25 enero, 2012

PARASHÁH
No.15
BÓ/VEN
Lectura de la Toráh:
 Shemót/Nombres/
”Ex.” 10:1-13:16
Haftaráh: Irmiáhu 46:13:28
3 DEL MES UNDÉCIMO DEL 5772
28 DEL MES DE ENERO DEL 2012
Por
 Julio Dam
 Rébe Mesiánico


  Shemót/”Ex.” 12:7:
 “Y tomarán de la sangre y la pondrán en los dos marcos (de la puerta de afuera)
 y en el dintel de las casas donde las comeran”.

COMENTARIO DE LA PARASHAH

LLAMADOS A SER SEPARADOS / KADOSHÍM

 En esta frase de Elohím
 acerca de la sangre en el dintel de la puerta de los hogares judíos,
 hay una doble significación:
 por un lado, el significado puntual,
 para que los malajím (sing.=málaj) destructores
 no tocaran a los hogares judíos
 hace más de 3000 años;
pero por otro lado,
señala el principio de un estado, tanto físico,
 como mental como espiritual en que nos desea Elohím:
el de ser separado/santo/kadósh para Él.
Para entender en profundidad
el significado primero y el valor después,
 de la santidad/separación/kedusháh
 debemos entender la historia del hombre
 comenzando con Adám.
 Elohím creo a Adám perfecto, es decir,
“tov”,
 que significa “bueno”.
 Todo lo que creó Elohím,
 Él lo llamó “bueno” en el libro de Be Reshít/En el Principio.
 Luego vino la caída de Adám y Javáh
y su expulsión del Paraíso/Gan Éden.
 Esta caída trajo como consecuencia, en sus vidas,
que bajaran de categoría:
 ya no eran “tov”(buenos),
 sino que eran una mezcla del bien y del mal,
 como el árbol que desearon y comieron.
 Y nosotros, los descendientes carnales de Adám y Javáh,
somos así, una mezcla.
Mas Elohím no hace las cosas incompletas.
Él previó todo desde el principio.
 Desde el primer momento,

 Sus planes incluían el restaurarnos al nivel primordial de Adám,
 a ser “tov”.

 Para eso Elohím decidió unirse con una Mujer espiritual,
la que se sería Su esposa, Israel, es decir,
 el Pueblo Elegido,
 los judíos por sangre.
 Dos mil años después de casarse con Israel,
 Elohím puso en marcha el segundo paso de esa restauración
 de la raza humana,
viniendo a la tierra “vestido” como Ieshúa.
Uno de los propósitos de esta venida fue precisamente
 esta restauración del hombre caído,
  primero a la categoría de kadósh/separado/santo,
por medio de las Instrucciones 
para salvar nuestra alma/mente y cuerpo,

 la Toráh (Instrucciones).

 El segundo propósito fue el entrar dentro de los espíritus
 de aquellos que deseen formar parte del espíritu de Israel,
 por medio de injertarse en el árbol judío de Rom. 11:17.
Estos fueron y somos el espíritu de la mujer colectiva llamada Israel,
 los judíos mesiánicos.
 Por eso, Ieshúa es llamado “el segundo Adam”: 
porque su propósito es llevarnos a ser como el primer Adám:
 “tov” (buenos),
lo cual es mejor que kadósh/santo/separado.

¿QUÉ SIGNIFICA SER KADÓSH/SEPARADO/SANTO?

 El ser separado/kadósh, significa
elegir por nuestra propia voluntad
 ir por un camino diferente al del mundo.
 Dice en nuestra traducción mesiánica de Mat. 7:13-14:
“Entren por el portón/sháar estrecho;
porque amplio es el portón y espacioso
 es el camino que lleva a la destrucción eterna
y muchos son los que entran a través de él.
 ¡Porque muy estrecho es el portón
y angosto es el camino que lleva a la vida espiritual
y pocos son los que la encuentran!
” Como dijo Ieshúa en Mat.
el camino que el mundo nos ofrece está lleno de “variedad”.
 Todo aquel que tiene un deseo en este mundo,
se le concede,
de una manera u otra.
Pero el precio es carísimo: 
el infierno eterno
 como “premio”. 

