fundamentalmente para lograr las otras, unidad de pensamiento?
Para lograr esto,
 tenemos que NULIFICARNOS,
nulificar nuestra mente,
nuestra "sabiduría",
 nuestros conocimientos y nuestras "opiniones"
(que de nada valen delante de Elohím)
 y adquirir, de a poco,
 la mente, las opiniones, la sabiduría
y conocimientos de Ieshúa,
 quien está viviendo dentro nuestro
 y PERMITIRLE REINAR desde dentro nuestro.
 Cuando logremos esto,
 aunque más no sea una hora,
 estaremos en viaje hacia la Ajdút/Unidad con El.


¡UN FELIZ SHABÁT SHALÓM

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