PARASHÁH No.
11
Lectura de la Toráh:
Bereshít/En el Principio/
Haftaráh:
Hezekíah 37:15-28
05 DEL MES DECIMO DEL 5772
Viernes 30 y sábado 31 de diciembre de 2011
Viernes 30 y sábado 31 de diciembre de 2011
Por
Julio Dam
Rebe mesianico:
PARASHÁT VAIGÁSH/Y SE ACERCÓ
Julio Dam
Rebe mesianico:
PARASHÁT VAIGÁSH/Y SE ACERCÓ
“LA VIDA ES UNAESCUELA
CON UNA SERIE DE EXÁMENES”
Cuando Iósef le dijo a sus hermanos:
“Yo soy Iósef”,
el misterio de los últimos 20 años de sus vidas
tuvo un final feliz
y todo lo que estaba obscuro se hizo claro
pero sólo para ellos,
no para el resto de la humanidad,
que estamos en completa obscuridad
toda nuestra vida.
Pero, ¿cómo se puede relatar
—y menos que menos imaginarnos en carne propia
--los sufrimientos, las pérdidas,
los días tristes,
los años de dolor de Iósef
ante las circunstancias de su vida,
que hicieron que sus propios hermanos lo vendieran
y que terminara en una cárcel del Paró,
una pocilga inimaginable
para nuestras mentes modernas,
con Hollywood como modelo
de una cárcel norteamericana
con aire acondicionado?
¡No se puede!
Tenemos una perspectiva totalmente limitada de todo!
No somos Elohím
y por lo tanto,
no entendemos casi nada de nada.
Sólo algunos contados de nosotros
aprendemos algo en estos años que Elohím nos regala,
y comenzamos a vislumbrar algo
del misterio que se esconde detrás de nuestra existencia
y de los seres humanos que nos rodean.
Una de estas cosas que comenzamos a entender
es que la vida es una escuela,
llena de exámenes,
que tenemos que aprobar,
para poder ascender y seguir a la secundaria,
y luego, para algunos,
muy pocos seleccionados,
entrar en la Universidad de Elohím.
Este proceso de enseñanza/aprendizaje
está incorporado en la Toráh.
Allí está todo,
o casi todo lo que necesitamos saber:
la Toráh es la historia de Elohím
y de los hombres
y cómo podemos relacionarnos con El
y con los demás
y la historia de esta doble relación.
Todo lo que debemos hacer es estudiarla
y hacer lo que Elohím nos ordena hacer.
Si hacemos esto,
pronto estaremos en la secundaria,
y antes que nos demos cuenta,
en la Universidad del Rúaj/Espíritu.
“¿Pero, qué es lo que Elohím tanto desea enseñarnos
en la Toráh?”
se preguntará usted,
querido lector.
Más que nada,
a amar incondicionalmente,
primero a Elohím
y luego a nuestros semejantes que nos rodean,
comenzando por los miembros de nuestra familia,
siguiendo por los miembros de nuestra sinagoga mesiánica
y terminando con las personas con quienes tenemos relaciones diariamente.
Primero que nada,
deberíamos comenzar por definir qué es
“amar”
a los ojos de Elohím.
Estamos hablando de lo que en hebreo se dice
“ahaváh”,
que se traduce como
“amor espiritual, sacrificial”,
es decir,
un dar incondicional,
sin esperar nada a cambio,
algo totalmente contrario a nuestra carne,
que desea
poner condiciones
a nuestro amor,
y desea
ser correspondido.
ADQUIRIR AHAVÁH DE IESHÚAH
✡✡✡✡✡✡ ✡✡✡✡✡✡
✡✡✡✡✡✡✡✡ ✡✡✡✡✡✡✡✡
✡✡✡✡✡✡ ✡✡✡✡✡✡
Vinimos a esta vida para aprender.
Y una de las primeras lecciones
y más importantes,
es la de adquirir
“ahaváh”
de Elohím.
¿Cómo hacer esto?
Nosotros no tenemos ninguna ahaváh.
Solo tenemos, como ya dijimos,
un amor totalmente condicionado
y temporal,
tan frágil como un vidrio.
En cuanto una pequeña piedrita lo golpea,
se terminó nuestro vidrio/amor.
Y entonces?
¿Cómo adquirir ahaváh?
Para eso vino Ieshúah.
Para vivir en nosotros
y limpiarnos de toda suciedad interior,
y darnos Su naturaleza misma,
que es Ahaváh,
de a poco, a medida que vayamos aprendiendo
lo que debemos aprender,
un poco cada día.
Cada día es un nuevo día
para aprender algo en la escuela de la vida.
Lo principal para aprender
es estar dispuesto.
El director de cine judío-norteamericano
Woody Allen
tiene una buena frase:
“El 80 por ciento del éxito es presentarse”.
Este
“presentarse”
significa
“estar dispuesto,”
“estar disponible”
para Elohím,
lo que en hebreo el profeta/naví Shmuél
le dijo a Iahvéh:
“Hinéni!/Héme aquí!”