En cambio, el camino de Elohím es tan estrecho
 como el ancho de un pie:
de hecho, para caminar en él debemos colocar un pie delante del otro,
ya que los dos juntos no caben en ese camino
que Elohím eligió para Sus separados/kadoshím.

¿Qué es, en definitiva ser “kadósh”?

 Quisiera dejarle la palabra a ADONÁI mismo,
 al Creador del Universo, quien me la definió para esta parasháh
(las comillas y las bastardillas señalan Sus palabras exactas):

 “Kadósh es aquél que ADQUIERE (no se le regala)
 Mi naturaleza, 
Mi pureza 
(de pensamiento, habla y acción). 

Kadósh es aquél que piensa en lo que Yo pienso,
habla lo que Yo hablo y COMO Yo hablo
 y actúa como Yo actúo”.

Yo le pregunté:
 “¿Pero cómo hago para saber cómo Tu piensas, hablas y actúas?”
Su respuesta fue:
“Para eso he dejado Mi Toráh.
 Para que la tengan como guía,
como Manual de Instrucción.

 Para eso he venido vestido de Ieshúa,
para que vean y estudien lo que dije y porqué  y a quién”.
Cuando COMENZAMOS a pensar, hablar y actuar
 como Elohím, 

comenzamos a ser kadoshím.

 Lo contrario también es cierto:
cuando comenzamos a pensar, hablar y actuar como ha satán,
comenzamos a ser inmundos/kadeshím.

1¿CÓMO LOGRAR SER KADÓSH/SEPARADO/SANTO?
            La pregunta, (y el paso primero) que viene al caso ahora es:
¿Es necesario serlo?
¿Quiere Elohím que seamos kadoshím?
Dice el Tanáj: “Sed kadoshím/separados/santos como Yo soy Kadósh/Separado/Santo”
(Vaikráh 11:44). El libro de “Romanos” lo comienza el rébe Shául (1:7) diciendo:
“...llamados a ser kadoshím/separados/santos”.
 En Ef. 2:21 dice:
 “en quien (Ieshúa) todo el edificio está siendo unido
 creciendo para ser un templo kadósh/santo en Adoní”.
 En Shemót 19:6 dice:
“Seréis un reino de sacerdotes/kohaním y gente kadósh/separada/santa”,
lo cual nos incluye a nosotros,
tanto los judíos por sangre como los judíos por fe.
El segundo paso es decidirnos;
 muchos de nosotros tenemos deseos que nunca se cumplen 
porque sencillamente los dejamos en el estado de deseos, 
una esfera bien imprecisa y vaga, muchas veces a propósito,
para que no tengamos que tomar decisión alguna,
sino que podamos declarar con la boca que queremos llegar a algo,
sin tener que pagar el precio que ese algo demanda.

Como tercer paso,
esta decisión implica estar dispuestos a pagar un precio (alto).
Este precio es el separarnos de todo aquello
 que nos impide llegar a ser kadósh/separado/santo.

Esto puede ser:
dejar de ver TV,
 lecturas intranscendentes,
 hablar con nuestros amigos o familiares
en conversaciones sin fin y sin importancia,
orar para que trabajemos menos y ganemos más;
en fin,
dejar a un lado todo aquello que nos quita tiempo
para comenzar a vivir cada día más cerca de Elohím.

