04 enero, 2012




 PARASHÁH No.
11

Lectura de la Toráh:
Bereshít/En el Principio/
  ”Gn.” 44:18:47-27
Haftaráh:
Hezekíah 37:15-28
05  DEL MES DECIMO DEL 5772
Viernes 30 y sábado 31 de diciembre de  2011
 Por
Julio Dam
Rebe mesianico:


PARASHÁT VAIGÁSH/Y SE ACERCÓ

“LA VIDA ES UNAESCUELA

CON UNA SERIE DE EXÁMENES”

       Cuando Iósef le dijo a sus hermanos:

 

“Yo soy Iósef”,


 el misterio de los últimos 20 años de sus vidas

 tuvo un final feliz


y todo lo que estaba obscuro se hizo claro

pero sólo para ellos,


no para el resto de la humanidad,

que estamos en completa obscuridad

toda nuestra vida.

 

Pero, ¿cómo se puede relatar

—y menos que menos imaginarnos en carne propia

--los sufrimientos, las pérdidas,

los días tristes,

los años de dolor de Iósef

ante las circunstancias de su vida,

que hicieron que sus propios hermanos lo vendieran

y que terminara en una cárcel del Paró,


 una pocilga inimaginable

para nuestras mentes modernas,


 con Hollywood como modelo

de una cárcel norteamericana

con aire acondicionado?

¡No se puede!


Tenemos una perspectiva totalmente limitada de todo!

No somos Elohím

 y por lo tanto,

no entendemos casi nada de nada.

 

Sólo algunos contados de nosotros

aprendemos algo en estos años que Elohím nos regala,

y comenzamos a vislumbrar algo

del misterio que se esconde detrás de nuestra existencia

y de los seres humanos que nos rodean.

 

Una de estas cosas que comenzamos a entender

es que la vida es una escuela,


 llena de exámenes,

que tenemos que aprobar,

para poder ascender y seguir a la secundaria,

 

y luego, para algunos,


muy pocos seleccionados,

entrar en la Universidad de Elohím.

 

Este proceso de enseñanza/aprendizaje

 está incorporado en la Toráh.

Allí está todo, 

o casi todo lo que necesitamos saber:

 

la Toráh es la historia de Elohím

 y de los hombres

y cómo podemos relacionarnos con El

 y con los demás

y la historia de esta doble relación.

 

Todo lo que debemos hacer es estudiarla

y hacer lo que Elohím nos ordena hacer.

 

 

 Si hacemos esto,

pronto estaremos en la secundaria,

 y antes que nos demos cuenta,


en la Universidad del Rúaj/Espíritu.

 

“¿Pero, qué es lo que Elohím tanto desea enseñarnos

 en la Toráh?”

 

se preguntará usted,

querido lector.

 Más que nada, 

 

a amar incondicionalmente,

 

primero a Elohím


y luego a nuestros semejantes que nos rodean,

 comenzando por los miembros de nuestra familia,


 siguiendo por los miembros de nuestra sinagoga mesiánica

 y terminando con las personas con quienes tenemos relaciones diariamente.

 

Primero que nada,

 deberíamos comenzar por definir qué es


 “amar”


 a los ojos de Elohím.


 Estamos hablando de lo que en hebreo se dice


“ahaváh”,


 que se traduce como

 “amor espiritual, sacrificial”,


 es decir,


 un dar incondicional,

sin esperar nada a cambio,


algo totalmente contrario a nuestra carne,

 que desea

poner condiciones

a nuestro amor,

 y desea

ser correspondido.

 

ADQUIRIR AHAVÁH DE IESHÚAH


 

                                                                     ✡✡                         ✡✡
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Vinimos a esta vida para aprender.

Y una de las primeras lecciones

y más importantes,

 es la de adquirir

“ahaváh”

de Elohím.

 ¿Cómo hacer esto?

Nosotros no tenemos ninguna ahaváh.