Parafraseando a Woody Allen,
podríamos decir:
“El 80 por ciento del éxito con Elohím es decirle:
´Hineni´ Elohím!”
Recuerde que la escuela de la vida
es un lugar muy triste sin ahaváh.
Pídasela a Elohím en sus oraciones
y la recibirá
Tarde o temprano.
Esta es una lección que evidentemente,
Iósef aprendió temprano en su vida.
Aun después de ser vendido
por sus propios hermanos,
cuando se encontró con ellos cara a cara,
no le devolvió
“ojo por ojo”
sino que los recibió, los colmó de regalos,
y les dijo:
“Yo soy vuestro hermano Iósef”.
Esto demuestra su enorme crecimiento espiritual,
que ya habíamos visto en nuestra parasháh pasada,
cuando rechazó
los “ofrecimientos”
sexuales
de la esposa de Potifar.
Este es un modelo
para nuestras vidas
que Elohím
quiere darnos
y para eso
justamente está la Toráh,
como decíamos al principio.
Elohím nos da libre albedrío
y se lo dio a los hermanos de Iósef
y a éste,
para ver cómo actuaban.
Los que hicieron mal fueron ellos,
mientras Iósef actuó
como un verdadero y completo hijo de Elohím,
pese a que tenía todas las razones habidas
y por haber para actuar despiadadamente
contra quienes habían actuado tan vilmente contra él,
sus propios hermanos.
Vemos así,
que en vez de reaccionar carnalmente,
como lo hubiera hecho cualquiera de nosotros,
Iósef aceptó
que lo que le hicieron sus hermanos
venía de Elohím
y que debía aceptarlo
y actuar
a la altura de un hijo del Elohím Viviente
y así lo hizo.
En vez de sentir rechazo hacia ellos, tuvo aceptación;
en vez de rabia, tuvo perdón;
en vez de venganza, bendición.
Estas son herramientas mentales y emocionales,
actitudes que están a nuestra disposición.
¿Vamos a actuar con rabia o con perdón y aceptación?
¿Vamos a vengarnos o a dar bendición a cambio?
¿Vamos a rechazar, o a aceptar que todo
es otra lección de Elohím para nosotros
en la escuela de la vida?
Hay otra leccion que aprender,
aparte de la que mencionamos.
Nosotros SOMOS,
aparte de las circunstancias que nos rodean o nos atacan,
como Iósef.
No debemos definir lo que somos,
o lo que Elohím desea que lleguemos a ser
por las circunstancias de nuestra vida,
sino que debemos
aprender
a SER
independientemente de ellas.
No por ser pobre,
hay que terminar siendo ladrón;
no por ser ignorante,
hay que terminar siendo barrendero;
no por ser rechazado,
hay que terminar solitario y amargado.
Tenemos que aprender
a sanarnos de nuestras heridas,
a limpiarnos de nuestras suciedades,
a diario,
periódicamente y constantemente
tratar de ser
lo que Elohím
DESTINÓ
que seamos.
Cada uno de nosotros
está DESTINADO a algo.
Debemos averiguarlo
y entrenarnos para serlo,
cada día más.
Cada día es una nueva oportunidad
que Elohím nos da
para avanzar
en nuestro destino prefijado.
No debemos dejarnos definir nuestra identidad
por lo que los demás nos hacen:
cuando los demás están enojados,
nosotros nos enojamos en respuesta.
Cuando los demás están aislados,
nosotros nos aislamos.
Cuando los demás nos abandonan,
nosotros abandonamos a los demás.
Pero esto es sólo reaccionar.
Tenemos que ser proactivos,
que significa accionar con nuestro
“motor propio”
y de acuerdo a la Voluntad de Elohím
para nuestras vidas,
y no reactivos a las reacciones de los demás en nosotros.
Tenemos que aprender
a evaluar todo de acuerdo a la sabiduria/jajmáh
que viene de Elohim,
la espiritual,
no de acuerdo a la carne
y a lo que se ve con nuestros ojos físicos,
que sólo nos llevará a la perdición.
Esta evaluación
y esta jajmáh
sólo vendrá para aquellos
que hemos desarrollado
una relación íntima
con Elohím,
diaria,
constante,
persistente,
del tipo
“Hinéni!”
Esta evaluación
y esta jajmáh
también vendrá para aquellos de nosotros
que aprendemos a aceptar,
a no devolver
“ojo por ojo”,
a perdonar y a seguir adelante.
Esto no significa
que no debemos estar en pie de guerra,
por otro lado.
Ha satán no duerme
y nosotros tampoco debemos hacerlo.
Debemos estar en continua lucha,
en continuo mejoramiento
y en continuo combate
contra las fuerzas espirituales de maldad
y contra la suciedad dentro nuestro.
Este es el proceso que se llama
“santificación/lehitkadésh”.
La paz/shalóm de Elohím
no es la “paz”
que todo el mundo cree entender:
¡es la paz/shalóm
que viene
después de ganar la guerra
y vencer al enemigo!