Este alto precio también tiene que ver con nuestra conducta.
 Elohím nos pide “manos limpias”:
esto significa muchas cosas,
que se podrían resumir en una sola palabra:
 honradez en nuestros negocios 
y tratos con los demás y cuentas claras,
 lo cual no es tan común como se piensa.
Se predica una cosa pero se practica otra 
y Elohím está mirando 
cada cosa que hacemos y decimos y prometemos 
(y no cumplimos).
 ESO es también parte de la kedusháh.
Esto es muy parecido al alto precio que tuvo que pagar Avrahám para seguirle a ADONÁI,
aun cuando no nos pusimos (mentalmente) en sus “zapatos”
(sandalias sería más preciso).
 Él tuvo que dejar atrás literalmente todo lo que era y todo lo que tenía,
para seguir a un “Dios” desconocido (para él) y sin embargo,
 lo hizo.
Este es el “calibre” de fe
que necesitamos
 para decidirnos a llegar a ser kadoshím.

El cuarto paso es la humildad.
Dijo Ieshúa en Mat. 11:29:
 “Aprendan de mí,
 porque soy sumiso/aní y humilde de corazón
y encontrarán descanso para sus almas”.
 La humildad 
es el resultado de la gracia/jésed de Elohím,
como lo es la kedusháh.
Humildad significa
entender en su verdadera magnitud 
lo pequeño e insignificantes que somos 
delante de un Elohím Creador del Universo
 y la fragilidad y miserable de nuestra vida
y que todo lo que hemos logrado
 y crecido ha sido por Su jésed
 y no por nuestro esfuerzo
ni por nuestra fuerza.

Este convencimiento interior,
 (no la supuesta humildad que podamos exhibir por afuera)
trae humildad a nuestro pensar, hablar y actuar.
 Esta humildad es el receptáculo perfecto para la kedusháh,
ya que cuando comencemos a recibirla,
no nos enorgulleceremos,
 ni haremos gala de ella,
 sino que sabremos que no es mérito nuestro, 
sino de Él.
Lo contrario del humilde es el orgulloso,
el que acusa a los demás con un dedo,
 mientras no ve que tres dedos de su propia mano
lo están acusando a él mismo.
(Haga la prueba con su mano derecha, ahora:
señale con un dedo a una persona imaginaria
y vea los tres dedos apuntando hacia usted mismo.)
El Rúaj ha Kódesh,
 si deseamos ser kadoshím,
 nos confronta con nuestros pecados,
 no para avergonzarnos,
sino para mostrarnos la necesidad de la humildad
 y para establecer en nosotros la necesidad de Su jésed/gracia
y de Su cambio en nosotros,
periódico.

El que está acostumbrado a acusar a los demás,
 que relea Iojanán 8:7:
“El que esté libre de pecado entre ustedes,
 que tire la primera piedra”.

El quinto paso
 es el buscarlo a Él,
 el tratar de estar en Su Presencia
cada día de nuestras vidas.

 Esta cercanía y esta búsqueda tiene su fruto:
el comenzar a “conocerlo y entenderlo” a Él,
que es el objetivo que debemos tener,
según Irmiáhu/”Jer.” 9:23-24.
 Lo que el judaísmo mesiánico  apunta a,
 es a presentarle a usted a ADONÁI
para “conocerlo y entenderlo”
a través de que usted tenga a Ieshúa en su corazón 
y comience a ser su amigo, 
como lo fue Avrahám.
Esta amistad es relación íntima.

 El resto es trabajo suyo y responsabilidad suya.
 Todo lo que no es esto, es religión,
 lo cual no lo va a llevar a nada sano.

Cuando usted lo busque y lo conozca,
usted comenzará a entenderlo,
a entender cómo piensa,
cómo habla y cómo actúa Elohím
y su vida nunca será la misma de nuevo.