Solo tenemos, como ya dijimos,

un amor totalmente condicionado

 y temporal,

tan frágil como un vidrio.

 

En cuanto una pequeña piedrita lo golpea,

 se terminó nuestro vidrio/amor.

Y entonces?

 ¿Cómo adquirir ahaváh?


Para eso vino Ieshúah.

 Para vivir en nosotros

y limpiarnos de toda suciedad interior,

 

y darnos Su naturaleza misma,

que es Ahaváh,


de a poco, a medida que vayamos aprendiendo

 lo que debemos aprender,

un poco cada día.

Cada día es un nuevo día

para aprender algo en la escuela de la vida.


Lo principal para aprender

es estar dispuesto.

 

El director de cine judío-norteamericano

 Woody Allen

tiene una buena frase:

“El 80 por ciento del éxito es presentarse”.

 Este

 “presentarse”

significa

“estar dispuesto,”

 “estar disponible”

 para Elohím,


lo que en hebreo el profeta/naví Shmuél

 le dijo a Iahvéh:

“Hinéni!/Héme aquí!”

Parafraseando a Woody Allen,

 podríamos decir:

 “El 80 por ciento del éxito con Elohím es decirle:

 

 ´Hineni´ Elohím!”

 

Recuerde que la escuela de la vida

es un lugar muy triste sin ahaváh.

Pídasela a Elohím en sus oraciones

 y la recibirá

Tarde o temprano.

 

 

Esta es una lección que evidentemente,

 Iósef aprendió temprano en su vida.

 Aun después de ser vendido

 por sus propios hermanos,

cuando se encontró con ellos cara a cara,

 

no le devolvió

“ojo por ojo”

 

sino que los recibió, los colmó de regalos,

y les dijo:

“Yo soy vuestro hermano Iósef”.

Esto demuestra su enorme crecimiento espiritual,

que ya habíamos visto en nuestra parasháh pasada,


cuando rechazó

 los “ofrecimientos”

sexuales

de la esposa de Potifar.


 Este es un modelo

 para nuestras vidas

 que Elohím

quiere darnos

 y para eso

 justamente está la Toráh,

como decíamos al principio.

 

Elohím nos da libre albedrío

y se lo dio a los hermanos de Iósef

y a éste,

 para ver cómo actuaban.


 Los que hicieron mal fueron ellos,

 mientras Iósef actuó

como un verdadero y completo hijo de Elohím,


pese a que tenía todas las razones habidas

 y por haber para actuar despiadadamente

 contra quienes habían actuado tan vilmente contra él,

sus propios hermanos.

Vemos así,

que en vez de reaccionar carnalmente,

 

como lo hubiera hecho cualquiera de nosotros,

 

Iósef aceptó

 que lo que le hicieron sus hermanos


 venía de Elohím


y que debía aceptarlo

 y actuar

a la altura de un hijo del Elohím Viviente

y así lo hizo.


 En vez de sentir rechazo hacia ellos, tuvo aceptación;

en vez de rabia, tuvo perdón;

 en vez de venganza, bendición.

 

Estas son herramientas mentales y emocionales,

 actitudes que están a nuestra disposición.

 

¿Vamos a actuar con rabia o con perdón y aceptación?

 ¿Vamos a vengarnos o a dar bendición a cambio?

 ¿Vamos a rechazar, o a aceptar que todo

es otra lección de Elohím para nosotros

 en la escuela de la vida?

 

Hay otra leccion que aprender,

aparte de la que mencionamos.

Nosotros SOMOS,

aparte de las circunstancias que nos rodean o nos atacan,

como Iósef.

 

No debemos definir lo que somos,

 o lo que Elohím desea que lleguemos a ser

por las circunstancias de nuestra vida,

 sino que debemos

 aprender

a SER

 independientemente de ellas.