Mas, cuidado!
Elohím es un completo
“gentleman”
y no nos va a mostrar las cosas negativas
acerca de nosotros,
muchas de ellas que ni nosotros mismos
sabemos que tenemos,
A MENOS QUE SE LO PIDAMOS EN ORACION!
Este es un “secreto”
que no muchos conocen.
Si manejamos nuestra vida de esta forma,
“conoceremos la Verdad y la Verdad nos hará libres”
como nos prometió Ieshúah.
Esta verdad nos conducirá
a la aceptación de nosotros mismos
y de los demás...
especialmente de los demás.
Existe en muchos de nosotros
un espíritu de control,
que todo quiere que se haga
de acuerdo a NUESTRA manera.
Debemos reconocer
que tenemos este espíritu de control (si es así)
renunciar a él, todos los días
y liberarnos,
hasta que lo saquemos de nuestra personalidad,
y podamos aceptar a cada uno
de acuerdo a lo que es,
y no de acuerdo a lo que
NOSOTROS QUEREMOS QUE SEA.
El seguir Su Verdad
y no la nuestra nos trae,
primero que nada,
Su comprensión.
Comenzamos a percibir cosas
que antes no entendíamos para nada.
El mundo comienza a tener mucho más sentido,
en muchas áreas,
no sólo en la religiosa.
Comenzamos a descrifrar
“misterios”
que no son tales,
sino que sólo lo eran,
porque éramos ignorantes
espiritualmente hablando.
El seguir Su Verdad
también nos trae shalóm/paz.
Un shalóm que sólo El nos puede dar.
Ya no nos preocupamos
por muchas cosas
que antes nos angustiaban.
Entre ellas la muerte.
Entendemos ahora que la muerte
es sólo una llave de oro
para abrir el Palacio
que El ha preparado para nosotros.
El seguir Su Verdad
nos trae Su dirección,
en todo lo que le pedimos
que seamos guiados,
y esto es un gran alivio.
Hay tanto que no sabemos!
Hay tantas oportunidades
para hacer lo equivocado en nuestras vidas,
que el tenerlo a El
para guiarnos
es un ENORME alivio,
sabiendo que siempre
estamos haciendo la cosa correcta,
porque El nos ama,
y sólo quiere lo mejor para nosotros.
Aun cuando Su plan,
a veces,
incluye una enfermedad para nosotros,
o un problema grave.
Pero detrás de esta enfermedad o problema,
se encuentra la clave
para algo más importante
dentro nuestro que debemos solucionar,
y esa enfermedad
y ese problema
nos van a ayudar a resolverlo.
Lo único que tenemos que hacer
es PREGUNTAR!
(Muchos de nosotros
no hemos aprendido
esta sencilla pero valiosísima lección de vida).
Esto es lo que le sucedió a Iósef:
cuando dijo:
“Yo soy Iósef”
las cosas se aclararon para siempre;
el mundo, para Iósef
y sus hermanos,
comenzó a tener más sentido de nuevo.
La obscuridad
con que el día de Elohím comienza
(a la caída del sol)
dio paso a la luz
de la comprensión
y del perdón
y de la reconciliación.
Así sucederá
con la siniestra obscuridad
que se acerca para el mundo entero,
que muy pronto
EN POCO tiempo
después dará paso a la luz
del Mashíaj
y al Milenio,
para aquellos que tienen
confianza/bitajón
en El
y en que El
sabe lo que es mejor para nosotros.
Si realmente servimos
y seguimos a Elohím
y deseamos estar con El,
no podemos actuar
en forma diferente a la de Iósef,
ya que interiormente
no podriamos hacerlo
y no podríamos tener el shalóm
para estar frente a Elohim
haciendo lo contrario
de lo que El desea que hagamos,
que es
LLEGAR A SER LO QUE ÉL TIENE PARA NOSOTROS.
De allí Su nombre:
“Ehiéh ashér ehiéh=Seré el que seré”
(en usted).
(El famoso “YO SOY” está equivocado en su traducción.)
¿Con qué actitud pasaremos la dificultad
que Elohím nos está poniendo
como lección de este mes,
o de este año?
Como Iósef,
o como nosotros,
en la carne?
De la decisión que tomemos
respecto a esto,
depende nuestra vida espiritual futura
, el SER
que Elohím
desea que seamos,
completos/shalém,
como El
nos predestinó
antes de la fundación del mundo.
¿Cómo pasará usted los exámenes
que Elohím
tiene preparados para usted?
¡Que el Elohím de Israel
y el Mashíaj de Israel
les dé un shabát
lleno de Su shalóm báit.
HATZLAJA.
PARASHÁT VAIGÁSH/Y SE ACERCÓ
ResponderEliminar“LA VIDA ES UNAESCUELA
CON UNA SERIE DE EXÁMENES”
Cuando Iósef le dijo a sus hermanos:
“Yo soy Iósef”,
el misterio de los últimos 20 años de sus vidas
tuvo un final feliz
y todo lo que estaba obscuro se hizo claro