Hay sólo dos cosas importantes en nuestra vida espiritual:
el conocer Su corazón
(lo que nosotros llamamos “la Verdad exterior”)
 y el conocer nuestro propio corazón
(lo que llamamos “la verdad interior” sobre nosotros),
basado en estos cuatro pasos anteriores.
Esto es el summum de toda relación con Elohím que valga la pena.
El resto son “meros comentarios”,
como diría el Rav Hilél.
Podemos conocer Su corazón
también a través de la lectura de Sus dichos
en el Tanáj . Podemos conocer Su habla allí,
y también su actuar.
Después, debemos tratar de imitarlo en todo.
¿Cómo purificar y MANTENER puro nuestro corazón y nuestra mente y cuerpo?
Dice la Tehiláh 119:9:
“¿Cómo puede el joven mantener puro su camino?
 Siguiendo Su camino...
”Todos nosotros nacimos con áreas que necesitan “reparación”.
 Debemos constantemente inquirir de Elohím
sobre estas áreas y purificarlas,
 para llegar a ser kodashím cada vez más y MANTENERNOS así.
Dice en Rom. 6:1:2
de nuestra traducción mesiánica :
“¿Qué diremos, entonces?
¿Continuaremos en pecado para abunde la misericordia/rajmanút?
¡Que el Cielo no lo permita!
Morimos al pecado,
¿cuánto tiempo más viviremos en él?”
¿Por qué dice el Rébe Shául “morimos al pecado”?
 Porque cuando aceptamos a Ieshúa,
 habíamos aceptado a un Ieshúa que murió y resucitó EN nosotros,
y nosotros, teniéndolo a Él dentro nuestro,
 PODEMOS, SI LO DECIDIMOS,
estar muertos al pecado.
 Un no creyente no tiene elección:
 nació esclavo del pecado
y debe obedecerle;
pero nosotros ya no somos esclavos al pecado 
desde el momento que aceptamos a Ieshúa.
Lo que sucede
es que es NUESTRA DECISIÓN
el hacer que Ieshúa viva por nosotros
 o que nosotros sigamos viviendo en la carne,
y no le hagamos caso a Ieshúa dentro de nosotros.
En cada día tenemos esa elección:
podemos vivir sin “transgredir la Toráh
(que es la definición de “pecado”)
 o podemos hacer caso omiso de ella,
y seguir nuestros deseos y pecar.
Tenemos el libre albedrío; 
lo que el no-creyente no tiene ni desea.
La pregunta siguiente es:
¿cómo vivimos una vida ascendente, espiritualmente hablando,
 donde cada día más, Ieshúa sea Rey en nosotros?
La clave radica en lo que nos interesa:
¿qué nos interesa hacer todo el día?
¿En qué gastamos los minutos del día?
 ¿En qué pensamos?
 ¿Qué hacemos?
 Eso nos debería dar la pauta
de cuál es nuestra “temperatura” espiritual
y nuestra ambición espiritual.
 Un manzano no puede dar uvas,
 ni un naranjo puede dar cebollas.
Damos lo que somos.
Si buscamos Su Presencia,
esa búsqueda y ese encuentro se va a notar en nuestra vida,
en nuestros intereses,
 en nuestros pensamientos
 (que nadie puede ver, sólo Elohím).
Si nuestros intereses son mundanos,
nuestros pensamientos y nuestra habla va a serlo también.
 Aquí está la decisión que debemos tomar:
¿queremos realmente progresar, santificarnos?
Debemos cambiar nuestros pensamientos, 
nuestra habla y nuestros actos. 
Debemos entrar en los pensamientos de ADONÁI,
a través de nuestros momentos de amistad con Él.
Debemos entrar a conocerlo cada día más.
 Esto se va a notar en nuestros intereses y pensamientos,
como decíamos.
Volvamos a la definición de kadósh
que nos dio Elohím más arriba:
 “Kadósh es aquél que ADQUIERE
 (no se le regala)
Mi naturaleza, Mi pureza
(de pensamiento, habla y acción).
Kadósh es aquél que piensa en lo que Yo pienso,
habla lo que Yo hablo y COMO Yo hablo y actúa como Yo actúo”.
¿Está usted interesado en adquirir Su naturaleza,
Su pureza (de pensamiento, habla y acción)?
Comience a orarlo y comience a  practicarlo
 y a dejar los modos de pensamiento,
 habla y acción del mundo no creyente,
que a nada conducen.
La elección es de cada uno de nosotros,
cada día.

 ¡UN FELIZ SHABÁT!






No hay comentarios:

Publicar un comentario

SHALOM SHALOM...

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.