 No por ser pobre,

 hay que terminar siendo ladrón;

no por ser ignorante,

hay que terminar siendo barrendero;

no por ser rechazado,

hay que terminar solitario y amargado.


Tenemos que aprender

 a sanarnos de nuestras heridas,


a limpiarnos de nuestras suciedades,

a diario,

periódicamente y constantemente

tratar de ser

 lo que Elohím

DESTINÓ

 que seamos.

 

Cada uno de nosotros

está DESTINADO a algo.


 Debemos averiguarlo

y entrenarnos para serlo,

cada día más.

Cada día es una nueva oportunidad

que Elohím nos da

 para avanzar

en nuestro destino prefijado.

 

No debemos dejarnos definir nuestra identidad

 por lo que los demás nos hacen:

cuando los demás están enojados,

 nosotros nos enojamos en respuesta.

 

 Cuando los demás están aislados,

nosotros nos aislamos.

Cuando los demás nos abandonan,

nosotros abandonamos a los demás.

 Pero esto es sólo reaccionar.

Tenemos que ser proactivos,

que significa accionar con nuestro

“motor propio”

 

y de acuerdo a la Voluntad de Elohím

para nuestras vidas,


y no reactivos a las reacciones de los demás en nosotros.

 

Tenemos que aprender

 a evaluar todo de acuerdo a la sabiduria/jajmáh

 que viene de Elohim,

la espiritual,


no de acuerdo a la carne

 y a lo que se ve con nuestros ojos físicos,

que sólo nos llevará a la perdición.

 

Esta evaluación

 y esta jajmáh

sólo vendrá para aquellos

que hemos desarrollado

una relación íntima

con Elohím,

 diaria,

constante,

persistente,

 del tipo

“Hinéni!”

 

Esta evaluación

 y esta jajmáh

también vendrá para aquellos de nosotros

 que aprendemos a aceptar,

a no devolver

“ojo por ojo”,

 a perdonar y a seguir adelante.

 

 Esto no significa

que no debemos estar en pie de guerra,

por otro lado.


 Ha satán no duerme

 y nosotros tampoco debemos hacerlo.

Debemos estar en continua lucha,

 en continuo mejoramiento

 y en continuo combate

 contra las fuerzas espirituales de maldad

y contra la suciedad dentro nuestro.

 

 Este es el proceso que se llama

 “santificación/lehitkadésh”.


 La paz/shalóm de Elohím

 no es la “paz”

que todo el mundo cree entender:

 

 ¡es la paz/shalóm

que viene

 después de ganar la guerra

y vencer al enemigo!

 

Mas, cuidado!

Elohím es un completo

“gentleman”

y no nos va a mostrar las cosas negativas

 acerca de nosotros,


muchas de ellas que ni nosotros mismos

 sabemos que tenemos,


 A MENOS QUE SE LO PIDAMOS EN ORACION!


 Este es un “secreto”

que no muchos conocen.

 

Si manejamos nuestra vida de esta forma,

 “conoceremos la Verdad y la Verdad nos hará libres”

como nos prometió Ieshúah.


Esta verdad nos conducirá 

 a la aceptación de nosotros mismos

y de los demás...

especialmente de los demás.


Existe en muchos de nosotros

un espíritu de control,

que todo quiere que se haga

de acuerdo a NUESTRA manera.


Debemos reconocer

que tenemos este espíritu de control (si es así)

renunciar a él, todos los días

y liberarnos,

 hasta que lo saquemos de nuestra personalidad,

y podamos aceptar a cada uno

 de acuerdo a lo que es,

y no de acuerdo a lo que

 NOSOTROS QUEREMOS QUE SEA.

 

El seguir Su Verdad

 y no la nuestra nos trae,

primero que nada,

Su comprensión.


Comenzamos a percibir cosas

 que antes no entendíamos para nada.

 

El mundo comienza a tener mucho más sentido,

en muchas áreas,

 no sólo en la religiosa.

 

Comenzamos a descrifrar

“misterios”

que no son tales,

sino que sólo lo eran,

 porque éramos ignorantes

espiritualmente hablando.

 

El seguir Su Verdad

también nos trae shalóm/paz.

Un shalóm que sólo El nos puede dar.


Ya no nos preocupamos

por muchas cosas

que antes nos angustiaban.


Entre ellas la muerte.

 Entendemos ahora que la muerte

 es sólo una llave de oro

 para abrir el Palacio

que El ha preparado para nosotros.

 

El seguir Su Verdad

 nos trae Su dirección,

en todo lo que le pedimos

que seamos guiados,

 y esto es un gran alivio.


Hay tanto que no sabemos!

Hay tantas oportunidades

 para hacer lo equivocado en nuestras vidas,

 

que el tenerlo a El

 para guiarnos

es un ENORME alivio,


 sabiendo que siempre

estamos haciendo la cosa correcta,

porque El nos ama,

y sólo quiere lo mejor para nosotros.

 

Aun cuando Su plan,

a veces,

 incluye una enfermedad para nosotros,

o un problema grave.

 Pero detrás de esta enfermedad o problema,

se encuentra la clave

para algo más importante

 dentro nuestro que debemos solucionar,

 

 y esa enfermedad

 y ese problema

nos van a ayudar a resolverlo.

 

Lo único que tenemos que hacer

es PREGUNTAR!

(Muchos de nosotros

 no hemos aprendido

esta sencilla pero valiosísima lección de vida).


 Esto es lo que le sucedió a Iósef:

cuando dijo:

“Yo soy Iósef”

las cosas se aclararon para siempre;

el mundo, para Iósef

y sus hermanos,

comenzó a tener más sentido de nuevo.

 

 La obscuridad

con que el día de Elohím comienza

 (a la caída del sol)

dio paso a la luz

de la comprensión

y del perdón

y de la reconciliación.

 

Así sucederá

con la siniestra obscuridad

que se acerca para el mundo entero,

que muy pronto

EN POCO tiempo

 después dará paso a la luz

del Mashíaj

 y al Milenio,

para aquellos que tienen

confianza/bitajón

en El

 y en que El

sabe lo que es mejor para nosotros.

 

Si realmente servimos

y seguimos a Elohím

y deseamos estar con El,

 no podemos actuar

en forma diferente a la de Iósef,

 ya que interiormente

no podriamos hacerlo

y no podríamos tener el shalóm

para estar frente a Elohim

haciendo lo contrario

de lo que El desea que hagamos,

 que es


LLEGAR A SER LO QUE ÉL TIENE PARA NOSOTROS.


 De allí Su nombre:

 “Ehiéh ashér ehiéh=Seré el que seré”

(en usted).

(El famoso “YO SOY” está equivocado en su traducción.)

 

¿Con qué actitud pasaremos la dificultad

 que Elohím nos está poniendo

como lección de este mes,

o de este año?


Como Iósef,

o como nosotros,

 en la carne?

 

De la decisión que tomemos

 respecto a esto,

depende nuestra vida espiritual futura

, el SER

 que Elohím

 desea que seamos,

 completos/shalém,

como El

nos predestinó

 antes de la fundación del mundo.

 

 ¿Cómo pasará usted los exámenes

que Elohím

tiene preparados para usted?

 

¡Que el Elohím de Israel

 y el Mashíaj de Israel

les dé un shabát

lleno de Su shalóm báit.


HATZLAJA.

1 comentario:

  1. PARASHÁT VAIGÁSH/Y SE ACERCÓ
    “LA VIDA ES UNAESCUELA
    CON UNA SERIE DE EXÁMENES”
    Cuando Iósef le dijo a sus hermanos:
    “Yo soy Iósef”,
    el misterio de los últimos 20 años de sus vidas
    tuvo un final feliz
    y todo lo que estaba obscuro se hizo claro

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